Guía de Buceo en Sulawesi, Indonesia
El mapa superior muestra las principales zonas de buceo de la isla de Sulawesi. Mi idea inicial era recorrerlas todas, pero enseguida me di cuenta de que moverse en transporte público en Sulawesi no es fácil ni cómodo.
La isla tiene una forma muy extraña, fruto de un pasado traumático, ya que las fallas tectónicas de Euroasia y Australasia se juntan en esta zona, y eso ha provocado en el pasado grandes terremotos.
Otra característica única de la zona del Mar de Célebes, que es donde está la isla de Sulawesi, es la existencia de la Línea de Wallace, una línea imaginaria que separa el Sureste Asiático y Australasia.
La Línea de Wallace pasa entre Bali y Lombok, al este de Java, continúa entre Borneo, que deja al oeste, y Sulawesi y las Célebes y sigue por el sur de Filipinas.
Fauna y flora son notablemente distintas a cada lado de la línea, pese a la proximidad geográfica y al clima similar, y se cree que se debe a historias evolutivas separadas.
La línea de Wallace se ubica en la fosa de Wallace, cerca del límite entre las placas tectónicas de Australasia y la de Eurasia, y esa se cree que es la razón principal para las diferencias tan notables.
Alfred Russel Wallace, naturalista y geógrafo inglés, fue, junto a Darwin, uno de los autores de la Teoría de la Evolución basada en selección natural, y sus estudios obligaron a Darwin a publicar El origen de las especies, que tenía guardado en un cajón porque sabía las repercusiones que tendría en la iglesia y en la sociedad de la época.
Con estos antecedentes, y ya que venía de bucear de Borneo, estaba emocionado por ver qué nuevas especies me iba a encontrar en Sulawesi, y lo cierto es que no me decepcionó en absoluto, todo lo contrario como lo prueba el hecho de que hice unas 60 inmersiones.
Enseguida descarté la parte sur de Sulawesi, Wakatobi, ya que mi ferry procedente de Borneo me dejó en Pare Pare, en el centro de la isla, así que decidí irme hacia el norte.
Después de una parada de varios días en Rantepao, donde me imbuí de la cultura ancestral de Tana Toraja, mi destino eran las islas Togean, en el noreste de Sulawesi, con un largo viaje, no tanto en kilómetros, «sólo» 550, si no en horas, unas 28.
Primero tomamos un bus de Rantepao a Poso, desde las 9 am hasta las 2 am; en Poso nos estaba esperando un Toyota para ir a Ampana, donde llegamos a las 7 am.
En Ampana descubrí que mi ferry para la isla de Bomba (un nombre poco adecuado para un lugar donde se sigue pescando con dinamita), no salía de Ampana sino de un lugar a media hora, por lo que tomé un mototaxi, para encontrarme con un cascarón de nuez más que un ferry que no tenía sitio para sentarse y al que la línea de flotación le quedaba muy baja por el peso.
Por suerte hacía muy buen día y las 3 horas de navegación fueron una gozada, y la paliza del viaje se disipó en cuanto el barco se acercó al muelle de Bomba y vi que el agua era absolutamente transparente y el arrecife de coral estaba lleno de vida.
Me alojaba en el Togean Island Retreat, un precioso resort de cabañas donde Sylvie, una californiana que ahora tiene la nacionalidad indonesa porque lleva viviendo 20 años en el país, ha creado un retiro especial en la pequeña isla de Bomba.
Se nota que en principio no lo hizo como negocio, sino para su propio deleite, pero en el momento que decidió ampliarlo para alojar a gente, no lo hizo con el funcionamiento típico de un resort, sino que ha creado un estilo personal con un toque artístico, como el baño de mi bungalow, que era de estilo Gaudí en cerámica fragmentada.
Todos los bungalows están en primera línea de playa, hechos en madera, con una terraza con hamaca y una preciosa playa a tus pies.
