Mucha gente piensa que es difícil viajar como mochilero por el Pacífico Sur, y es todo lo contrario. Hay zonas, como la Polinesia Francesa, en las que es difícil encontrar alojamiento y actividades baratas, ya que el gobierno francés quiere mantener la Polinesia Francesa como un destino exclusivo, pero en el resto del Pacífico Sur es todo lo contrario.
Los australianos y kiwis son mochileros por excelencia y ejercen una gran influencia en toda la región, de hecho la economía de algunos países como Samoa depende en gran parte de ellos, para bien y para mal.
Fiji es uno de los destinos preferidos por australianos, principalmente desde el atentado de Bali de 2002, y kiwis para escapar del invierno, ya que a sólo 3 horas de vuelo encuentran un paraíso de islas de todos los tamaños, algunas poco más grandes que un campo de fútbol, y otras con montañas de más de 1.000 msnm.
Es muy sencillo aterrizar en Fiji sin nada organizado, ya que en el mismo aeropuerto de Nadi hay una oficina de Awesome Fiji, una empresa que tiene un servicio de catamaranes rápidos entre Nadi, desde un puerto llamado Denarau, y las islas Yasawa.
Las opciones son variadas, y sobre todo flexibles, el mandamiento número uno del mochilero, y puedes pagar simplemente por el transporte o comprar los llamados Bula Pass y Bula Combo Pass, de duración 7, 14 ó 21 días. Con el Bula Pass tienes transporte ilimitado entre islas durante la duración del pase, y con el Combo también se incluye alojamiento en dormitorio.
Yo aconsejo comprar sólo el pase de transporte; como es un monopolio, abusan de los alojamientos y se quedan una importante comisión del importe que pagas, asi que es mejor ir directamente al alojamiento, que en algunos casos nos harán descuento encantados.
El funcionamiento es bastante sencillo, te subes al catamarán, que hace una ruta de 4 horas hasta la isla más alejada, Nacula Islands, parando en las islas intermedias, en total unas ocho paradas, y te bajas donde quieras, aunque previamente lo avisas en el barco para que contacten por radio con el alojamiento para asegurar la disponibilidad y para que te vengan a buscar en las barcas ya que casi ninguna isla tiene muelle de atraque.
En las islas suele haber 2 ó 3 resorts, que van desde el lujo hasta lo que llaman resorts familiares, gestionados por una familia local, que suelen ser más ecónomicos y básicos y un trato muy acogedor.
La palabra más usada en Fiji es Bula, que significa todo o casi todo, hola, bienvenido, adios, saludos, gracias, ¿qué hora es?, y ya antes de desembarcar de la lancha la familia suele estar con una guitarra en la playa cantando para darte la bienvenida.
Mi primera isla fue Tavewa, donde hay un resort a medio camino entre el negocio familiar y el gran resort, el Coral View Resort. La acogida fue muy buena, con todo el personal repartido por la playa y por el agua saludándonos, ya que con la marea baja las lanchas se tienen que quedar a 20 metros de la arena.
La isla es muy bonita, con un monte desde el que se ven las islas de los alrededores y unas puestas de sol fabulosas, como puedes ver en la presentación adjunta, pero me temo que en nada se convertirán en una fábrica de procesar mochileros, ya que hay dos dormitorios con 20 camas cada uno, y están construyendo dos más.
En todo caso es un sitio muy agradable, con jardines de hierba, el arrecife de coral está a 50 metros de la playa, y las vistas desde el restaurante no las iguala ninguna película 3D Imax.
Si a esto le añades que gracias al generador que ponen a funcionar al atardecer la cerveza está siempre fría, no puede haber quejas.
La primera cena fue absolutamente deliciosa, un buffet en el que había verduras en leche de coco, pescado a la parrilla, frutas tropicales, y después de la cena hicieron la ceremonia del Kava.
El Kava es una raíz, con la que hacen un brebaje que es ligeramente narcótico, y es el centro de las relaciones sociales en Fiji. Si vas a visitar a unos amigos a su casa, llevas Kava, que preparan mezclando con agua y estrujándola, y a partir de ahí comienza una larga noche de bebidas, canciones, y labio inferior que se va durmiendo hasta que pierde toda la sensibilidad.
El sabor no es bueno, más bien diría que de agua sucia, pero al menos no hay resaca a la mañana siguiente.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver todas las fotos de Tavewa Island.
Mi siguiente isla fue Nacula, un viaje que no existió como tal, ya que me subí al barco por un lado y me bajé por el otro, ya que allí estaba la lancha esperando. En Nacula mi primer alojamiento fue en el Nabua Lodge, mucho más pequeño y acogedor que el Coral View, y en un ambiente totalmente familiar, tanto que el dueño, Lulú, nos ofreció ir el domingo a misa, y nos acicalamos, dentro de lo posible para unos mochileros, para asistir a una ceremonia que no tiene nada que ver con una misa en Europa, ya que era al aire libre, bajo un tejado de paja pero sin paredes, con la gente sentada sobre esteras de paja, y casi 100% cantada.
