Guinea Conakry, la Dignidad de Africa.
La historia de Guinea es una sucesión de imperios que surgieron y cayeron, entre ellos el Imperio de Malí, creado por Sundiata Keita, que comprendía partes del área norte de Guinea gobernada por mansa (emperadores).
El más conocido fue Kankan Musa I, que hizo una famosa peregrinación hacia La Meca en 1324.
El Imperio de Malí cayó a causa de los invasores almorávides que venían del norte de África, que establecieron el Imperio Songhai, el cual cayó a manos de los mauríes en 1591.
Los primeros navegantes en acercarse a las costas guineanas fueron los portugueses a mediados del siglo XV, a los que se impondría los franceses en el s. XVII y los comerciantes británicos más tarde.
Todos ellos competían por el control del mercado de esclavos en la región y, más tarde, al acabar este mercado, por materias primas como el aceite de palma, cacahuete, etc.
Los musulmanes Fulani migraron a Futa Ŷallon en Guinea Central y establecieron un estado islámico de 1735 hasta 1898 con una constitución escrita.
La actual Guinea fue creada como colonia por Francia en 1890 con Noël Balley, siendo el primer gobernador.
La capital, Conakry, fue fundada en la isla Tombo en 1890.
En 1849, los franceses declararon Protectorado a una parte del país y, tras diferentes pactos, se anexionaron muchas más tierras a las que denominarom los Ríos del Sur.
En 1891 se constituyó como una colonia francesa separada de Senegal, y en 1893 obtuvo el nombre de Guinea Francesa, y dos años después entró a formar parte del Africa Francesa del Oeste.
Hasta 1898, los franceses ocuparon el país sin resistencia seria por parte de los guineanos, y se puede decir que tenían al país en «barbecho», pero el descubrimiento de ricos depósitos de bauxita (necesaria para hacer aluminio), movió a Francia a comenzar su explotación.
A partir de entonces, los movimientos contra la dominación francesa y el nacimiento de un movimiento obrero organizado se convirtieron en el inicio de la lucha organizada contra el colonialismo francés.
En esta lucha sobresaldría Sékou Turé, un líder obrero que posteriormente encabezaría el Partido Democrático de Guinea (PDG), una rama del intercolonial Rassemblement Démocratique Africain.
Bajo su dirección, Guinea Conakry sería la única colonia que votó en contra de la constitución de la Comunidad Francesa en 1958 y optó por la independencia completa.
Es por ello que Guinea es uno de los pocos países francófonos de África del Oeste que no usan la moneda común del CFA, bastante estable porque esta apoyada por el banco central europeo.
Es famosa la frase de Sékou Turé, que le dijo a De Gaulle que preferían «dignidad sin dinero a dinero sin dignidad».
Abandonada por Francia, Guinea Conakry buscó apoyos con la Unión Soviética, con quien llegó a mantener buenas relaciones hasta 1961
Guinea no tuvo elecciones democráticas hasta 1993, cuando el general Lansana Kouyaté (jefe del gobierno militar) fue elegido presidente en una reñida votación.
Reelecto en 1998, el presidente Lansana Kouyaté encarceló en 1999 al principal líder de la oposición, y si a eso le unimos que la economía lleva años empeorando (de hecho el PIB ha descendido), el malestar popular está muy extendido por el país, como pude comprobar en mi viaje, pero Lansana Kouyaté sigue aferrado a su sillón y seguramente no saldrá de él de manera pacífica.
Guinea es una república popular y revolucionaria.
El jefe de Estado es el presidente, elegido por el pueblo por un mandato de 5 años, y el primer ministro es designado por el jefe de Estado.
El poder legislativo está garantizado por un parlamento compuesto de una sola cámara, la Asamblea nacional popular, donde se reúnen 114 diputados elegidos por el pueblo por un mandato de 5 años.
Guinea limita al norte con Guinea Bissau y Senegal, al sur con Sierra Leona, al sureste con Liberia y al este con Mali y Costa de Marfil. Tanta frontera le ha causado problemas graves, ya que con los conflictos de Liberia y Sierra Leona miles de desplazados se refugiaron en Guinea, y es por ello que hay una misión permanente de la ONU en el país.
El país se caracteriza por tener la zona de costa frecuentemente cubierta por manglares, donde se encuentra la capital Conakry.
Hacia el interior el país va ganando en altura con algunas montañas, como las del Fouta Djallon, que separan Conakry de Kankan.
Entre Kankan y Nzerekoré el territorio es más llano. En la frontera con Costa de Marfil, en las cercanías de Nzerekoré, se encuentran los montes Nimba, declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO, que están repartidos entre los dos países.
Guinea es la de uno de los países más pobres del mundo y sin la ayuda internacional habría colapsado hace tiempo.
La agricultura, que emplea cerca del 80 por ciento de la mano de obra disponible en el país, tiene como principales productos a la castaña de cajú y el algodón.
Guinea es, sin embargo, un país rico en reservas de minerales, entre las que destacan las de bauxita, que representan un tercio del total mundial.
Otros minerales que destacan son: el hierro, y una cantidad indeterminada de oro, diamantes y uranio.