Como era temporada baja, yo era el único huésped, y por ello no había divemaster, tuvo que venir desde Ampana y sólo pude hacer dos inmersiones pero lo que vi me gustó bastante, arrecifes de coral en buen estado y bastantes peces.
El segundo día hizo su aparición Andy, un suizo que era la vez número 13 que visitaba las Togean, un personaje muy curioso porque hablaba Bahasa, el idioma indoneso, y todos los años pedía, aparte de sus vacaciones, dos meses sin sueldo, y con un barca pequeña se iba moviendo como un nómada entre islas, durmiendo al raso y comiendo lo que pescaba, en todo caso muy abundante. ¿Sería el famoso Robinson suizo de la novela?.
El hijo de Sylvie, Gunter, un chaval indoneso que ella había adoptado con 4 años y ahora era un adolescente con un inglés muy bueno, me llevó a Bomba village, el pueblo de la isla, donde no están muy acostumbrados a ver extranjeros, por lo que mi visita fue una especie de acontecimiento.
Todos los niños del pueblo se acercaban y me pedían que les hiciera una foto, eso sí, posando como auténticos artistas, ya que ahora tienen televisión satélite y copian lo que ven en ese mundo lejano que les transmite la pequeña pantalla.
El pueblo está medio construido sobre el mar, con casas de palafitos, en un intento por recordar la antigua vida de nómadas del mar que llevaban. Ahora están mejor, con escuela, centro de salud, y hasta varias motos que circulan por los escasos caminos de pocos metros del pueblo.
Para ir a mi siguiente destino en las Togean, Walea dive resort, tuve que hacer un viaje rocambolesco, ya que no hay barcos entre la parte oeste de Togean, donde yo estaba, y la parte este, y un barco privado costaba una fortuna, por lo que tuve que regresar a Ampana, tomar un Toyota a Luwuk, el único lugar con aeropuerto en la zona, porque llegaba una pareja de italianos y los iban a recoger desde el resort.
Llegué a Luwuk a las 6 am, con bastante retraso, por lo que no me compensaba alquilar una habitación para 6 horas de espera, y me quedé en la terraza del hotel Ramayana, sobre el mar, desayunando.
Al poco rato llegaron varios locales, 2 de ellos policías, y me invitaron a compartir sandia y papaya con ellos, casi no hablaban inglés pero luego aparecieron dos periodistas de la gaceta local y ya pudimos compartir más experiencias.
El tiempo pasó volando, a las 12 almorcé con ellos también, preguntándome si la policía tenía tan poco trabajo porque era un pueblo tranquilo o si estaban trabajando, porque la relación periodista-policía es siempre un poco sospechosa.
A las 14 horas me recogieron, en dos horas de coche estábamos en Pagimana, y de allí en lancha rápida fueron 90 minutos hasta Walea.
Walea es un ejemplo de protección, ya que fue por la insistencia de los dueños del resort que el gobierno indoneso creó el Parque Marino Togean en 2004. Hay que pasar una tasa de 50 US$, que te permite bucear durante un año, y te dan una chapa que tiene que ir siempre en tu traje de buceo.
Walea es una isla pequeña y tiene un sólo resort, Walea dive resort, pero tiene varias caminatas muy interesantes.
Una de ellas te lleva desde el resort por la jungla, cruzando la isla, hasta la preciosa playa del otro extremo, que recorres, por zona de manglares y plantaciones de cocoteros.
La isla se va estrechando en una pequeña península que en el extremo tiene unas pocas decenas de metros, y es un fabuloso lugar para hacer snorkel.
Si tienes suerte, en la caminata puedes ver el cangrejo del cocotero, una especie en peligro de extinción y que se encuentra ya en pocos lugares
Walea resort es un pequeño paraíso propiedad de unos italianos buceadores, que se enamoraron del lugar y decidieron quedarse allí, creando un acogedor lugar que puede albergar un máximo de 30 personas en 12 bungalows al borde del mar literalmente, ya que con marea alta, las olas batían en el murete de mi bungalow.
