Japón: los samuráis del paladar
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Los samuráis del paladar, más dispuestos a desenvainar los palillos que la katana, nos embarcamos en un viaje culinario por la tierra del sol naciente e intentamos descubrir los misterios y secretos de la cocina japonesa, algo nada fácil desde el punto de vista occidental cuando piensas que el pescado más caro de Japón es uno que te puede matar si no se prepara correctamente (el pez globo).
En tres semanas de viaje por Japón he tenido la oportunidad de probar ya unos cuantos platos y lo primero que tengo que decir es que su gastronomía no se parece en nada a lo que conocemos en Europa como cocina japonesa, al menos en aquellos restaurantes de presupuesto económico, que normalmente son dirigidos por chinos.
En un lluvioso domingo en Atam, un pueblo onsen y pesquero a una hora de Tokio en tren, me animé a probar un brunch dominical a base de pescado y puedo decir que pienso repetir más veces. Os cuento algunos de los platos que he probado y que ya están entre mis favoritos.
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Gyozas: Empanadillas con alma de guerrero
Las gyozas son como los ninjas de la cocina japonesa: pequeñas y con un sabor que te mata. Estas empanadillas rellenas, ya sean de carne de cerdo, verduras o una combinación de ambas, son el aperitivo perfecto para abrir el apetito antes de una batalla épica de sabores. Su textura crujiente por fuera y jugosa por dentro es un auténtico festival para el paladar. ¡Son tan adictivas que podrías comerte un batallón entero!
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Gyudon: El bol de arroz que te hace sentir como un emperador.
El gyudon es el plato reconfortante por excelencia de la cocina japonesa. Un bol de arroz coronado con finas láminas de ternera cocinadas en una salsa dulce y salada que te hará sentir como si estuvieras cenando en el palacio imperial.
Onigiri: El snack samurái para llevar.
Los onigiri son como los bocadillos de los samuráis: prácticos, deliciosos y llenos de energía. Estas bolas de arroz rellenas de umeboshi (ciruela encurtida), salmón o atún son el tentempié perfecto para llevar a una batalla épica o simplemente para un picnic en el parque.
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Noodles Soba y Udon: Fideos para todos los gustos.
Los noodles soba y udon son como los hermanos gemelos de la cocina japonesa: diferentes pero igualmente deliciosos. Los soba, finos y hechos de trigo sarraceno, son perfectos para sopas ligeras o para mojar en salsa fría. Los udon, gruesos y hechos de trigo, son ideales para sopas contundentes o salteados. Ambos tipos de fideos son tan versátiles que puedes combinarlos con cualquier ingrediente que se te antoje. ¡Son el lienzo en blanco de la cocina japonesa!
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Ramen: La sopa de fideos que te cura el alma.
El ramen es como la sopa de fideos que te prepara tu abuela, pero con un toque japonés. Un caldo sabroso, fideos elásticos y una variedad de toppings, como carne de cerdo, huevo o verduras, se combinan en un plato reconfortante y nutritivo. Hay tantos tipos de ramen como estrellas en el cielo, desde el tonkotsu cremoso hasta el shoyu ligero.
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Tempura: Fritura celestial
La tempura es como la versión japonesa de las patatas fritas, pero con esteroides. Verduras, mariscos o incluso helado, todo vale en esta técnica de fritura ligera y crujiente. El secreto está en la masa, una mezcla de harina, agua y huevo que se bate lo justo para que quede aireada y ligera.
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Sushi y Sashimi: El arte de la frescura
El sushi y el sashimi son las joyas de la corona de la cocina japonesa: elegantes, sofisticados y llenos de sabor. El sushi, arroz sazonado con vinagre y acompañado de pescado crudo, verduras o huevo, es un bocado de arte en sí mismo. El sashimi, pescado crudo cortado en finas lonchas, es la máxima expresión de la frescura. Ambos platos son tan delicados que requieren la mano de un maestro itamae para su elaboración. ¡Son la alta cocina japonesa en su máxima expresión y sus chefs más conocidos son como estrellas del rock!.
Yakiniku: Barbacoa japonesa para compartir
El yakiniku es como la versión japonesa de la barbacoa, pero con un toque de elegancia. Finas láminas de carne de ternera, cerdo o pollo se cocinan a la parrilla en la mesa, acompañadas de verduras y salsas para mojar. Es una experiencia culinaria interactiva y divertida, perfecta para compartir con amigos o familiares. ¡Es la excusa perfecta para socializar mientras te pones las botas!
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Kobe: La carne de los dioses
La carne de Kobe es como el caviar de las carnes: exclusiva, lujosa y deliciosa. Esta carne de ternera, procedente de la raza wagyu, se caracteriza por su marmoleo y su ternura. Es tan suave que se deshace en la boca, dejando un sabor dulce y delicado. ¡Es la experiencia carnívora definitiva!
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Okonomiyaki: ¿pizza, tortilla o tortita?
Ni una cosa ni la otra el okonomiyaki sabe a okonomiyaki, es un sabor tan diferente que te quedas sin palabras para describirlo. Una masa de harina, huevo y repollo rallado se cocina a la plancha y se cubre con ingredientes al gusto, como carne, marisco, queso o verduras. Es un plato versátil y facil, que en algunos restaurantes te preparas tú mismo. ¡Es la prueba de que la cocina japonesa también puede ser un juego!
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Tonkatsu: tierno como solo tu abuela podría cocinarlo.
Imagínate un filete de cerdo jugoso, tierno como un abrazo de abuela, pero con un toque gamberro: ¡empanado y frito!. El tonkatsu es una de las estrellas de la cocina japonesa, crujiente por fuera y suave por dentro. Se sumerge en panko, ese pan rallado japonés que le da un crujido irresistible, y se fríe hasta alcanzar un dorado perfecto. Se sirve con una salsa tonkatsu, dulce y espesa, la combinación perfecta de texturas y sabores.
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El curry japonés, con personalidad propia.
Y por último el curry japonés que yo ni sabía que existía. Me gustan mucho los currys indios y del sureste asiático, y el japonés, a diferencia de sus primos indios, tiende a ser más espeso, dulce y menos picante. Se elabora con una base de roux, una mezcla de harina y mantequilla que le da esa textura aterciopelada.
Los ingredientes clásicos incluyen zanahorias, patatas y cebollas, que se cocinan a fuego lento hasta que se ablandan y absorben los sabores del curry. La carne más común es el cerdo, pero también se puede encontrar con pollo o ternera, y se sirve sobre arroz blanco, creando una combinación perfecta de sabores y texturas.
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¡Hata pronto!. Carlos, desde Atami, marzo de 2025.
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