El sobrecogedor paisaje de O Cebreiro compensa la dura subida.

 

El Camino Francés a Santiago es el más conocido internacionalmente, y aunque no es el más antiguo, honor que le cabe al Camino Primitivo, tuvo el privilegio de contar desde el S. XII con la primera guía de viajes de la historia, el Codex Calixtinus, una detallada descripción de las etapas del Camino desde Francia, los santuarios, la cultura local, la gastronomía, los alojamientos, etc, que escribió el clérigo francés Aymeric Picaud.

Exístían 4 rutas principales desde Francia, 3 de las cuales entraban en España por Roncesvalles en Navarra, y la cuarta por el puerto de Somport en Aragón. Ambos itinerarios se unían en Puente la Reina, Navarra, y con pocas modificaciones, 1000 años después el peregrino sigue haciendo básicamente la misma ruta, aunque ahora la tenga que disputar a menudo con esos corceles mecánicos llamados bicicletas, y, mucho peor, con esas bestias metálicas llamadas automóviles.

Centrándonos en su parte gallega, Aymeric asigna la comarca del Bierzo a Galicia (de hecho el cantante gallego más famoso, Amancio Prada, nació en el Bierzo) y la describe como «abundante en bosques, de ríos y prados agradables, ricos manzanos, buenas frutas y clarísimas fuentes». Por suerte hoy gran parte de estos atributos siguen siendo ciertos en Galicia.

La entrada en tierras galaicas supone una dura subida hasta O Cebreiro, a 1300 m de altitud, pero la recompensa es un paisaje casi ilimitado y abierto a las cercanas sierras de O Caurel y Os Ancares. El punto más alto del Camino Francés en España se alcanza en el Puerto de O Poio, y a partir de ahí descendemos cruzando verdes valles hasta Triacastela, cuyo topónimo de la Edad Media parece provenir de «tres castros».

En Triacastela el Camino se bifurca en 2 ramales hacia Sarria, el primero nos lleva por el histórico monasterio benedictino de Samos, que remonta sus origenes al S. VI y está considerado uno de los monasterios más antiguos de Occidente. El otro ramal nos lleva por San Xil y paisajes de extraordinaria belleza, para llegar a Sarria, la localidad más grande del Camino Francés en Galicia, que conserva un torreón de origen medieval en la zona alta de la villa.

De Sarria nos dirigimos a Portomarín, localidad de construcción reciente, ya que la original fue inundada por la creación del pantano de Belesar, el más grande de Galicia, en los años 60; cuando el nivel de agua está bajo, queda al aire el antiguo puente sobre el Miño y los restos destripados de las casas originales del pueblo. El nuevo puente se eleva 36 metros sobre el lecho del río, y en sus momentos de máxima altura, este llega a estar a 2 metros de la calzada.

Un nueva etapa nos lleva de Portomarín hasta Palas de Rei, pasando por sitios históricos como Castromaior que debe su nombre a un castro prerromano, y Ligonde, que acogió a 2 peregrinos muy especiales en el S. XVI, el emperador Carlos I y su hijo Felipe II. En Palas de Rei el Camino Francés se junta con el Camino Primitivo, y continúa por Melide para llegar a Arzúa, donde se incorporan los peregrinos provenientes del Camino del Norte.

A sólo 40 km. de Santiago, quizá el último tramo sea el más decepcionante, ya que el crecimiento de la ciudad ha estrangulado al Camino original, que se desvía en el aeropuerto de Lavacolla, se encuentra en el Monte de O Gozo con un complejo turístico de 3000 plazas, y entra en Santiago rodeado de hoteles, Palacios de Congresos, edificios de la Xunta, viviendas, bares y restaurantes por el barrio de San Lázaro

Por suerte todo esto se olvida en cuanto entramos en el cuidado y peatonal centro histórico de Santiago, en nuestro recorrido hasta la catedral, para entrar en ella no por la puerta principal como mucha gente piensa, sino por la fachada sur o de A Acibechería (Azabachería), siempre que no estemos en año Santo, ya que en este caso, 2004, se abre la puerta Santa en la plaza de A Quintana, que el próximo año estrenará puerta de bronce.

Este es el Camino que recorreré los próximos días con cierta premura, ya que la climatología amenaza con endurecerlo, y los días empiezan a ser mucho más cortos.

¡¡ Ultreia !!

Carlos

La Coruña, 20 de Octubre de 2003