…Y la Virgen se Mojó
Cuando la gente me pregunta por lo complicado y caro que debe ser viajar de manera independiente en la mayoría de países que visito, siempre les digo que lo difícil a veces es llegar al país, pero que una vez dentro, es mucho más fácil de lo que parece.
La razón es bien simple, ya que en los países en los que la gente no suele tener coche propio, la red de transporte público es amplia y eficiente.
Sucede en África, donde siempre encuentras un matatu o minibús que te lleva a cualquier sitio, aunque sea en varias etapas.
En Sudamérica y Centroamérica los antiguos autobuses amarillos escolares norteamericanos, pintados ahora en modo multicolor, siguen recorriendo miles de rutas y desafiando a la obsolescencia tecnológica y sobre todo a la seguridad en las carreteras.
En Asia también hay una variedad de transportes casi ilimitada, con el añadido de que hay varias líneas aéreas de bajo coste que cubren muchas rutas a precios ridículos.
He comprado un billete de Indonesia a Singapur por $US5, que seguramente no usaré porque mis rutas son imprevisibles, pero las autoridades indonesas te exigen un billete de salida del país cuando entras en él.
Para que veais lo «complicado» que me resultó viajar al Parque Nacional Gunung Mulu, uno de los dos lugares Patrimonio de la Humanidad en Malasia, junto con el monte Kinabalu, nombrados los dos en el año 2000 Patrimonio Natural, os adjunto la cronología del proceso:
26/1/06. 7 am. Me levanto, desayuno Laksa (sopa ligeramente picante de marisco).
26/1/06. 8 am. Oficina de turismo de Miri. Me informan que hay que reservar por teléfono en el parque el alojamiento y volar 30′ o tomar 1 bus y 3 barcos para llegar en 12 horas. Decido volar.
26/1/06. 8h30 am. He reservado por teléfono en el Parque nacional, una llamada local que cuesta 2 céntimos de euro, voy a una agencia y compro un billete de avión a las 12h30 por 19 euros.
26/1/06. 9 am. Cambio euros en la casa de cambio, y voy a Internet.
26/1/06. 11 am. Dejo el hostal y me voy a la estación de buses
26/1/06. 11h15 am. Mientras espero, un taxi pirata se ofrece a llevarme al aeropuerto por 2 euros. Lo tomo, y a las 11h45 llego.
26/1/06. 12h30 pm. Vuelo en un Twin Otter de 19 plazas con otras 5 pax.
26/1/06. 13h pm. Aterrizamos en Gunung Mulu después de un precioso vuelo sobre los pináculos.
26/1/06. 13h30 pm. Estoy en el Parque Nacional, me registro, y pago el «desorbitante» precio de 4 euros por una cama en dormitorio común.
26/1/06. 14h pm. Comienzo mi primera caminata a las cuevas Lang y Deer.
¿Complicado y caro, verdad?. Las barreras casi siempre son mentales, no físicas.
Vayamos ahora con el parque en sí mismo. Gunung Mulu está en Sarawak y es la zona kárstica tropical más estudiada del mundo.
Es muy importante por su biodiversidad y por sus cuevas, y tiene una superficie de 520 km2, con 17 áreas diferentes de vegetación y 3.500 especies de plantas vasculares y 109 de palmeras.
El monte Gunung Mulu es su pico más famoso, con 2.377 m, que nos llevan a ver los pináculos, una serie e agujas cortantes de decenas de metros de altura.
Se han explorado más de 295 km de cuevas, habitadas por millones de murciélagos y golondrinas.
La cueva Sarawak, de 600 m x 415 m y 80 m de altura es la cueva conocida más grande del mundo, desgraciadamente no accesible para el público.
Las 4 razones por las que ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad son:
1.- El geomorfismo de las cuevas y su estructura ofrecen grandes ejemplos de la historia de la tierra desde hace un millón y medio de años y facilitan su estudio y conocimiento.
2.- El parque ofrece muchas posibilidades para el estudio de la fauna de las cuevas por haber estado aisladas sin intervención exterior.
El Jardín del Edén en la cueva Deer
3.- Proporciona un hábitat de vida muy amplio para la fauna y la flora, tanto sobre como bajo la superficie y la gran frecuencia de lluvias produce un entorno de crecimiento fértil.
4.- La riqueza paisajística es extraordinaria, con montañas, cañones, ríos salvajes, pináculos, bosque lluvioso y de montaña, cuevas con formaciones y pasajes espectaculares.
Pasando de la teoría a la praxis, la caminata que lleva a las cuevas Lang y Deer (ciervo) se hace por una pasarela de madera de más de 5 km, que se prolonga por el interior de las cuevas, puesta para proteger la flora de las pisadas de los 90.000 visitantes/año que tiene el parque.
El insecto más característico de Gulung es el ciempiés, los hay de todos los tamaños, formas y colores, y recorren tranquilamente las pasarelas.
La cueva Lang es pequeña comparada con sus hermanas, pero tiene algunas formaciones muy bonitas, y bien iluminadas. Las 4 cuevas que se pueden visitar están iluminadas, lo que hace innecesario, al contrario que en Niah, el uso de la linterna.
La cueva Deer, que debe su nombre a que se encontraron ciervos viviendo en ella, está a unos 40 minutos caminando desde la Lang, y tiene el corredor más ancho del mundo en una cueva.
Se hace un recorrido circular en la cueva, y al final, desde un mirador, uno se queda boquiabierto cuando ve lo que se llama «el Jardín del Edén», y ciertamente lo es, porque al final de la cueva y gracias a un agujero del techo, se ha creado un pequeño paraíso, con cascadas, lagos y vegetación exuberante, con su propio ecosistema.
