Pensaba llamar a este diario El Club de los Viajeros, pero como loco es algo que nos han llamado a todos los que decidimos seguir una vida viajera, así se queda en re-cuerdo a los cuerdos que no entienden nuestro estilo de vida.
Hace mucho tiempo, creo que nací con ello, que no intento buscar razones y justificar a los demás y a mi mismo lo que hago y por qué lo hago. Como dijo Mallory cuando le preguntaron por qué quería subir el Everest, en los años 20 del S. XX, simplemente respondió «porque está ahí«. Pues yo viajo por el mundo porque está ahí y me apetece conocerlo.
Durante muchos años, en este Club de locos viajeros o viajeros locos, no era habitual encontrar españoles, y de hecho los pocos viajeros «profesionales» que hay son vistos como especímenes raros y noticiables, el «homo viajerus».
¡Qué pronto nos hemos olvidado de que hasta hace nada en el Reloj Universal eramos una especie nómada!, y que fue el desarrollo de la agricultura y la ganadería la que nos asentó en lugares permanentes. Por suerte todavía hay culturas y tribus que se resisten a perder el nomadismo como concepto de vida, y desgraciadamente muchas de las que lo han abandonado se declaran «infelices».
No es casualidad que el viaje de 2005 fuera en el que encontré más españoles mochileros, y es que por fin las nuevas generaciones van descubriendo el placer de colocarse una mochila y viajar «porque sí», sin las excusas que nos anclan al terruño, a saber: la familia, el dinero, el tiempo, el trabajo, los amigos, el peligro, el miedo a lo desconocido, el idioma, el terrorismo, la salud, los bichos, la pereza, y no sigo, a ver si me voy a autoconvencer de que no debo continuar viajando de mochilero.
Incluyo aquí unos cuantos viajeros a los que he conocido en estos cinco años de vagamundos, en algunos casos por pura casualidad, como a Sam en Hong Kong y a Idoia y Mikel en Laos, a otros a través de la web por consultas sobre sus viajes, y a los demás me une un vínculo virtual y emocional porque entendemos El Viaje de la misma manera, siendo como somos muy diferentes, y espero encontrarlos algún día por ahí. No están todos los que son, pero sin duda son todos los que están.
Empezaré por el último porque acaba de comenzar su aventura vital y sus dudas y preguntas me recordaron las que yo tuve en el 2000 cuando dejé mi trabajo y creé vagamundos.net.
Se llama Victor Alonso, y con su amigo Lorenzo, cámara de profesión, han decidido hacerse aborígenes del mundo; comenzaron su vuelta al globo terráqueo por África el 2 de enero de 2006, y nos envían Cartas desde el Mundo desde su preciosa web Aborígenes.
Durante su periplo de 18 meses piensan publicar diarios, fotos, sonidos y videos desde la página.
Como dicen en la web, han elegido la «Libertad de un Sueño». ¡¡Buen Viaje!!.
En Luang Prabang, la antigua capital de Laos, la casualidad quiso que en el mismo día y a la misma hora nos encontráramos en el muelle 6 españoles en 4 grupos diferentes:
2 chicas de Madrid que iban con su bicis, un vasco que venía de Vietnam pedaleando, y una pareja noruega-vasca, Idoia y Mikel, que estaban dando la vuelta al mundo durante un año con un presupuesto bajo, muy bajo, 10$ por día y persona, y en su web podeis ver que puede dar para mucho.
Pasamos momentos muy agradables de charla practicando «tubing», es decir, tirándonos río abajo sentados en un neumático de tractor hablando del cambio vital que supone lanzarse al mundo sin paracaidas.
Han terminado su periplo en diciembre de 2005 y están en casa aterrizando todavía.
Con Sam la historia fue muy curiosa, ya que me lo encontré por la calle en Hong Kong y pensé: «esta cara la he visto en alguna parte», porque tiene un físico peculiar, muy alto, con la cabeza afeitada y piel muy blanca.
