Estancia en un Templo Budista o el Gallego que Regaló su Audi
La posibilidad de una estadía para visitantes en templos budistas en Corea empezó durante el mundial de fútbol de 2002, y se ha hecho muy popular, con templos repartidos por toda Corea que participan en el programa de fin de semana, que no es sólo sobre budismo, sino sobre todo una experiencia cultural que te ayudará a entender mejor Corea del Sur.
Gracias al Templestay o Estancia en un Templo tienes la oportunidad de experimentar de primera mano los 1700 años de de tradición e historia del budismo coreano. Las estancias están a su vez muy condicionadas por la época del año en que vas y la ubicación del templo, ya sea urbano, rural o de montaña, y la profundización a la que quieras llegar en tu experiencia budista. En la página web de Templestay tiene una sección que te orienta sobre el tipo de templo que se adecua mejor a tus necesidades
La primavera comienza en marzo con el festival cultural de Templestay y en mayo se celebra por todo el páis el Festival de Linternas de Loto. En verano hay actividades y programas orientados a la cultura y a la ecología. En Otoño se celebra la mayor fiesta nacional de Corea, el “Chuseok”, una especie de Día de Acción de Gracias, pero budista, y suele haber muchos festivales de música en los templos. En invierno se hacen actividades especiales para celebrar el año nuevo budista.
Durante algo más de 24 horas experimentas la vida monástica budista, haciendo lo mismo que los monjes, y aprendiendo los complicados rituales a la hora de las ceremonias en los templos, e incluso para comer eres uno más en los servicios budistas (Yebul), en la Meditación(Chamseon), en las 108 postraciones y en la Ceremonia del té (Dahdoh)
Lo más duro para mi fue hacer las 108 postraciones completas, que me dejaron hecho polvo, y no estoy seguro de que a través del dolor se llegue mejor al Nirvana. Levantarse a las 3 a.m. para una ceremonia al aire libre con una temperatura cercana a 0º grados tampoco fue muy agradable.
La práctica de meditación (Chamseon) y la ceremonia del té (Dahdoh) me gustaron mucho, y el domingo nos fuimos por la mañana a hacer un trekking de 3 horas por las montañas cercanas al templo, vestidos de novicios, muy interesante también.
El programa en detalle comenzaba con la llegada de los asistentes sobre el mediodía del sábado, casi todos extranjeros, menos dos estudiantes coreanos católicos que querían probar la experiencia budista. De los 14 que eramos, 4 eran parejas, 4 íbamos sólos y los otros 2 eran los ya mencionados estudiantes. Nos pidieron que nos olvidáramos de las cámaras y los móviles durante 24 horas, y por eso no hay fotos de las actividades que hicimos. También teníamos que olvidarnos de nuestras ropas y uniformarnos como los novicios.
Nos dieron una especie de pijama similar al de artes marciales y con esa vestimenta vivimos las 24 horas siguientes. Para nuestra sorpresa, el monje que nos explicó el complicado y detallado programa que seguiríamos no era coreano si no checo, aunque llevaba bastantes años en Corea, hablaba perfectamente coreano y nos sirvió de intérprete, ya que el resto de monjes hablaban poco o nada inglés.
Nos dio las normas a seguir para entrar y salir de los templos, para dirigirse a un monje, las técnicas de meditación y postración, y lo que más difícil me pareció de todo fue la práctica de comida monástica comunal (Barugongyang), ya que te dan cuatro cuencos de diferentes tamaños, uno dentro de otro, envueltos en un paño, y con unos palillos, y hay que seguir un ritual estricto de orden de colocación de cuencos, para servir la comida e incluso para la utilización de agua, ya que ni una gota de agua se desperdicia, y la que queda sirve para que nosotros limpiemos los cuencos, nos bebamos el agua de la limpieza, y con el paño sequemos y envolvamos todo de nuevo.
Es una comida frugal, por supuesto vegetariana estricta, en la que todo se aprovecha y termina porque los cuencos los lavas en el mismo lugar donde te has sentado, en posición de loto si te resulta cómoda, o si no sentado sobre tus talones.
Después de la cena y un rato de descanso, hicimos el ceremonial o servicio budista, que se hace tres veces al día: amanecer, mediodía y tarde/noche, y seguidamente hicimos las 108 postraciones, que, y traduzco textualmente, sirve para «Postrar físicamente nuestros cuerpos, y humillar nuestro ego egoísta ante el universo, con lo que nos damos cuenta de que no estamos separados de este mundo. Hacer 108 postraciones es un camino más hacia la compresión del Verdadero Ser y una forma muy eficaz de meditación en movimiento.». Conmigo no funcionó, sólo conseguí un buen dolor de espalda y rodillas.