La misa duraba más de una hora, y como íbamos con las piernas cubiertas por respeto a la ceremonia, y las chicas además con los brazos cubiertos, el calor empezó a hacer estragos entre nosotros y nos fuimos discretamente.
Lulú nos invitó a visitar el pueblo donde vivía (en Fiji no puedes visitar un pueblo sin permiso de la comunidad), y su casa, que tenía una decoración muy curiosa, con carteles publicitarios de medio mundo, fotos colgadas, guirnaldas y cortinas, todo muy colorido.
En la misma isla Nacula me alojé en un lugar totalmente diferente, el Blue Lagoon Beach Resort, un resort gestionado por una pareja de australianos, que llevaba pocos meses abierto, de hecho había varias zonas que estaban en construcción, el dormitorio de mochileros estaba a 100 metros del baño y el restaurante tampoco tenía baños.
Cuando regresé 2 semanas después, todo había cambiado enormemente, ya estaba habilitado un nuevo dormitorio para mochileros, y el restaurante tenía unos impecables baños con suelo de…arena, como el resto del restaurante
El Blue Lagoon fue sin duda el mejor lugar en que me alojé de todos, no sólo por la calidad del resort, si no porque se veía que el director trataba muy bien a los locales y estos estaban felices con su trabajo. El manager, TIM, era fijiano, y era una persona muy preparada, y religiosa, como casi todos los fijianos, de hecho me contó que quería venir a España en 2011 para el día mundial de la Juventud.
Los extranjeros no pueden comprar tierras en Fiji, que suelen ser propiedad de la comunidad, y ésta concede arrendamientos de hasta 99 años a cambio de una renta y de dar trabajo a la gente local. Con ello, se equilibra más la relación entre los inversores extranjeros y la comunidad local, ya que todos ganan.
El Blue Lagoon Beach Resort se llama así porque está cerca de la laguna donde se rodó la película que hizo famosa a Brooke Shields, con sólo 14 años, La_laguna_azul, de 1980.
El desayuno era fantástico todas las mañanas, y todas las noches la cena era diferente, a veces temáticas, como una india, otras creativas con «spanish gaspacho», y siempre deliciosas. Cada mañana te encontrabas una pizarra con las actividades del día, muchas de ellas gratuitas, algo extraño en un resort donde tienen «atrapados» a los clientes, pero es que la sensación allí era que ya habías pagado bastante por la estancia y no trataban de esquilmarte de mil maneras, como hacen en muchos sitios.
Cada noche Kylie and Chris, la pareja australiana que más parecían amigos que los directores del resort, cenaban con los clientes y estaban atentos a todo, mientras sus dos hijos pequeños, Charlie y Paddy, que se están criando como fijianos, subiendo a los cocoteros, parecían relaciones públicas con el resto de niños alojados, y participaban en todas las actividades nocturnas, como la danza del fuego con antorchas y dibujos de fuego en la arena, o la famosa carrera internacional de cangrejos.
Una mañana nos fuimos en barca a visitar el pueblo de donde eran la mayoría de los trabajadores, y nos encontramos con la sorpresa de que nos estaban esperando en el Comunity Hall para mostrarnos danzas y canciones de Fiji. También pusieron un mercadillo fuera para vender artesanía, son unos auténticos artistas con la cestería.
Después de las danzas, fuimos a la escuela, y allí los alumnos internos, ya que en muchas islas hay un sólo colegio y tendrían que caminar horas para llegar a la escuela, por lo que se quedan de lunes a viernes, nos estuvieron cantando canciones infantiles.
La playa es perfecta, con cocoteros, en forma de media luna, con arena blanca, y con el arrecife literalmente pegado al arenal, donde me harté de hacer snorkeling de superficie.
En resumen, que me costó bastante salir de allí y continuar mi viaje por las Yasawas, de hecho regresé a pasar las últimas noches de mi estancia.
No es fácil encontrar unanimidad en Trip Advisor, pero las más de 100 críticas sobre el Blue Lagoon Beach Resort le dan cinco estrellas. Por si cabe alguna duda, yo pagué mi alojamiento, así que mi opinión es totalmente independiente, pero es que encontrar un lugar con tanta armonía y buen rollo no es habitual, desde lo más simple, que es una sonrisa por la mañana, hasta lo más complicado, como fue conseguir que una pareja caprichosa volvieran a Nadi en helicóptero y este tuvo que aterrizar en el campo que usaban como tendedero de la ropa del resort.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver todas las fotos de Nacula Island.
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Para más información sobre Fiji consulta las páginas web (en inglés) de:
Web de turismo oficial de Fiji
Wikipedia. Fiji
Tourism Fiji
Fiji guide
Yasawa Island
Fiji Bula
Fiji Bula Pass
Haz clic para ver:
Fotos de Fiji.
Mapa con las fotos geoposicionadas en Flickr Maps y Google Maps.
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Carlos, desde Madrid, España, 15 de diciembre de 2010
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