Hay pocos lugares en el mundo sobre los que hay unanimidad cuando los mencionas, y Maldivas es uno de ellos. Maldivas evoca lo más cercano a la palabra Paraíso, tantas veces usada y abusada en turismo.
Como no soy muy de sol y playa, y menos de resorts/zoos de pulserita, donde todo es perfecto pero irreal, mi interés por las Maldivas era limitado, pero desde que buceo he oído tantas historias maravillosas sobre inmersiones y criaturas submarinas que todavía no conozco, que puse hace años a Maldivas en mi lista de prioridades, concretamente en 2007.
Estaba viajando por India, llevaba 4 agotadores meses, y descubrí que desde una ciudad con nombre tan impronunciable como Thiruvananthapuram se podía volar a Maldivas por 100$.
Me puse manos a la obra para conseguir alojamiento en algún barco de buceo, que se llaman liveaboard, la mejor manera de moverse por los archipiélagos de atolones en busca de manta rayas, tiburones ballena, martillo, toro y otras especies.
Envié varios correos, y casi inmediatamente recibí una propuesta de intercambio de buceo por reportajes en vagamundos que me puso loco de alegría, ya que mi presupuesto no daba para pagarlo, una semana suele costar entre 1.200€ los barcos más básicos y de 3.000€ para arriba los de lujo.
Era un barco de propiedad alemana, lo que teóricamente supone altos estándares de calidad (ejem, Volkswagen). Faltaba una semana y les sobraba un camarote, lo que normalmente, con lo organizaditos que son los alemanes, suponía que iba a ir vacío. Pero dos días después el sueño se desvaneció, debieron hacer una venta de última hora, y me dejaron con cara de besugo. Como a Carmena, nunca se lo perdonaré 😉
Pasaron los años y en 2015 empecé a leer reportajes de blogueros australianos que decían que se podía viajar a Maldivas y por Maldivas ¡lowcost!. La confirmación me vino de la mano de mi buen amigo Miguel Egido, creador de Diario de un Mentiroso, que en diciembre de 2015 viajó por 300€ con Aeroflot y vivió una semana en una isla del sur con excursiones diarias, por 700€/persona. Aunque parezca mentira, de ahí su nombre, lo cuenta aquí con pelos, señales y facturas de Mercadona.
Pero mi caso es distinto, yo viajo solo, en Maldivas cuesta lo mismo una habitación doble que una doble de uso individual, y prefiero, como el nombre de Vagamundos indica, moverme por libre en transporte público y alojarme en sitios de locales.
Mis indagaciones me llevaron a Couchsurfing, que hacía años que no utilizaba, Airbnb, que uso mucho en países donde el alojamiento, incluso en hostales, es caro o simplemente no hay hostales, como en Maldivas, y Booking, mi web preferida de reservas de hoteles (que no me paga nada por recomendarles, sencillamente funcionan muy bien).
Lo de Couchsurfing fue una decepción total, la mayoría de gente que está ahí, aunque ponga que aceptan invitados en sus casas, una vez contactas con ellos te dicen que ahora no pueden alojarte pero que estarán encantados de ayudarte a encontrar un hotel barato. Falso, son guías turísticos que se van a llevar una buena comisión del hotel. Me pasó en Male, pero logré escaparme del timo.
Por supuesto me refiero a Couchsurfing en Maldivas, en otros países funciona de maravilla, de hecho en Nueva Zelanda hasta me invitaban sin yo pedir alojamiento.
Airbnb es otra cosa, normalmente está pensado para alojamientos particulares, desde lo más básico hasta el lujo, pero en un país como Maldivas, donde el ciudadano promedio vive en unas condiciones muy básicas, los que suelen estar en Airbnb son pequeños hoteles o guesthouses, a veces con una sola habitación.
La ventaja con Airbnb es que puedes hablar directamente con el dueño, y si te inspira confianza, ahorrarte la comisión de Airbnb y reservar directamente. Mi experiencia, en la semana que llevo en Maldivas, es que algunos lugares son mejores de lo que esperaba, y otros mucho peores.
