Ladran Sancho, Luego Cabalgamos

Cuando se cumple el IV centenario de la publicación de El Quijote, obra maestra de la literatura española, quiero comenzar el diario de arranque del nuevo viaje de vagamundos con esta frase de Don Alonso de Quijano a su fiel escudero, un viaje que también está de aniversario, ya que cumplimos 5 años de «La vuelta al mundo en 80 cybercafés», esta vez la etapa discurrirá por Asia.

Con el corazón todavía compungido por la tragedia causada por el tsunami que asoló todo el Sudeste Asiático, e incluso llegó hasta las costas africanas, parto triste porque en este nuevo año que comienza el mundo es más violento, intolerante, insolidario e injusto que el pasado, pero también alegre porque, como el que nada tiene nada puede perder, sé que cuando me ofrezcan un cuenco de arroz con una sonrisa, la esperanza anidará de nuevo en mi corazón.

La expresión «Quijote» o más bien «Quixote» se usa en muchos países e idiomas como paradigma de las causas perdidas y el idealismo utópico, pero yo creo que el mundo iría mucho mejor si hubiera más Quijotes (y Sanchos, su complemento) arremetiendo contra los molinos de viento, que Rambos dispuestos a cargárselos (a los molinos y todo lo que se mueva alrededor) por si acaso.

Sin ánimo de compararme, tengo que decir que me identifico plenamente con muchas de las frases y refranes que Cervantes escribió en El Quijote y otras obras inmortales, aunque eclipsadas por el fulgor de la armadura del caballero de la triste figura.

Algunas de estas frases me han ayudado a superar la incomprensión de mi entorno cuando decidí «dejarlo todo» y lanzarme al mundo, aunque yo creo que lo he «ganado todo»; otras, a aceptar que la gente te ve como te quiere ver, independientemente de lo que eres y lo que hagas, otras a saber que una vez tomado el camino de la Libertad, no hay marcha atrás, como mucho puede haber un rodeo, y otras a entender que aunque el Tiempo es inexorable para todos, lo que hacemos con él depende de nosotros únicamente.

Aquí os adjunto este decálogo de perlas:

¿Acaso es tiempo malgastado el que se gasta en vagar por el mundo?.

Cada uno es artífice de su ventura.

El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.

Es ligero el tiempo y no hay barranca que lo detenga.

Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.

El tiempo, descubridor de todas las cosas.

Cuando a Roma fueres, haz como vieres.

Ándeme yo caliente y ríase la gente.

La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

Les podríamos llamar los 10 vagamientos.

Algunas son perlas naturales, para las que sólo necesitamos estar despiertos, atentos y abiertos al mundo, y otras son perlas cultivadas; para obtenerlas hay que poner un cuerpo extraño dentro del corazón de la ostra, para que esta lo vaya cubriendo lentamente, el tiempo haga su trabajo, y finalmente nos atrevamos a abrir nuestro corazón sin miedo a que nos roben la perla.

La reinterpretación del logotipo de vagamundos que veis en este diario ha sido hecha por Sergio Caridad, el hijo de un buen amigo, que a pesar de su juventud, es ya un dibujante extraordinario, que tiene su propia web, Arte Fantástico, que lo es y por doble motivo. Os recomiendo que la visitéis.

Además del cumpleaños de El Quijote, con toda la parafernalia que han montado a su alrededor para ver si consiguen que la gente lo lea de verdad (estoy seguro de que al menos la mitad de los que dicen que lo han leído mienten), hay otro aniversario de un niño que ha cumplido 100 años, y al que le deseo que siga negándose a madurar, mi querido Peter Pan.

Os deseo Felices Fiestas y un Feliz 2005, y como siempre espero que viajéis conmigo a través de Vagamundos.

¡Hasta Pronto!

Carlos

Desde La Coruña, 31 de diciembre de 2004