Taiwán, uno de los Cuatro Dragones Asiáticos
Aunque el objetivo principal del viaje vagamundos 2012 era Filipinas, donde pasé 3 meses, no podía desaprovechar la oportunidad de dar un salto a dos paises sobre los que tenía mucha curiosidad y no conocía: Taiwán y Corea del Sur, dos de los llamados cuatro dragones, junto con Hong Kong y Singapur, así que ya puedo decir que conozco los cuatro, además del Gran Dragón, China.
Desafortunadamente, para mi presupuesto mochilero son países muy desarrollados, de hecho los dos superan en renta per cápita a España (un 30% más en el caso de Taiwán y un 10% Corea), y por ello mi visita fue sobre todo de prospección para futuros viajes más largos y holgados en presupuesto.
De Taiwán sólo conocí Taipei, la capital, así que mi reportaje es bastante limitado. La historia de Taiwán es muy convulsa a nivel geopolítico, y la situación actual no lo es menos. Desde que los portugueses pusieron a la isla el nombre de Formosa (hermosa), ha pasado por múltiples manos y vicisitudes.
A lo largo de la historia malayos, chinos, españoles, holandeses, franceses, japoneses, y finalmente los chinos nacionalistas, que se refugiaron en la isla escapando de la derrota en la guerra civil entre los dos bandos de Mao Zedong y Chang Kai-shek, ocuparon esta isla de ubicación estratégica en el Mar de China.
La República Popular de China nunca ha reconocido la independencia de facto de Taiwán, de hecho en 2005 China promulgó una «Ley anti-secesión» en la que amenaza con intervenir militarmente si Taiwán declara su independencia.
Aunque la situación no ha cambiado desde entonces, en las elecciones de 2012 el Partido Kuomintang de Taiwán, prochino, ganó frente al Partido Progresista Democrático, partidario de la independencia de Taiwán, y la situación de tensión se ha relajado.
Taiwán tiene 35.980 km², 7% de la superficie de España, y una población de 23 millones, la mitad que España, así que su densidad de población es 7 veces superior a la española, de hecho es la tercera de Asia después de Hong Kong y Japón, aunque no se nota demasiado, al menos en Taipei, porque es una ciudad muy bien organizada y disciplinada, con un transporte público pensado a lo grande y barato.
Está situada a 200 km al sureste de la China continental, separadas por el Estrecho de Taiwán, y como pasa el Trópico de Cáncer por el país, el clima de Taiwán es tropical en la costa y subtropical en las zonas de montaña, donde puede nevar en invierno. La estación de lluvias va de junio a agosto, y los tifones y terremotos son frecuentes en la isla.
El idioma principal en Taipei es el chino mandarín, ya que en la capital se instalaron más de un millón de chinos que escaparon de China continental en 1949, y la sensación que tuve recorriendo la ciudad fue que estaba en China pero sin el caos, la masificación y la contaminación de las ciudades chinas, y con la ventaja añadida de que todos los carteles están en inglés.
Me sorprendió ver que no mucha gente hablaba inglés, al contrario que en Singapur y Hong Kong, pero enseguida me di cuenta de que, al contrario que los dos sitios anteriores, Taiwán nunca había sido colonia inglesa.
Me habían dicho que en el rascacielos del nuevo ayuntamiento había un mirador gratuito en la planta 32, pero el ascensor en el que me metí sólo llegaba hasta la planta 30; pensé que tendría sólo que subir dos pisos, pero me encontré con que la escalera era sólo de bajada.
Entré en una oficina impoluta llena de funcionarios de mediana edad, y ninguno entendía cuando preguntaba por el «panoramic deck», hasta que llegó uno más joven, que me dijo que tenía que volver a bajar hasta la recepción y tomar un ascensor en el otro extremo del edificio.
Finalmente pude disfrutar de una vista semi panorámica porque en el mirador había una fiesta privada de presentación de algo y estaba cerrado, pero me dejaron pasar a una de las partes que no utilizaban.