Al día siguiente lo volví a ver en Victoria peak, el mirador que domina Hong Kong, me dirigí a su lado y empecé a hablar en español como si no fuera con él, pero cuando me miró extrañado me di cuenta que había acertado, y que su cara me sonaba porque había visitado la web en la que narraba su «vuelta por el mundo» y había visto fotos de él.
A su vuelta a Barcelona sufrió graves problemas de readaptación, creó la estupenda web Club Aventura, y 10 meses después sigue en proceso de adaptación al mundo.
Ferrán Guallar también es de Barcelona, trabajaba en Microsoft y un día se cansó de ver el mundo a través de la pantalla de su monitor, pidió una excedencia y se lanzó a una aventura apasionante, concebir el Mundo como una gran escuela, y tratar de transmitir a través de Internet los conocimientos adquiridos durante su viaje en una web que se llama Mundo Escuela.
En ella hay videos educativos muy variados, desde una clase compartida con los gorilas de Virunga en África, hasta una lección sobre la escritura japonesa Kanji, pasando por los templos de Angkor en Camboya.
Después de 2 años viajando y unos meses en Barcelona, está pensando en marcharse de nuevo, porque lo de viajar es un virus que, como la malaria, no acabas de curar nunca.
Otro barcelonés viajero es Jordi Llorens, un fotógrafo con una sensibilidad especial a la hora de reflejar la sonrisa de un niño o el ambiente de un mercado., y que es capaz de recorrer medio mundo porque le han hablado de una celebración tribal en algún poblado de las antípodas
También ha publicado un libro de viajes que se llama La vuelta al mundo en 80 lunas.
Vive una especie de doble vida como funcionario de la Generalitat que no soporta la oficina, pide excedencias y vacaciones no pagadas cuando puede, y como viajero con múltiples y apasionantes proyectos, como el que está desarrollando ahora mismo en la India, que le ha llevado a los campamentos de refugiados tibetanos y a conocer al mismísimo Dalai Lama.
Espero que el éxito de estos proyectos le lleven finalmente a tomar la Gran Decisión, es decir levantarse de la silla de la oficina para no volver a sentarse jamás en ella.
La web de Jordi, muy bien diseñada, y es un ejemplo de las fotos que se pueden hacer por el mundo cuando sientes por él un amor y una pasión desbordantes. Como buen fotógrafo clásico, sigue usando una cámara analógica y recela del inevitable paso a digital que todo fotógrafo, sobre todo los viajeros, estamos obligados a hacer tarde o temprano.
También colabora en radio y televisión en Cataluña, hace proyecciones de diapositivas y tiene varios proyectos apasionantes de series de documentales que buscan la belleza de la gente más que la de los paisajes.
Tres ciclistas totalmente diferentes, pero con un amor común, la pasión por las 2 ruedas, están recorriendo ahora mismo 3 continentes diferentes, pero los tres están completando vueltas al mundo.
Alvaro Neil es un asturiano que trabajaba en una notaría de Madrid, y hace unos años decidió dejar el trabajo para dedicarse a regalar sonrisas por el mundo.
Llamó a su proyecto MOSAW, que significa en inglés Miles Of Smiles Around The World, o sea millas de sonrisas alrededor del mundo, y eso es lo que hace dando espectáculos de payaso allá por donde va.
Primero recorrió 10 países de Sudamérica en bicicleta. Regresó a España, publicó el libro «Kilómetros de Sonrisas», y en Diciembre de 2004 cruzó el estrecho de Gibraltar; en Enero de 2006 está ya en Sudáfrica después de 415 días de viaje, 19 países recorridos y casi 19.000 km. hechos por las difíciles carreteras africanas. Sus diarios con sangre, sudor, y lágrimas, están en su web Biciclown, o lo que es lo mismo, el ciclista payaso. ¡Buenas pedaladas y mejores sonrisas, Alvaro!
Pablo García hizo el recorrido al revés, de sur a norte, y por el este de África, desde Sudáfrica a Egipto.