Mi consejo es que si no hay evaluaciones ni fotos no reserves o lo hagas por Airbnb, lo que te permitirá poner una evaluación acorde a la calidad del sitio para que el próximo viajero no vaya a ciegas.
Si aún no lo has probado, en este enlace conseguirás 18€ de crédito para tu primera reserva, y si decides alojar en tu casa a gente, como hago yo en Madrid, te ganarás un dinerito para tus próximos viajes.
Una vez que has usado Airbnb te enganchas, porque aunque el anfitrión gana dinero, en muchos países como Canadá, donde lo usé mucho, te das cuenta de que la gente lo que busca es conocer gente de otras culturas y abren sus casas a completos desconocidos sin problema alguno.
Con Booking, si eres usuario registrado, te ponen ofertas Genius con buenos descuentos, como el que me permitió escapar de Male y alojarme por sólo 40€/noche en el Hotel Seahouse TopDeck de Villingili, la islita remanso de paz sin vehículos, a sólo 10 minutos y 20 céntimos de euro de Male en ferry. El precio suele ser el doble.
Estuve en viernes, el día festivo de los musulmanes, y la gente andaba ociosa por la isla. paseando, jugando al cricket los hombres, tirándose al mar desde una plataforma, y viendo el atardecer desde el malecón.
Si estás muy pelado y el lowcost es tu religión, en el Tour Rest Inn de Male te puede alojar en habitación compartida de 4 camas por 31€ la noche. Busqué el hotel pero no lo encontré, las calles en Male no tienen nombres y es complicado llegar a los sitios a veces.
La mayoría de turistas que aterrizan en el aeropuerto internacional de Male se suben a un hidroavión o una lancha rápida y no llegan a conocer la capital, y no es extraño, porque vienen al Paraíso y directamente se encontrarían con algo muy parecido al infierno, ya que en Male vive hacinado un tercio de la población del país, más de 100.000 personas en sólo 6km2 (parece que Wikipedia está equivocada en este dato, como me han indicado Edu y Paula, dos españoles que han vivido en Male a los que conocí en el vuelo), el tráfico es caótico, la mayor parte de las calles no tienen aceras, los atascos y cláxones son permanentes, la suciedad ubicua ya que sólo vi una papelera en toda la ciudad, y cuando llueve es lo mismo pero con calles inundadas.
Yo no viajo en busca de postales y por ello quiero conocer lo bueno y lo malo de los lugares que visito, y de Male lo bueno que pude sacar de mi estancia fue la visita al mercado de pescado, no por su higiene, si no por los impresionantes atunes que a veces llegan allí antes de ser despedazados para servir las mesas tanto de turistas como locales, ya que es el producto más consumido en su cocina, del desayuno a la cena.
También es interesante visitar la zona de la Plaza de la República y los jardines del Sultán, donde ves carteles conmemorativos de los 50 años de independencia de Maldivas en 2015, y el centro islámico, probablemente las únicas zonas de Male limpias y ordenadas.
La enorme mezquita del centro islámico, y el hecho de que casi todas las mujeres, incluso niñas, van con el cuerpo completamente cubierto, excepto el rostro, y que en las playas se bañan de esta manera, y la media luna en su bandera, indican claramente que Maldivas es un país musulmán e islámico, y en las playas públicas hay carteles de NO BIKINI.
Esta es la trastienda del Paraíso que no ve el 99% de turistas que vienen a Maldivas, una vez vista yo ando viajando de isla en isla buscando mi propia versión del Edén que sin duda mejorará lo visto en Male.
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¡Hasta Pronto!
Carlos, desde la isla Huraa, Maldivas, 22 de febrero de 2016
esperando ya las segundas impresiones… y las fotos impresionantes!
Muy bueno, Carlos. Es verdad que por varias razones no tengo a Maldivas en mi lista de deseos inmediatos (aunque sí soy de sol y playa no soy de buceo je je) pero lo que he leído me parece muy interesante. ¡Sigo atenta a próximos capítulos! Un abrazo
Me quedo con ganas de más, y expectante a las siguientes impresiones, aunque eso suponga ponerme los dientes largos. Un abrazo!