Tienen un spa en una pequeña colina con fantásticas vistas sobre el mar, y los masajes indonesios son de primera. El restaurante es una interesante mezcla de comida italiana, europea y asiática, todo fresco y hecho en el momento, como la pasta, y un café espresso de primera que no esperas encontrarte en un lugar tan remoto.
El buceo con ellos es de primera, gestionado por una pareja de italianos que ha dirigido resorts de buceo por medio mundo, Marco y Sissi, que han formado a varios divemasters locales muy bien.
Los cinco días que buceé fueron como estar en un sueño húmedo, con dos inmersiones todas las mañanas desde barca a distintos puntos de buceo, y por la tarde otra en el arrecife del muelle, que tiene mucha fauna y está en muy buen estado.
Un día me fui con los divemasters, 8, en vez de con los clientes, a la búsqueda de nuevos puntos de buceo, y fue muy interesante ver cómo realizaban la selección del lugar y la ruta, además de tomar notas para hacer un mapa tridimensional, ya que de todas las inmersiones te mostraban antes el perfil en una carpeta.
Una tarde visitamos el poblado más cercano, a unos quince minutos en barca, y fui con una familia norteamericana que lleva 20 años en Indonesia, y hablaban bien el Bahasa, por lo que todo el mundo en el pueblo intentaba hablar con nosotros.
El pueblo estaba bastante bien, tienen una escuela primaria y otra secundaria, y un centro de salud con médico y enfermera, además de un campo de fútbol, eso sí, con el suelo poco nivelado y la hierba mal cortada.
El día de la despedida nos dieron un documento firmado por el divemaster, con los datos de todas las inmersiones que habías hecho, todo muy profesional.
El salón comedor estaba lleno de libros de buceo, con fotografías e información muy detallada sobre buceo en el sureste asiático.
Mi próximo destino de buceo era el lugar más famoso de buceo de Sulawesi, el Parque Marino Bunaken, y de nuevo tuve que hacer un largo y rocambolesco viaje, ya que aunque el ferry Ampana-Gorontalo pasa por las Togean, de nuevo hubiera tenido que coger un barco privado, ya que no pasa cerca de Walea, o sea que tuve que regresar a Ampana.
Al día siguiente por la mañana tomé el ferry a Gorontalo, que llegó de madrugada al día siguiente. En un Toyota de siete plazas nos metimos una norteamericana profesora de inglés en Manado, una familia indonesa completa y yo, para un recorrido en coche que se alargó más horas de lo esperado porque no había gasolina en Gorontalo.
Llegué a Manado de noche, y en vez de esperar al barco del día siguiente, decidí tomar una lancha privada a Bunaken, gran error, porque a pesar de advertirle de que mi destino era el resort Living Colours, el HDP de la barca me dejó en el muelle principal y tuve que caminar casi 3 kilómetros en solitario por caminos de tierra hasta que pude llegar al resort.
Estaban esperándome y tuvieron el detalle de abrir el restaurante para darme de cenar, porque era tardísimo (ejem, eran las 9 pm, pero es que aquí los horarios son diferentes a los de España), y me fui directo al bungalow, una preciosa construcción en madera y piedra en una colina.
A la mañana siguiente conocí a Mía y Jakko, los dueños finlandeses del resort, muy agradables, grandes amantes de España como casi todos los nórdicos (¿tendrá que ver con el clima?), y me fui directamente a bucear en la barca.
Con marea baja las barcas se tienen que quedar a unos 50 metros de la playa, ya que no hay calado suficiente, por lo que llevan el equipo en una balsa flotante y tu, equipado con botas de buceo, te acercas andando.
Las inmersiones fueron todas muy buenas, vimos un montón de tortugas, y en Bunaken hay muchas paredes verticales de coral absolutamente abarrotadas de diferentes especies.
Por la tarde, después de la tercera inmersión, podías meterte en una auténtica sauna finlandesa construida sobre la playa, y alimentada por leña, como en los viejos tiempos.
