Todo Gran Viaje empieza en una mesa

Ahora SÍ. Escribiendo este primer artículo en Vagamundos, sentado delante del ordenador, es cuando comienza la cuenta atrás. Empiezo a sentir ese hormigueo en el estómago que siempre pasa cuando se acerca un viaje; este además es muy especial, por cuanto supone la culminación de un sueño: dar la vuelta al mundo ligero de equipaje y sin un «calendario de Damocles» que en todos los viajes tienes en tu cogote: el día de la vuelta. Seguro que volveré, porque cuanto más viajo por el mundo más me gusta España, pero también sé que mis pies no dejarán de estar inquietos por conocer nuevos rincones, gentes y culturas diferentes a la mía.

Este viaje también es muy especial porque supone una experiencia única y dual para mí: viajaré errante, pero al mismo tiempo estaré conectado al mundo a través de Vagamundos, mi cordón umbilical con amigos, familia y todo aquel que se interese por mis experiencias, en una especie de striptease viajero que como buen tímido me avergüenza.

Después de muchos años viajando con la máxima «Las no noticias son buenas noticias», que mantenían a familia y amigos en vilo hasta mi regreso, con Vagamundos me voy al otro extremo, todo el mundo podrá leer mi diario de viaje, escuchar mis reflexiones, y ver a través del ojo de mi cámara lo mismo que estoy viendo, con pocos días de diferencia. Me asusta, pero siempre podré decir que no encontré ningún cybercafé si al final el pudor me vence.

Estoy seguro de que muy pronto habrá alguien que dé la vuelta al mundo con una cámara web en su gorra, y todos podremos seguir al instante sus andanzas. Este pensamiento me vino a la cabeza hace poco viendo el descenso del Everest en skies en directo por internet (http://www.everest.simobil.si), ¡qué increíble capacidad de comunicación y de universalidad tiene La Red de Redes!. Espero no ser yo el que dé la vuelta al mundo con la cámara web enchufada.

¡Hasta pronto!

Carlos Olmo

Vagamundos

Desde Madrid, 10/11/2000