Los primeros que lo visitaron comentaron que ni los peces tenían miedo del ser humano, que ponían la mano en el agua, y los peces venían a posarse. ¡ Alucinante !.
Tan alucinante como la experiencia del Jardín del Edén es la del Dragón negro, que es como se llama a la columna negra serpenteante que al atardacer, si el tiempo es bueno, se produce a la entrada de la cueva Deer.
Durante 40 minutos, los 3 millones de murciélagos que se calcula hay dentro de la cueva salen en busca de su alimento, insectos, y también los predadores de murciélagos, como el halcón, están a la espera del evento para obtener su merienda.
Nos quedamos un buen rato viendo como los miles de murciélagos parecían un sólo ente, siempre en la misma dirección.
Las cuevas Wind (viento) y Clearwater (agua clara), se visitan por la mañana, y para llegar a ellas se puede tomar una lancha que nos deja a la entrada en 15 minutos, o hacer una caminata de una hora paralela al río.
El incoveniente es que hay que hacer una subida de varios cientos de escalones y cruzar la cueva Moonmilk, que debe su nombre al aspecto lechoso de sus paredes, aunque también le podrían llamar Narrow milk, porque es estrecha de la leche, y en algunos lugares tienes que pasar de perfil, quitándote la mochila.
Primero se visita la cueva Wind, que debe su nombre a la corriente de aire que se produce por un agujero en el techo y al efecto refrescante que produce, ya que las cuevas son muy húmedas y cálidas.
Pero lo más interesante de la cueva son las formaciones de estalacticas y estalagmitas, que se juntan a veces en poderosas columnas y otras produces caprichosas formaciones que con un poco de imaginación llevan a ponerles nombres como la cámara del Rey o la Virgen de la cueva, en este caso más por la sombra que produce que por su forma.
En 5 minutos caminamos desde la cueva Wind a la Clearwater, por la que corre un río de aguas refrescantes y transparentes, que conecta las 2 cuevas.
Cuando el nivel de agua no es muy alto, se puede ir entre las 2 cuevas por el río, pero con un nivel de dificultad alto, como demuestra el que los 5 minutos que lleva ir de una cueva a otra caminando se convierten en 5 horas a traves de angostos pasajes.
Clearwater tiene algunos túneles y galerías espectaculares, y el río la recorre durante 108 km., a veces con gran potencia, como demuestran los troncos de árbol dentro de la cueva.
Al salir de la cueva me pegue un buen baño en la piscina natural que se forma, donde amarran las barcas que esperan a los turistas.
Yo me volví a dar la paliza de los cientos de escalones de la Cueva Moonmilk, y en una hora estaba de regreso en el hostal.
Descansé un rato, y fui a informar a la oficina de que iba a hacer el sendero a la catarata Paku, unas 3 horas de caminata. Aparentemente se toman muy en serio el tema de la seguridad en el parque.
El ranger me dijo que aunque había llovido se podía hacer en sandalias, así que me fui feliz con mis Panama Jack todo terreno, que mantienen el pie fresco al mismo tiempo que tienen buen agarre.
La primera media hora de caminata estuvo bien, pero enseguida llegué a una zona en la que el barro llegaba por encima del tobillo, y me quedaba encajado con las sandalias en el barro, además de que había bastantes de esas amigas indeseadas, las sanguijuelas, así que decidí regresar, habían sido 5 horas de caminata y el atardecer estaba cercano.
En Gunung Mulu hay varios trekkings muy exigentes, tanto que en época de lluvias muchas veces no se pueden hacer, como son el Headhunter’s Trail o trekking de los Cazadores de Cabezas, la cima del Gunung Mulu y el de los Pináculos.
Para los menos aventureros, el parque tiene actividades lúdicas y educativas al mismo tiempo, como el Canopy Skywalk o paseo por las copas de los árboles, una serie de pasarelas colgantes de casi 500 metros de largo entre 15 y 20 metros sobre el suelo.
El sendero Plants for Life, Plantas para la vida, con un recorrido de una media hora, identifica hasta 50 plantas diferentes y nos cuenta las propiedades y usos de las plantas por parte de los nativos, y ahora también por la industria farmaceútica, que ha descubierto un filón inagotable de usos médicos en muchas plantas tropicales.
Gunung Mulu fue mi último destino en Sarawak, y volé desde allí en un avión mucho más grande, un Fokker 50, que como su propio nombre indica tiene 50 plazas, hasta Kota Kinabalu, la capital de Sabah, donde me espera el segundo lugar Patrimonio de la Humanidad en Malasia, el Monte Kinabalu, de 4.100 metros, que espero poder ver desde su cima.
Desde el avión pude ver las heridas en la jungla, otrora impenetrable, causadas por la avaricia de las compañías madereras con la complicidad de funcionarios y gobiernos corruptos que se llenan los bolsillos de vil metal intercambiado por maderas tropicales que han tardado cientos de años en crecer y pocos minutos en sucumbir a poderosos bulldozer que se van abriendo paso en la jungla, dejando cicatrices ramificadas a manera de venas exangües.
Para saber más sobre Malasia, visita la web oficial de turismo en español, y las webs en inglés de Parque Nacional Gunung Mulu, los Parques Nacionales de Sarawak, el Festival de Música de la Jungla, Thingsasian, y Geographia.
Si quieres ver todas las fotos del viaje de Vagamundos 2006 de 6 meses por Tailandia, Malasia y Borneo, Brunei, Indonesia y Singapur, haz clic aquí .
¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Kota Kinabalu, Sabah, Borneo, Malasia, 1 de febrero de 2006
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