Trujillo y Chan Chan
La carretera de Cajamarca a Trujillo recorre en gran parte el mismo camino que hice desde Chiclayo a Cajamarca, así que fue una delicia volver a atravesar, esta vez de bajada, valles, cañones, pantanos, arrozales e innumerables pequeños pueblos.
Son 6 horas de autobús que se pasan en un vuelo, cuando llego a Trujillo me sorprende la tranquilidad de la ciudad, son las 2 p.m y el sol aprieta duro, encuentro rápidamente un alojamiento en una casona colonial a media cuadra de la Plaza de Armas llamado Hostal del Conde Arce con balcones de celosía, entrada de carruajes, patio y jardines interiores, todo por 4 euros.
La Plaza de Armas es una de las más bonitas que he visto. Diego de Almagro (de ahí el nombre Trujillo) se la mandó construir a Martín de Astete en 1534, como una de las principales ciudades del virreinato.
El centro histórico traduce esta importancia en edificios como la Catedral, el monasterio El Carmen, las iglesias y las casonas coloniales, que conforman un conjunto arquitectónico de gran armonía.
En la parte principal de la Plaza Mayor se observa el monumento de la libertad, una escultura barroca de mármol bastante ostentosa.
Su nombre viene por que el 29 de Diciembre de 1820 el pueblo de Trujillo se reunió en la plaza de armas y el Marqués de Torre Tagle proclamó la independencia del Perú. Trujillo fue la primera ciudad del norte del Perú que proclamó su independencia.
En 1825 cambió el nombre del departamento dándole el de «La Libertad» y a su capital la denominación de «ciudad de Bolivar»; en 1827 se restituyó a la capital el nombre de Trujillo.
Quedó el nombre del Departamento como La Libertad. Desde La Libertad partieron las campañas de Bolívar, que decidieron en las batallas de Junín y Ayacucho la independencia del Perú.
A sólo 5 km al noroeste de Trujillo, en el valle de Moche, se encuentra Chan Chan, la capital del reino Chimú, que abarca un área de 20 km2 desde las proximidades del puerto de Huanchaco hasta el Cerro Campana.
Los arqueólogos estiman que albergó a más de 100 mil personas. Es la ciudad de barro más grande de América. Fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
En su estructura se distinguen plazas, viviendas, depósitos, talleres, calles, murallas, palacios y templos piramidales. Sus enormes muros están profusamente decorados con relieves de figuras geométricas, estilizaciones zoomorfas y seres mitológicos.
La plataforma sepulcral del soberano, construída en forma de T, fue el edificio más importante.
Es un milagro que una ciudad de adobe tan grande como esta haya sobrevivido a la erosión, la lluvia y la civilización actual, ya que se encuentra a las puertas de Trujillo.
Para su construcción los chimú utilizaron adobe, cantos rodados, barro, madera, totora, paja y caña, materiales que la integran a las arenas de la costa como una extensión natural.
El recorrido por el sitio arqueológico se complementa con la visita al Museo de Sitio, que, aunque bastante básico, es muy educativo, con talleres y un jardín precioso, y las huacas (estructuras piramidales truncadas) de Esmeralda y el Dragón o Arcoiris.
Los frisos de sus murallas están decorados en relieve con representaciones estilizadas del arco iris. Este centro ceremonial chimú, es una de las huacas piramidales más antiguas del valle. Se cree que el lugar tiene una antigüedad de 1100 años.
Después de Chan Chan me acerqué a Huanchaco, famoso por los caballitos de totora, lanchas individuales con las que surfean las olas los locales, además de surfistas profesionales que cabalgan algunas de las playas más famosas del mundo por sus largas olas.
Es un lugar de veraneo para los trujillanos, a sólo 13 km. de la ciudad. Destacan aquí el muelle y el centro artesanal, así como la iglesia colonial barroca de la virgen del Perpetuo Socorro, en la zona alta.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Desde Cusco, 19 de enero de 2004
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