El Parque Nacional de Tongariro es el parque nacional más antiguo de Nueva Zelanda.
Situado en el centro de la Isla Norte, con tres volcanes activos, el Ruapehu, el Ngauruhoe y el Tongariro, que se encuentran situados en el centro del parque.
Fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1990, y en 1993 fue el primer lugar que obtuvo el galardón de lugar de carácter mixto, cultura y natural.
El Parque Nacional de Tongariro fue el cuarto Parque Nacional establecido en el mundo, y su nombramiento como lugar mixto se debe a que hay varios sitios religiosos Māori dentro en el parque. Varias de las cumbres son denominadas tapu, una palabra que describe un lugar sagrado.
El parque está a 330 km al sur de Auckland y a 320 km hacia el norte de Wellington, y los principales puntos de acceso son Turangi y Taupo, ambas localizadas cercas del Lago Taupo.
El Parque Nacional de Tongariro está situado en una zona templada, pero el clima es muy variable y en el mismo días se puede uno asar de calor o congelarse de frío por los gélidos vientos que a veces azotan el parque.
En mi primera visita a Nueva Zelanda en mayo de 2002, otoño, el cruce del Tongariro estaba impracticable sin equipo de alta montaña por la nieve. En invierno hay nieve en cotas de 1500 m.
La temperatura varía drásticamente, incluso en el mismo día. La temperatura media es de 13 °C, con unas máximas de 25 °C en verano y unas mínimas de -10 °C en invierno. Algunos veranos las cumbres de los tres volcanes están cubiertas de nieve.
Para prevenir la explotación de las montañas por parte de inmigrantes europeos, Te Heuheu Tukino IV (Horonuku), el jefe más importante del Māori Ngati Tuwharetoa iwi (o clan), cedió el corazón del actual parque nacional, compuesto por los picos del Monte Tongariro, Monte Ngauruhoe y parte del Monte Ruapehu, a la Corona Británica el 23 de septiembre de 1887, con la condición de que ésta fuese un área protegida.
Los volcanes Tongariro, Ngauruhoe y Ruapehu se encuentran al final de una larga cadena de volcanes de 2500 km de largo, debajo de los cuales se halla la placa Indo-Australiana limitando con la placa Pacífica.
La geología es principalmente volcánica, lo que no impide que existan 56 especies de aves, como el kiwi marrón de la Isla Norte, kākā, el pato azul, el chorlito de doble collar y la karearea, todas ellas endémicas.
El tramo más visitado en el Parque Nacional de Tongariro es el que pertenece a la Travesía del Tongariro (Tongariro Crossing), que forma parte también del Circuito Norte de Tongariro (Tongariro Northem Circuit), un trayecto de tres a cuatro días que está considerado una de las nueve Grandes Caminatas (Great Walks) de Nueva Zelanda.
Otra ruta, de tres a seis días, es la llamada Round the Mountain Track, alrededor del Monte Ruapehu.
Como estaba sólo y tenía que acarrear mi mochila por el parque con comida, utensilios y material, ya que las cabañas que hay son muy básicas, me decidí a hacer el cruce del Tongariro, que se completa en el día.
Además, el ascenso a las cumbres del Tongariro y Ngauruhoe, se puede realizar en la travesía, al menos teóricamente.
Digo lo de teóricamente porque para la travesía el bus sale a partir de las 6 am, y el regreso es a las 3 o 4 pm. Si tienes vehículo propio no tienes esas limitaciones, pero sí otras, ya que la travesía comienza y termina en lugares diferentes, por lo que necesitarías que alguien llevara el coche desde el punto de partida al de llegada.
La travesía normal son 19 km. y dura unas 6 horas sin prisas, pero si le añades las cumbres del Tongariro y Ngauruhoe tienes que sumar 1 y 3 horas respectivamente, lo que nos pone en 10 horas, muy justo pero esa era mi intención cuando esperaba al bus a las 6 am, justo antes de amanecer.
Llegó puntual y el conductor era un maorí mayor pero cargado de energía a horas tan tempranas. Recogió a unos 25 senderistas, y nos pusimos en ruta al Parque Nacional.
Lo que debería ser una ruta de una media hora, ya que el parque está a 25 km. de Turangi, se convirtió en un recorrido en tartana, ya que a mitad de camino el bus dijo que no tenía intención de subir aquellas cuestas y no aceleraba, por lo que no podíamos pasar de primera y prácticamente íbamos a ritmo de caminata.
Después de media hora luchando para llegar al aparcamiento, el bus dijo basta y cascó. Por suerte los kiwis son bastante solidarios, y un amable señor de otro bus nos metió a presión en el suyo, y pudimos hacer los últimos kilómetros, con el bus sobrecargado y muy lento, hasta el comienzo de la travesía.
El sol despuntaba sobre las montañas todavía cubiertas por nieblas y nubes y el reloj marcaba las 7h30, por lo que me quedaban menos de 9 horas.