Mi segunda elección para bucear en Bunaken era el Bunaken Cha Cha Nature Resort, situado cerca del Living Colours, unos cinco minutos en barca, pero con un concepto diferente, más orientado a familias y clientes japoneses, ya que la esposa del propietario, Raf, es japonesa.
Raf es una mezcla interesante, medio irlandés y medio italiano, que ha tenido una vida muy viajera e intensa hasta que encontró un lugar para quedarse en Bunaken, y construyó poco a poco él mismo el resort.
Los bungalows, 10 en total, van subiendo por una pequeña colina a pocos metros del mar, y la recepción y comedor están construidos en alto prácticamente colgados sobre el mar. La primera noche estuve sólo pero al día siguiente llegó un grupo de japoneses.
De regreso a Manado, me fui a bucear con Thalassa dive center, uno de los centros de buceo mejor organizados que he conocido, propiedad de Simone Gerritsen, una holandesa con un espectacular curriculum como buceadora.
El centro de buceo está situado a unos 15 km de Manado, dentro de un hotel de 4*, el Santika, pero yo preferí alojarme en un lugar más acogedor, a sólo 10 minutos andando del centro de buceo, en the4fish guesthouse, una posada pequeña, con 6 habitaciones dobles, propiedad de una pareja de holandeses, Ineke y Jan, muy acogedores, y además se cocina de maravilla en la posada.
Estuve buceando tres días (y una noche, ya que hice una preciosa inmersión nocturna) con Thalassa, en Bunaken y en el archipiélago Bangka, una zona prácticamente deshabitada y con muy buenas inmersiones.
Hicimos dos inmersiones y después nos fuimos a la reserva Tangkoko para ver al primate más pequeño del mundo, el tarsier.
El nombre científico es tarsero fantasma (Tarsius tarsier), supongo que sus grandes ojos asustan a cualquier en la noche. Es el mamífero con el ojo más grande en relación a su tamaño. Tiene además un acusadísimo sentido del oído y el olfato. Es nocturno e insectívoro, razón principal de el gran desarrollo de estos sentidos.
Su primo el tarsero de Horsfield (Tarsius bancanus), también conocido como tarsero oriental, vive en Brunei y Malasia.
Tangkoko abarca áreas de jungla tropical y zona costera. La razón principal de su popularidad es porque es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede ver el tarsier, además de macacos negros, y bastantes especies de aves.
Está a unas 2 horas al norte de Manado, con alojamientos básicos para los que no quieran darse la paliza de ir y regresar en el mismo día. La mejor hora para ver el tarsier es al atardecer, ya que es un animal nocturno, como indican sus enormes ojos.
En las inmersiones con Thalassa dive center tuve la suerte de ver algunos animales no muy habituales en las inmersiones, como los caballitos de mar, y en la inmersión nocturna una sepia enorme, aparte de muchos cangrejos de todo tipo.
En Bangka, las inmersiones son especialmente interesantes porque tienen una variedad de corales blandos y duros como pocas veces he visto.
Ya sólo me quedaba un lugar para bucear en el norte de Sulawesi, el estrecho de Lembeh, y no podía imaginar que después de haber hecho tantas y tan buenas inmersiones, hubiera un lugar que me sorprendiera tanto, por el tipo tan diferente de inmersiones, ya que no eran en barreras de coral sino en fondos lodosos, lo que se llama muck diving.
Haciendo muck diving no vamos a ver preciosos corales ni bancos de peces de colores, lo que por otro lado es bueno porque las especies están más expuestas y es más fácil verlas y fotografiarlas, como los peces Rana, nudribanquios variados, caballitos de mar enanos, peces escorpión, peces piedra, el pez pipa fantasma y otras muchas especies.
¿Por qué hay tantas especies extrañas en el estrecho de Lembeh?. La razón principal es que el estrecho es eso, muy estrecho en algunos puntos, y eso causa el afloramiento de aguas profundas que arrastran hacia el Estrecho mucho plancton y con él especies de las profundidades. En este artículo tienes más información sobre buceo en Lembeh.