Es un argentino que dejó una vida acomodada en Brasil, donde tenía una agencia de turismo aventura, para «pedalear el globo», que es como se llama su web, Pedaleando el Globo.
Lleva casi 50.000 km por 43 países y va vendiendo artesanía para sufragar su viaje.
El caso más curioso es el de Eneko, un vasco de Vitoria, que se pasó 4 años pedaleando en solitario desde su casa hasta Turquía, allí decidió continuar por Asia, pasando por el Tibet para llegar hasta Australia y Nueva Zelanda, y cuando estaba por Sudamérica conoció a una brasileño-japonesa, Miyuki, se enamoraron, interrumpió su vuelta al mundo, y regresaron al País Vasco, donde se casaron.
Para muchos este sería el final de la historia ciclista, pero Eneko y Miyuki nos sorprendieron en 2005 cuando presentaron el proyecto Acercando el Mundo, con el que piensan dar la vuelta al mundo en bicicleta tandem durante 10 años, hasta el 2015. Parece mucho, pero en casi un año que llevan, sólo han recorrido un país, Argentina, desde su punta sur, Usuhaia, hasta el norte, unos 4.500 km.
Mercedes Lopez-Tomlinson se dedica desde su web Trotamund@s a reivindicar el papel de las mujeres viajeras en la historia, que no fueron pocas, pero en muchos casos fueron ignoradas o eclipsadas por sus maridos.
Está dedicada a «todas las mujeres viajeras y exploradoras que se atrevieron a seguir sus sueños. Provienen de todo tipo de profesiones y países, pero comparten algo en común: su amor por el viaje y la aventura y su capacidad de comunicar sus conocimientos acerca de este vasto planeta nuestro».
Para terminar he dejado al personaje más curioso de los que os he presentado, Jorge Sánchez, al que no conozco personalmente, pero al que espero encontrar en alguno de nuestros próximos viajes.
Su tarjeta de visita viajera apabulla, ya que lleva 4 vueltas al mundo, conoce todos los países, más unas cuantas zonas remotas a las que ha llegado muy poca gente, y «colecciona» expulsiones y deportaciones de países como Colombia y Kazajstán, más 5 años de condena en Afganistán.
Nos une también el amor por el Camino de Santiago, y como él mismo dice en su web: «Había empleado 30 años de mi vida en recorrer la totalidad de los países del mundo, (194 en el año 2003), y efectuado tres largas circunvalaciones a nuestro planeta. Sentía que ya tocaba dedicarme a España y, claro está, teniendo el Camino de Santiago tan a tiro de piedra, era ineludible acometerlo si quería conocer mejor mi país. Sólo ahora constato que ese deber hizo que lo subestimara».
Jorge acumula millones de kilómetros, pero sobre todo se ha hecho sabio, y sus palabras sobre la vida de viajero lo demuestran: «El Camino del Viajero no es para todos, y es bueno que sea así; la Naturaleza acaba situando a cada uno en su lugar. Muchos lo inician con furor arrebatador pero apenas algunos lo concluyen felizmente, y de entre esos pocos raros son aún los que asimilan sus valiosas enseñanzas y las incorporan a su ser».
Es autor de una Advertencia benévola al aspirante a viajero que suscribo de la primera a la última palabra.
Este ramillete de viajeros componen un mosaico multicolor que muestra que las razones por las que viajamos pueden ser muy diferentes, pero hay cosas comunes a todos los viajeros de verdad: una curiosidad infinita, una inquietud vital por ver lo que está «al otro lado», un respeto por todas las culturas y modos de vida que hay en este planeta llamado Tierra, y una búsqueda interior que te anima a seguir siempre adelante, y sólo recular para tomar impulso.
Como cantaba Ketama: «No estamos locos, que sabemos lo que queremos, vive la vida igual que si fuera un sueño«; yo sigo soñando y espero que vosotros también.
¡¡ Hasta Pronto !!
Desde La Coruña, 8 de Enero de 2006
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