Desde allí pude apreciar lo diferentes que son los gustos arquitectónicos asiáticos modernos, ya que muchos de los edificios altos que desde allí veía tenían una estética muy extraña para estándares occidentales, rascacielos terminados en un pompón, torres pegadas unas a otras y edificios rectangulares terminados en tejados circulares.
Iba preparado para una ciudad cara, y como en todas las grandes ciudades, hay sitios muy caros, pero si haces vida de calle como yo, comiendo en los mercados y sitios locales, es bastante barata, y tengo que decir que su gastronomía, similar a la china pero con sus peculiaridades, como la influencia japonesa, me encantó.
El transporte público es económico y muy bien organizado, con tarjetas que recargas y te sirven igual para metro, autobús y trenes. El billete individual no es tal, si no una ficha plástica redonda.
Hay hostales bastante económicos, muchos de ellos casas familiares con dos o tres habitaciones libres, y precios en litera desde 10€; comer en la calle te puede salir por 4€, con lo que se puede vivir y viajar en Taiwán entre 30 y 50€ por día.
Utilicé además couchsurfing, no para dormir, pero una encantadora taiwanesa, cuyo nombre en chino se pronuncia Pisha (prohibidas las risitas por lo bajinis) se ofreció a enseñarme los alrededores de Taipei un domingo, y fue una guía excepcional; estuvimos horas caminando por los parques que rodean la capital.
Luego me invitó a comer en una granja restaurante donde pude comprobar lo importante que es la comida para los chinos en toda reunión social, ya que me agasajaron con diferentes platos hasta casi reventar, acompañados con una suave cerveza taiwanesa.
Su interés principal por España venía de que iba a acompañar a su hijo adolescente a hacer un campus de verano con el Real Madrid en Valladolid. Cosas que trae la globalización.
Mi plato preferido, el pollo tres copas o Sanbeiji, con ajo, jengibre, vino de arroz y salsa de soja, que estaba absolutamente delicioso. Luego fuimos a visitar dos templos Taoistas, la segunda religión del país, con un 33% de la población, después del budismo (35%).
Otra visita encantadora fue a La Mansión y Jardín de la Familia Lin, con un tamaño de 20.000 m2 en una zona residencial de Taipei, dividida en dos zonas, el Jardín y la Mansión, rodeadas por un muro centenario.
La mansión es la parte residencial donde vive actualmente la familia Lin Yuan Ben, conocida como la mansión de los tres Patios, que sólo se puede visitar con reserva previa y visita organizada con guía turístico.
La historia de la dinastía de la familia Lin Yuan Ben viene de un antepasado que emigró a Taiwan hace más de dos siglos procedente de China continental, y él y las sucesivas generaciones hicieron fortuna principalmente con los cultivos de arroz y el comercio.
Entre 1846 y 1848 se instalaron en el barrio de Banqiao y en 1851 mandaron construir la mansión de los tres Patios, que ha sobrevivido hasta nuestros días con pocas modificaciones.
El resto del complejo, con bastantes jardines y edificios anexos es de acceso gratuito, y es una auténtica gozada pasear por este remanso de paz en el medio de la bulliciosa ciudad.
Hay que darse un paseo tranquilo entre pabellones, jardines, estanques con peces y pequeño lagos y disfrutar del gusto de los chinos por la reproducción de la naturaleza.
Del resto de mis andanzas por Taipei daré cuenta en mi próximo diario.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver las fotos de Taipei y Mansión y jardines Familia Ly
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Para más información sobre Taiwán, consulta las páginas web de:
Wikipedia Taiwán, web oficial de Turismo de Taiwán en español, Taiwan Food Culture (español), Go2Taiwan, Taiwan Tourism Bureau, y los blogs en español Hola Taipei de Robert Machado, Isla Formosa.
Haz clic para ver:
Fotos de Mansión y jardines Familia Ly en Taipei y Taipei.
Mapa con las fotos geoposicionadas en Flickr Maps.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Madrid, España, 7 de noviembre de 2012
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