Me alojé en Lembeh Cottages, un lugar en principio diseñado como urbanización de chalets de lujo, pero reconvertido a alojamiento con mucho gusto. Con sólo 12 habitaciones, ofrece un servicio totalmente personalizado para buceadores, que en muchos casos son fotógrafos profesionales, ya que en el estrecho Lembeh hay criaturas únicas que normalmente no se ven a tan poca profundidad.
En el resort estaba alojada una pareja de españoles muy curiosa, ya que él me dijo que no le gustaba bucear, que sólo lo hacía por la fotografía.
llevaba un equipo de más de 30.000€ y podía estar más de 10 minutos parado en el fondo para hacer la fotografía que le interesaba.
Además de no gustarle el buceo, era bastante descuidado con las profundidades de seguridad, el consumo de aire y los tiempos de parada de seguridad, por lo que varias veces el divemaster le tuvo que ceder su octopus para poder salir a superficie sin tener que saltarse la parada, ya que no le quedaba aire. Un tipo raro, raro, que, eso sí, hacía unas fotos increíbles.
Los divemasters de Lembeh tienen fama de ser los mejores de Indonesia, y casi pueden ofrecerte un «menú a la carta» de especies; les dices lo que quieres ver y casi siempre lo encuentran.
Yo tenía muchas ganas de ver y fotografíar caballitos de mar pigmeos, que suelen estar mimetizados en corales y tienen un tamaño inferior a un centímetro, por lo que muchas veces es casi imposible verlos. Se lo dije al divemaster, y me llevo a un coral, señalaba hacia él, pero yo no veía nada, tardé más de un minuto en poder ver que dos caballitos de idéntico color al coral estaban allí.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver las fotos de buceo en Sulawesi y en los videos para ver corales, peces tropicales, y otras especies en Sulawesi.
Para más información sobre Indonesia, Sulawesi y buceo, consulta las páginas web en inglés de:
Turismo Indonesia, Bunaken, Sulawesi, Turismo de Norte de Sulawesi, North-sulawesi.com, Sulawesi Dive, Visit Manado, Bunaken Marine Park.
Todas las fotos y videos submarinos que realizo están hechas con una Olympus µ TOUGH-6010, de la familia de cámaras robustas Tough, con las que se puede bucear hasta 10 metros, resistentes a caídas hasta 2 metros y temperaturas de -10º. En julio de 2011 Olympus ha presentado nuevos modelos, que incluso incorporan GPS y brújula electrónica.
Para fotos a más profundidad, utilizo la carcasa PT-047, sumergible hasta 40 metros, ligera, pequeña y casi sin mantenimiento.
Fotos de Buceo en Bomba y alojamiento en Togean Island Retreat, buceo en Walea Togean y alojamiento en resort Walea, buceo en Bunaken y alojamiento en resort Living Colours, buceo en Bunaken y alojamiento en Bunaken Cha Cha nature resort, buceo con Thalassa Dive Centre y alojamiento en The 4 Fish Guesthouse, y buceo en Estrecho de Lembeh con Eco-divers y alojamiento en Lembeh Cottages.
Haz clic para ver todos los álbumes del viaje Vagamundos 2011 por Birmania, Tailandia, Malasia e Indonesia.
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Carlos, desde Madrid, España, 20 de Octubre de 2011
Enhorabuena por tu trabajo en este blog, excelente información.
Muchas gracias por compartir.
Me ha parecido muy interesante cómo relatas las experiencias, y las fotos que tienes son una maravilla!
Interesantísimo diario de viaje (y buceo) 😉 Indonesia es el paraíso en la tierra, ¿verdad Carlos? Si aún no conoces Raja Ampat échale un vistazo a este artículo > http://rajaampatbiodiversity.com/buceo-en-indonesia/
Espero que te guste ¡y a seguir buceando!
Buenisimo trabajo, muchas gracias!! Voy en Enero a Sulawesi y molucas y toda información es bien recibida!! un saludo