Desde 1984 no se había organizado ninguna exposición del pintor noruego Edvard Munch en Madrid, y como en aquella época no vivía en la capital, no fue hasta que visité Noruega en 2014 que pude apreciar la obra de este autor tan personal y reconocible como inclasificable.
Por ello me alegré un montón cuando me enteré de que el museo Thyssen expondría buena parte de su obra del 6 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016 con la colaboración del Munch Museet de Oslo y la embajada de Noruega en España.
Más me alegré cuando recibí una invitación de Visit Norway, la oficina de turismo de Noruega en España, para asistir a la presentación del Cuaderno de viaje. Noruega y Edvard Munch, de Paloma Alarcó y Clara Marcellán, con fotos de Gisela Fernández-Pretel.
El cuaderno incluye información cronológica de la vida y viajes del artista por Noruega, e información práctica sobre el viaje hecho por las autoras en busca de los paisajes de su obra para que los seguidores de Munch puedan pisar los mismos lugares en los que pintó.
Edvard Munch pintaba mucho en exteriores, y la dramática naturaleza de Noruega era un marco excelente para reflejar las emociones y sentimientos de sus personajes, desde la angustia existencial de su cuadro El Grito, del que existen varias versiones, hasta la melancolía y tristeza que emanan algunas de sus marinas, pasando por la introspección de sus autorretratos.
El viaje comienza en Oslo, donde el artista pasó su infancia y juventud y los últimos 30 años de su vida. Kristiania, como se llamó Oslo hasta 1924, fue protagonista de algunas de las obras más reconocidas de Munch, y la ciudad le rinde merecido homenaje con su obra repartida entre la Galería Nacional y el museo exclusivo dedicado a su obra, el Munch Museet.
La Ruta Munch continúa por el Oslofjord, el fiordo de Oslo, que tantas veces recorrió Munch visitando sus pueblos, sus bosques y sus recortadas costas, donde la naturaleza noruega y el hombre interactúan de manera armoniosa. Un ejemplo son los cuadros El Grito de 1895. hecho en Ekeberg; Melancolía, de 1892, pintado en las orillas de Asgaardstrand; en Vindaasen está la casa de Vrengen donde en 1888 retrató a su hermana Laura al atardecer con mirada ausente.
La versión de El Grito que hay en la exposición es de pequeño formato, litográfico, y no están ninguna de las cuatro versiones que realizó de El Grito, pero las 80 obras expuestas forman un recorrido muy completo para entender la obra y vida del autor que, en su propias palabras, dijo que «De mi padre heredé la semilla de la maldad. El miedo, la pena y la muerte estuvieron a mi lado desde el día que nací».
Su larga vida, 81 años (1863-1944) le hizo transitar por dos guerras mundiales, que sin duda contribuyeron a su atormentada existencia, aunque su infancia y juventud, marcadas por un padre obsesionado por la religión, fueron el germen de su obra, considerada precursora del expresionismo. Aunque comenzó a estudiar ingeniería, con 18 años vende dos cuadros y decide dedicar su vida al arte.
Munch decía que, al igual que Leonardo da Vinci había estudiado anatomía humana y diseccionado cadáveres, él intentaba diseccionar almas, y por ello su obra abarca temas recurrentes relacionados con los sentimientos, como la soledad, la angustia, el erotismo, y la muerte.
Seguro que cualquier amante del arte sale de la exposición del Museo Thyssen con ganas de visitar el país que fue cuna y tumba del genial pintor, que reflejó sus miedos, angustías, neurosis y obsesión por la muerte, que también plasmó en una frase lapidaria «De mi cuerpo putrefacto surgirán las flores. Y yo estaré en ellas. La eternidad».
Un arquitecto español, Juan Herreros, es el responsable del proyecto del nuevo museo Munch, que abrirá sus puertas en 2017 en la bahía de Oslo con un diseño rompedor mucho más acorde con los nuevos tiempos en los que arte no sólo tiene que ofrecer contenido si no también continente, y el espectacular edificio acristalado de nueve plantas sin duda será un espectáculo en si mismo.
Después de la visita a la exposición mis colegas de Madrid Travel Bloggers y yo tuvimos la oportunidad de hablar con los organizadores, el embajador y el personal de Visit Norway para felicitarles por el impulso que supone una actividad así para el conocimiento de Noruega y su cultura en España.
¡Hasta Pronto!
Carlos, desde Madrid, 11 de noviembre de 2015
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