Comencé la caminata, que en sus primeros kilómetros transcurre plácidamente por un valle sobre una pasarela de madera construida para proteger la delicada flora del parque y poco a poco las nubes despejando de todo y el sol nos cegaba, ya que caminábamos hacia el este.
Transcurridos unos cuatro kilómetros, un cartel de advertencia avisaba de que a partir de ese momento la ruta se complicaba, con fuertes subidas y senderos de ceniza que ponían la cosa más dura a partir de entonces.
Algunos senderistas dieron la vuelta en ese momento, y los demás comenzamos un zigzag continuo que suavizaba la subida y me recordaba al ascenso a la cumbre Gillmans del Kilimanjaro.
Terminada la subida de lo que antiguamente fue la pared de un cráter volcánico, tomé un respiro y disfrute de la espectacular vista de 360º, a un lado el valle que acababa de recorrer, al otro el fondo del cráter que tenía que cruzar, de fina arena volcánica, y de frente, imponente, el perfecto cono volcánico del Ngauruhoe.
Cuando llegué al pie del volcán, eran ya cerca de las 10, por lo que no disponía de las 3 horas para subirlo, en todo caso el sol pegaba ya muy duro, y no había ni una sombra en casi toda la ruta.
Continué hacia el pico Tongariro, de casi 2.000 metros, al que si subí a la cima, y sentado allí en las rocas me quedó claro porque el Tongariro fue el lugar elegido para escenificar Mordor en El señor de los anillos, ya que los paisajes parecían de otro mundo, con picos nevados al fondo, varios conos volcánicos alrededor, y lagunas de colores casi imposibles, verde esmeralda y azul turquesa.
La bajada del Tongariro hay que hacerla con bastante cuidado, ya que es un sendero de apenas medio metro de ancho, y cuando te cruzas con alguien corres el riesgo de caerte ladera abajo.
A mediodía me encontraba ya al borde de las lagunas, con la idea de comer allí, pero el nauseabundo olor a azufre lo desaconsejaba, así que seguí camino.
De nuevo volvió a aparecer la vegetación, en forma de matojos, y la senda transcurría a media ladera, con un enorme lago al fondo que, a medida que me iba acercando a él, parecía no tener fin.
Sobre las 13h30 llegué al refugio Teketahi, a 1.500 msnm, donde había bastante gente descansando, quedaban sólo 6 kilómetros, casi todos de bajada, hasta el final de la travesía.
En el refugio pude reponer agua, ya que los 3 litros que llevaba se habían terminado hacía rato, y finalmente almorcé.
A las 14h me puse de nuevo en marcha con el objetivo de alcanzar el bus de las 3, lo que suponía casi correr, pero me encontraba todavía fresco y prácticamente no había gente en el sendero, casi todo el mundo opta por la opción del bus más tardío.
Los 3 últimos kilómetros, ¡aleluya!, son por un bosque refrescante cuyo dosel bajó la temperatura unos 10 grados, por lo que el tramo final fue un placer, entre riachuelos y árboles centenarios.
Me demoré haciendo fotos, y finalmente llegué al parking a las 15h15, resignado a esperar al autobús de las 16h30, pero mi buena estrella se mostró, y justo alcancé el bus en el momento en que arrancaba.
Iba casi vacío, con algunas caras conocidas de la aventura de las 6 a.m, entonces somnolientas, y ahora quemadas por el sol, y un rictus de agotamiento que todos compartíamos.
Esta vez el bus se portó bien y en media hora nos depositó en Turangi, donde me di probamente la ducha más larga de mi vida, ya que la fina arena volcánica se había depositado en cada uno de los poros y orificios de mi cuerpo (los visibles), y mi pelo parecía un estropajo viejo.
Esa noche, con las pocas fuerzas que me quedaban, me fui hasta un restaurante de Turangi a celebrar el feliz término de la travesía del Tongariro, donde tomé una rica trucha, especialidad de la región.
Las fotos panorámicas de este diarios han sido realizadas con la función de panorama automático de la cámara digital Olympus Tough 8000 de 12Mpx, resistente a caídas desde 2 metros y sumergible hasta 10 metros, perfecta para viajeros, deportistas y aventureros.
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Para más información sobre el Parque Nacional Tongariro, consulta las páginas web (en inglés, excepto wikipedia) de:
Wikipedia, Turismo Nueva Zelanda, Tongariro Natural History, Tongariro Adventures, Lake Taupo isite,Tongariro Crossing, Tongariro alpine crossing, Tongariro Department Of Conservation y Tongariro Northern circuit Department Of Conservation.
Haz clic para ver:
Fotos de la Tongariro.
Mapa con las fotos geoposicionadas en Flickr Maps y Google Maps.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver todas las fotos de Tongariro.
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Carlos, desde Greymouth, Isla Sur, Nueva Zelanda, 19 de febrero de 2010
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