¿Por qué 108 y no 107 ó 109?. 108 son las cuentas del rosario budista, que nos enseñaron a hacer, y hay cientos de interpretaciones del porque de las 108 cuentas, como que 108 fueron las reencarnaciones de Buda. Si quieres profundizar, en este artículo hay decenas de interpretaciones, matemáticas, religiosas, astronómicas, geométricas y populares.
A las 9 estábamos en la cama porque a las 3 a.m. nos teníamos que levantar para hacer el primer servicio de la mañana. Hacía un frío tremendo mientras estábamos al aire libre viendo como dos monjes tocaban un gong y entonaban cánticos.
De 4 a 6 a.m. nos fuimos a Meditación Zen (Seon). Zen se dice Seon en Coreano y Chamseon es una forma de meditar que nos permite reflexionar sobre nosotros mismos, concentrando la atención hacia nuestro interior e iluminando nuestro verdadero ser.
Aseguran, y de nuevo traduzco literalmente que «Si mantenemos esta práctica en nuestra vida diaria, entonces, sin importar dónde estemos y qué hagamos, nunca nos separaremos de nuestra verdadera naturaleza, y realmente podremos vivir nuestras vidas en armonía con todos los seres».
A mi me resultó una experiencia relajante, y logré no quedarme dormido a pesar de la hora, pero tengo que reconocer que desde entonces no he vuelto a practicar la meditación.
Lo que sí me encantó fue la caminata de tres horas que nos dimos por las montañas cercanas al templo, vestidos de novicios, y acompañados de un monje coreano que hablaba poco inglés pero con su sonrisa de oreja a oreja comunicaba una gran paz interior y felicidad.
En resumen, que fue una experiencia interesante para alguien como yo, muy escéptico con todas las religiones pero que se siente atraído por el budismo en cuanto es más una filosofía que una religión, donde no hay dioses crueles, cielos, infiernos ni paraisos, pero que tampoco me convenció.
Personalmente no creo que para estar en paz con el Mundo y con uno mismo tengas que despojarte de tus ropas y tu identidad individual, vestir de uniforme, caminar en fila india en silencio, observar estrictos rituales y horarios, y en general olvidarte de tu esencia para formar parte de un grupo.
Creo que en la vida cada uno tiene que construirse su camino, que en ciertos tramos se junta o se cruza con el de otros, pero seguir una senda prefijada sólo te permitirá llegar a donde han llegado otros, no a tu lugar.
Toda esta parrafada que os he largado tiene relación con el título del diario, que seguro que a muchos os ha chocado y no habéis entendido. Hay un libro conocido, El monje que vendió su Ferrari, que es una fábula sobre la manera de alcanzar nuestros sueños y encontrar nuestro destino. El protagonista es un abogado de prestigio que lo abandona todo y se va a la India en busca de su destino
En 2000 yo hice lo mismo, dejé un trabajo en una multinacional en el que ganaba mucho dinero, y un día sin pensarlo demasiado lo dejé todo y tiré 20 años de carrera profesional por la borda. Compré el Audi de empresa que conducía y se lo regalé a mi padre.
Desde entonces estoy a la búsqueda de mi destino. Por ahora lo voy encontrando en mis viajes de Vagamundos, y jamás me he arrepentido de la decisión tomada aunque ahora gane un 5% de lo que ganaba entonces, no tenga casa ni seguro médico y por supuesto nunca cobraré una pensión de jubilación (¿y quién lo hará?). Antes vivía para viajar y ahora viajo para vivir, y cada paso que doy en mi camino me acerca un poco más a la Felicidad.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver las fotos de Beomeosa y Pusan.
Para más información sobre Corea del Sur, consulta las páginas web de:
Templo Beomeosa (inglés), Templestay en español, Wikipedia Corea del Sur, web oficial de Turismo de Corea del Sur en español, Turismo en Seúl (español), KBS World (español), Korea.net (español) y los blogs en español Comida Coreana y Paella de kimchi
Haz clic para ver:
Fotos de Estancia en Templo Beomeosa y Trekking monte Bodangong en Busan y Busan Haeundae y Yeongdo y videos de Corea.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Madrid, España, 22 de enero de 2013
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