Playa del Carmen. Buceo en Cenotes.

Playa del Carmen, en comparación con con Cozumel y Cancún, tiene todavía un ambiente tranquilo y un tamaño pequeño, que sin embargo no durarán mucho, ya que es la ciudad de mayor crecimiento de México. Se despliega sobre kilómetros de playa de arena blanca, que no se calienta nunca, porque está compuesta de coral y un alga calcárea que no absorbe el calor. Está en la península de Yucatán, que en Maya significa «No entiendo». La razón de tan curioso nombre viene de la mala interpretación de los españoles, que cuando llegaron e intentaban comunicarse con los mayas, a la pregunta «¿Cómo se llama este lugar?», inevitablemente la respuesta era «Ci-u-than», que en Maya significa «no entiendo»; los españoles pensaron que ese era el nombre y así le quedó.

 

Playa del Carmen es también muy conocida por ser uno de los mejores lugares del mundo para bucear en cenotes, que son cavernas inundadas de agua dulce, y que tienen entrada de luz natural porque el techo se ha desplomado en varias partes ya que es calizo y por tanto muy poroso y frágil. El agua infiltrada, que siempre lleva en disolución anhídrido carbónico, ataca lenta pero eficazmente la roca caliza agrandando las grietas y ensanchando caminos al igual que se forman ríos y cavernas subterráneas en otros terrenos calcáreos.

Cuando en una de estas cavernas de origen natural se hunde el techo, aparece una especie de socavón, cuyo fondo generalmente contiene aguas que están en contacto directo con otras corrientes subterráneas, hecho por el que no suelen secarse ni siquiera en la estación seca. En algunos casos los cenotes no son otra cosa que galerías subterráneas que aparecen recubiertas de estalactitas y estalagmitas, siempre con una pequeña abertura al exterior (aunque en la mayor parte de los casos son salidas de un diámetro o de unas decenas de metros con unas paredes casi verticales). Algunos cenotes próximos al litoral se han unido al mar, y en la zona en que las aguas dulces se mezclan con las saladas se produce una extraordinaria variedad de fauna acuática.

El que he buceado en compañia de un experto guía californiano, Harry, y una pareja de Austin, Texas, no tenía apenas fauna acuática, pero en cambio el espectáculo de grandes grutas con estalactitas y estalagmitas era impresionante. Puedes apreciar perfectamente la separación entre el agua dulce, fría, y la salada, templada, porque tienen densidad diferente y no se mezclan, creando a veces un efecto de visión borrosa muy extraño, como si estuvieras mirando a través de una ventana cuando llueve mucho. A veces el efecto es como si atravesaras un muro de agua (como en la película Abyss).

La visibilidad es perfecta, hasta 50 metros, porque no hay corrientes, olas, sedimentos, ni partículas en flotación, que en el mar quitan visibilidad, pero la parte complicada es que tienes que controlar perfectamente la flotabilidad, ya que por los 4 lados tienes paredes y muchas veces estalactitas o estalagmitas, irreemplazables si las rompes en tu aleteo.

Harry hizo una prueba de la flotabilidad con nosotros, y cuando estuvimos preparados nos sumergimos, provistos de linternas, que pocas veces eran necesarias, por las diversas entradas de luz que tenía el cenote. La sensación era increíble, te sentías feliz como flotando en el claustro materno, y las 2 horas de inmersión en 2 buceos pasaron en un santiamén; también visitamos una gruta que mantenía una bolsa de aire de 1 metro en el techo, a la que asomamos las cabezas para ver de cerca las estalactitas que colgaban, y era una sensación muy extraña respirar allí aire fresco sin necesidad del regulador.

Realmente os recomiendo la actividad de bucear en cenotes si venís por Playa del Carmen; no hace falta ser buceador experto, pero es importante ir con alguien que tenga mucha experiencia, eso se nota, porque cuando la chica se puso muy nerviosa porque no controlaba bien su flotabilidad y se iba al techo, Harry la cogió de la mano y la llevo suavemente el resto del recorrido, y al final ella no se creía que lo hubiera hecho entero, porque no tenía apenas experiencia.

Mi alojamiento en Playa del Carmen también es muy recomendable, ya que está al final de la calle más popular, la quinta avenida, pero en una zona tranquila al borde de la playa. Hay cabañas básicas que sólo cuestan $10, y el hotel con habitaciones más caras. Se llama Azul Profundo y lo gestionan 3 chicos mexicanos muy simpáticos y amables.

La primera noche perdí la llave del candado de mi cabaña, y cuando llegué no había nadie, así que tuve que utilizar mis habilidades de «caco», para quitar la mosquitera de la ventana, desencajar las contras, y entrar como un reptil; previamente había intentado dormir en un sofá en la recepción, pero me devoraban los mosquitos, y otros bichos que al día siguiente supuse que eran pulgas porque ví al perro del hotel durmiendo plácidamente en el sofá.

Por la mañana temprano tuve que repetir la operación de salir por la ventana, ya que el candado sólo se podía abrir con llave, y fue sólo al regreso del buceo cuando, provisto de un martillo, un chico del hotel me franqueó el paso a la cabaña de una manera menos delicada que la que yo había usado; me preguntó si el vigilante no me había visto, y yo le dije ¿qué vigilante?, estaría durmiendo, borracho o sencillamente no estaba, porque desde luego no asalté mi cabaña entre las sombras vestido de negro.

¡¡ Hasta Pronto !!

Desde Playa del Carmen, 01/05/2001

Mexico