Los tres grupos étnicos mayoritarios son los Fulani, que se encuentran principalmente en la región montañosa de Fouta Djallon; los Malinké, que habitan mayoritariamente la sabana de la parte superior de Guinea y la región de bosques, y los Susus, cuyo idioma es también una lingua franca en Guinea, y se habla comúnmente en áreas de la costa incluyendo la capital Conakry.
Mi idea era pasar unos día en la zona de Fouta Djallon, donde nace el río Gambia, pero nada más cruzar la frontera nos dimos cuenta de que la cosa no andaba nada bien por el país.
La divisa, el franco guineano, estaba 10 a 1 con el franco CFA, y los cambistas se te echaban encima para cambiar una moneda que cada vez vale menos y nadie quiere tener en sus manos.
En las gasolineras había desabastecimiento, por suerte para nosotros principalmente de gasolina (la furgoneta usa diesel), y en general el estado del país parecía cercano a la revuelta.
Las pistas de tierra estaban en un estado deplorable, y nos llevaba hasta 8 horas hacer 200 kilómetros, con el resultado de que luego era prácticamente imposible abrir una puerta en la furgoneta, ya que todo parecía haberse desencajado.
En Guinea apenas hay puentes, los ríos se cruzan en transbordador, muchas veces a base de polea y fuerza bruta, ya que no hay motor, y si lo hay, no hay gasolina.
Milagrosamente, al cabo de unas horas, la furgoneta se había «autoreparado» y abría y cerraba perfectamente.
Milagros de la tecnología alemana.
El transporte público no es que fuera escaso, es que era una milagro que vehículos viejos y destartalados llevaran en la baca bultos más grandes que el vehículo y encima aún iba gente sentada
Prácticamente no vimos turistas, sólo una pareja de italianos que parecían ajenos al clamor popular, que estaban precisamente en un hotel en el que en el año 2007 unos españoles quedaron atrapados 10 días porque hubo revueltas populares con bastantes muertos, según nos contó el director, que tuvo el detalle de cobrarles sólo el 50% de la tarifa.
Imágenes tomadas en ruta. Los niños nunca pierden la alegríaPara el 31 de marzo de 2008 había convocada una huelga general.
Otro ejemplo del desmembramiento del país fue el hotel Flamboyant, en Kindia, donde nos alojamos, un sitio muy agradable en apariencia, con piscina, amplios jardines, y unos enormes y baratos bungalows con aire acondicionado.
Lo dirigían desde hacía poco una pareja joven de franceses, ella de origen malgache y él de origen español, y nos contaban los problemas que tenían para poder tener el hotel en funcionamiento ya que los trabajadores pasaban de todo.
La piscina estaba por supuesto vacía, lo cual no era grave, pero el hecho es que no tuvimos electricidad de noche en las habitaciones y por la mañana tampoco teníamos agua.
Por lo menos la cerveza estaba fría.
Por no haber no había casi ni café, pero en un puesto callejero de Labe tomé una mezcla de café, gengibre, e hierbas «locales», como me dijo el vendedor cuando le pregunté, arqueando una ceja, que era pura dinamita y levantaba un muerto.
El vendedor se reía al ver mi cara al probarlo y me decía: «bueno por las mañanas», lo que no sé es para qué.
El saco de arroz, de 50 kg. se acercaba peligrosamente a los 40$ US de precio, la barrera que algunos nos dijeron que supondría el alzamiento popular contra el gobierno.
Estamos hablando de un país en el que muy poca gente gana más de un dólar por día.
No nos quedamos en Guinea para verlo.
Desgraciadamente, puedo decir que sólo he visto el país desde la ventanilla de la furgoneta los 600 km. que recorrimos entre las fronteras de Guinea-Bissau y Sierra Leona, y del poco contacto humano que pude hacer en las 3 localidades en las que pernoctamos, Koundara, Labe y Kindia.
Hablando de contacto humano, en Koundara nos encontramos con Mathew y Andrea, una pareja de kiwis (Nueva Zelanda), que llegaron al infecto hotel en el que estábamos alojados, cuyo restaurante por la noche se convertía en discoteca como nuestros oídos comprobaron, y el hotel en puticlub como delataba el sonido de tacones altos por los pasillos.
Mathew y Andrea llevaban bastantes meses de viaje por Oriente Medio y Africa del Oeste, con experiencias de todo tipo, y a pesar de que habían llegado a Koundara en un taxi atestado de gente y en condiciones inhumanas, eran ese tipo de viajeros que nunca pierde la sonrisa.
Les ofrecimos viajar con nosotros hasta Sierra Leona y pasamos unos días con ellos compartiendo experiencias viajeras, aunque les tuve que echar la bronca, porque de España conocían poco más que los Sanfermines y la tomatina de Buñol, algo bastante habitual en los aussies (australianos) y kiwis.
Gran parte de la información de este diario ha sido extraída de wikipedia e ikuska.
Visita los sitios oficiales de turismo de Guinea, y Guinee news, esta última con información independiente, todas ellas en francés.
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!! Hasta Pronto !!
Carlos, desde Santo Antao, Cabo Verde, 14 de abril de 2008
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