Maravillas Antiguas de Mandalay
Pongo en el título lo de antiguas porque mi sensación, después de visitar Mandalay, es que todo lo que tiene menos de un siglo en la ciudad está más decrépito que las antiguas capitales que visité y la colina Mandalay, con su maravillosa pagoda.
Parece que todas las motos que no pueden circular en Yangon se han puesto de acuerdo y se han ido a vivir (y a rugir) en Mandalay, y la ciudad tiene un tráfico atroz desde la madrugada.
La parte buena de las motos es que, para ahorrarte pagar tasas a la junta militar, la mejor manera es contratar un motorista que se conoce todos los trucos para colarse en los distintos monumentos. Si viajas en pareja, la alternativa barata son los blue taxis, mini mini pickups que son más lentos que una moto, son la variante birmana del tuk tuk.
Una de las mejores maneras de empezar (o terminar) la visita es viendo el atardecer desde Mandalay Hill, una colina de 240 metros, más baja y fácil de subir que la de Yagon, que se encuentra al noreste de la ciudad.
Mandalay Hill está repleta de pagodas y monasterio, y ha sido un importante lugar de peregrinación para birmanos budistas durante casi dos siglos. La pagoda más venerada es Sutaungpyei (literalmente, que concede los deseos).
Como en todas las pagodas en colinas, tiene cuatro subidas, una en cada punto cardinal, y para los que no quieran caminar hay una escalera mecánica y un ascensor, pero ahí no te liberas del pago.
Ya en la cumbre, además del regalo de una espectacular puesta de sol, las vistas de 360º desde la terraza de la pagoda Sutaungpyei, pfrecen una vista panorámica de la llanura de Mandalay, con las antiguas murallas y el foso, estupas por todas partes (en total 729, pero prometo que no las conté), el río Irrawaddy y al este las montañas Shan Yoma.
La puesta de sol desde la colina me preparó para el intenso día de actividades con el motorista. A las 8 en punto estaba esperándome en mi posada, la Roya Guest House, con un casco extra.
La primera parada fue en un taller de fabricación de pan de oro, una dura labor manual, como todas en Birmania, ya que apenas hay maquinaria.
Se comienza dándole mazazos durante una hora a un pequeño lingote de oro hasta que se queda tan fino como el papel, y luego varias manos delicadas se dedican a darle forma rectangular para hacer paquetes que se venden para ser donados en los templos.
El más barato, con 10 hojas, eran 2 euros, barato para ser oro, pero es tan fino que se podría comer, de hecho me pusieron un poco en la mano y se quedó adherido (automáticamente pensé en Goldfinger).
Enseguida pude comprobar el uso del pan de oro en la pagoda Maha Muni, una de las más veneradas de Myanmar. El Buda de esta pagoda tiene 4 metros de alto y pesa 6 toneladas, hecho en bronce, pero recubierto de 5 cm de oro en espesor, y hay cientos de joyas, perlas, rubies, diamantes, en su corona.
Sólo los hombres pueden aplicar las hojas de pan de oro que donan, y lo único que se salva de esta masiva decoración ornamental es el rostro de Buda, que cada mañana a las 4 am recibe un lavado de cara y dientes con agua para lucir fresco para todos los creyentes.
La razón de tanta reverencia es que esta imagen fue hecha en vida de Buda y que éste la abrazó 7 veces. Decenas de hombres haciendo cola para tocar al buda y colocar el pan de oro, y monjes rezando por doquier me dejaron claro que en Birmania el budismo está profundamente implantado en la gente.
Después de una pequeña parada para subir otra colina, la Sagaing Hill, con vistas de la ciudad desde el otro lado del río, que cruzas por un puente construído por los chinos, muy cerca del antiguo puente británico, todavía operativo, fui a ver una de las maravillas de ingeniería de Birmania, el puente U Bein en Amarapura, 250 años de historia en madera de teca de 1,2km de longitud, el más largo del mundo.
Está en muy buen estado aunque desgraciadamente han sustituido algunos pilares podridos por otros de hormigón, ¡como si no tuvieran madera de teca en Myanmar!.
Los mejores momentos para fotografiar el puente son al amanecer y a la puesta de sol, pero yo llegué tarde por la mañana y me encontré con que la luz era ya muy potente y no hay apenas sombras para poder respirar y hacer buenas fotos.
El puente sirve de acceso a la antigual capital de Amarapura, y es tan turístico que montones de tullidos, leprosos y vendedores de se apostan en el puente, casi tantos como pilares tiene el mismo, intentando hacer negocio, y tú sin poder escapar porque estás en medio del puente.
Lo siguiente que hice fue una actividad un poco rara, ir al monasterio Maha Ganayon Kyaung, a ver el reparto de comida a los 2.000 monjes que viven allí.
Es uno de los monasterios más grandes de Birmania, y como viven de las donaciones, han convertido este acto privado en un show público.
Incluso hay puesta una pancarta que indica las donaciones del mes con sus autores y la cantidad.
Al principio me daba un poco de vergüenza ajena ver a decenas de turistas rodeando a la fila de túnicas de diferentes colores según el rango, blancas, rosas, granate, etcétera, pero lo cierto es que es una oportunidad fantástica para hacer fotos de los monjes, que desfilan con su bol y van recibiendo su comida de grandes ollas de aluminio con arroz hervido y cestas de frutas, además de otros alimentos menos monásticos como barritas energéticas y galletas.
Los monjes desfilan en fila india y se reparten, una vez recogida la comida, en dos grandes comedores, donde ya están libres de los flashes y acoso de los turistas y pueden comer tranquilamente.
Ver tanta comida me dio hambre y antes de acometer la siguiente visita, los palacios, templos y pagodas en Inwa, hicimos una parada técnica al borde del río en un modesto restaurante de bambú que daba una fantástica comida birmana por poco más de un euro.
Ava, Inwa, o Ainwa, que de las tres maneras se llama, es un remanso de paz, ya que no hay apenas vehículos, el motorista me dejó al borde del río y una barca, por 1000k (1 euro ida y vuelta), te lleva a la isla que está en el medio del río.
La mayoría de los turistas contratan una calesa de caballos, que a mi me parecen muy incómodas, yo preferí caminar para poder pararme cuando quisiera para fotos. El problema es que hay varios templos separados kilómetros, y en las 3 horas que estuve no pude llegar a todos.
Como el lugar es llano, con vegetacion baja, en la distancia vas viendo diferentes templos y construcciones, algunas en mal estado y otras bien mantenidas, y a través de senderos que no llegan a un metro de ancho alcanzas templos semiabandonados e incluso cubiertos por la maleza, y casi te sientes como Indiana Jones, hasta que aparece una calesa con turistas y desaparece la ilusión de la aventura.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver todas las fotos de las antiguas capitales de Mandalay.
Para más información sobre Myanmar consulta las páginas web de:
Wikipedia. Myanmar
Geoplaneta
ONU. Situación Derechos Humanos en Myanmar
Yahoo. especial Birmania
Documentos Elmundo.es. Birmania
Fotos de Mandalay Hill y Antiguas capitales de Mandalay.
Haz clic para ver todos los álbumes del viaje Vagamundos 2011 por Birmania, Tailandia, Malasia e Indonesia.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Koh Phangan, Tailandia, 7 de marzo de 2011
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