República de Sierra Leona está en África occidental; limita al norte con Guinea, al sureste con Liberia y al suroeste con el Océano Atlántico.
Su nombre es una adaptación de la versión en portugués, Sera Lyoa, cuyo significado era «Sierra/Montaña Leona», ya que parece que desde el mar la bahía de Freetown, rodeada de montañas, les pareció a los portugueses que tenía forma de león.
Otra teoría dice que había muchos leones cuando desembarcaron los portugueses.
Durante el siglo XVIII fue un importante centro de tráfico de esclavos. Al igual que su país vecino Liberia, Sierra Leona fue utilizada principalmente para establecer a esclavos liberados, los cuales fundaron la capital del país, Freetown (ciudad libre), en 1791.
En 1808, Freetown pasó a ser una colonia de la Corona Británica, y el resto del país fue puesto bajo el protectorado británico en 1896. La colonia y el protectorado se unieron para conseguir la independencia en el año 1961.
Entre el año 1991 y el año 2001, Sierra Leona ha sufrido las consecuencias de una devastadora guerra civil.
En 1821, Sierra Leona se fusionó con Gambia y Costa de Oro (hoy llamada Ghana) para crear los Territorios Africanos Británicos del Oeste. Durante los siguientes 50 años, la marina Británica desembarcó 70.000 esclavos en Freetown.
Un siglo más tarde, Sierra Leona hizo una transición pacífica a la independencia.
Sierra Leona está habitada por grupos étnicos diversos, pero los mende en el sur y temne en el norte suponen más del 60% de la población total.
Los criollos (3% de la población, casi todos cristianos) son descendientes de los esclavos afro-europeos liberados que viven en el área de Freetown.
Fueron la élite en tiempos coloniales tras haber adquirido la cultura y educación británicas.
Sierra Leona tiene lazos fuertes con la vecina Liberia y ha habido sucesivos planes para una posible unión económica entre ambos países.
Después de la independencia del país en 1961, los regímenes mende (particularmente bajo el mandato de Alberto Margai, 1964-67) tendieron a arrebatar la dominación criolla en las estructuras del Estado.
Esto llevó a los criollos a apoyar al (APC) Congreso de Todo el Pueblo, dirigido por Siaka Stevens (un Limba).
Bajo los regímenes del APC encabezados por Stevens (1971-85) y Joseph Saidu Momoh (1985-92), los criollos consiguieron retener gran parte de su influencia anterior.
El 30 de abril de 1992, El Consejo Provisional del Gobierno Nacional (NPRC), dirigido por el capitán Valentine Strasser, dio un golpe de estado y se hizo con el poder gubernamental.
Con el tiempo, Strasser favorecería a los mende sobre otros grupos étnicos en su gobierno y en el ejército.
En enero de 1996 sería derrocado por el golpe militar dirigido por el diputado Julius Bio, quien procedió a la organización de elecciones libres que serían ganadas, en marzo de ese mismo años, por un civil, Ahmed Tejan Kabbah, hasta mayo de 1997 en que fue derrocado por un nuevo golpe militar.
Esta inestabilidad política se agravó con la prolongada guerra civil que empezó en marzo de 1991.
Las consecuencias de esta interminable guerra civil fueron que la mitad de la población del pais (2 millones de personas) se vieron obligadas a abandonar sus hogares.
Durante la guerra entre 40 y 50 mil personas murieron, pero lo que le da un toque de crueldad especial a este conflicto es que la mutilación de ambas manos a civiles fue una práctica habitual por parte de los rebeldes del RUF, para contrarrestar el slogan del partido gubernamental, «El futuro está en nuestras manos».
En el año 2002, con el apoyo de la comunidad internacional, se logró poner fin a la guerra civil.
La misión internacional para la paz, de la ONU, anunció el fin de las hostilidades el 14 de Enero de 2002.
Ese mismo año se celebraron elecciones libres, y en el 2007 hubo nuevas elecciones, que ganó Ernest Bai Koroma, del APC.
Una vez terminada la guerra civil, se constituyó un tribunal internacional para condenar a los responsables de las atrocidades que se cometieron contra los civiles sierraleoneses.
En el año 2007 fueron condenados Alex Tamba Brima, Brima Bazzy Kamara y Santigie Borbor Kan.
El ex presidente de Liberia, Charles Taylor fue procesado por los crímenes que se cometieron durante la guerra civil, ya que apoyó a los rebeldes con armas, a cambio de diamantes.
Fue extraditado al país, pero la creciente inestabilidad por su presencia obligó a que se lo llevara ante el tribunal de la Haya, donde está siendo juzgado.
La mayor parte de la costa de Sierra Leona está formada por manglares pantanosos, a excepción de la península donde está Freetown.
El resto de Sierra Leona es una gran meseta con una altitud aproximada de 300 msnm, principalmente poblada por bosques.
En el extremo noreste del país hay montañas, cuyo punto más alto es el Loma Mansa con 1948 msnm.
Sierra Leona es un país extremadamente pobre, con una distribución de la riqueza bastante desigual.
Tiene una de las rentas per capita más bajas del mundo.
El potencial en recursos minerales, pesqueros y agrícolas es grande, pero la sociedad civil no está muy desarrollada, y los 10 años de guerra civil siguen pesando como una losa.
Hay planes para reabrir las minas de bauxita y rutilo cerradas durante el conflicto.
La mayor fuente de divisas para el país es la extracción de diamantes, que también fueron una fuente de ingresos importantes para los rebeldes, que controlaban las minas diamantíferas, lo que les permitía el aprovisionamiento casi ilimitado de armas.
A pesar de la pobreza y los problemas sociales, el país que me encontré al cruzar la frontera con Kambia fue uno de los más pacíficos que he visto nunca.
La gente esta harta de violencia y parece que han sido imbuidos del espíritu de la paz, aunque esto no oculta la cruda realidad cotidiana.
Sierra Leona tiene el porcentaje de mortalidad infantil más alto del mundo, ocupa el penúltimo lugar en el IDH (Índice de Desarrollo Humano) de la ONU y el desempleo es superior al 50%.
La ONU ha terminado su misión de mantenimiento de la paz, que llegó a contar con 17.000 cascos azules y la ha transformado en otra de construcción de la paz, con una pequeña oficina de 150 expertos.
En este tiempo, la ONU ha requisado 40.000 armas y más de un millón de municiones, y desmovilizado a 75 000 combatientes, pero Sierra Leona no ha logrado limpiar su imagen de país peligroso.
Absolutamente todo el mundo al que le dije que me iba a Sierra Leona, me respondía: ¿pero no es muy peligroso?, o peor todavía, ¿pero no están en guerra civil?.
La gente sólo recuerda las imágenes de extrema violencia y crueldad que se vieron en los telediarios y piensa que todo sigue igual.
El concierto «War Don Don» con el que se quiso celebrar el cumplimiento de la misión de paz de la ONU no pudo contar con artistas internacionales.
El senegalés Youssou N’Dour estaba dispuesto a ir, pero ninguna aseguradora, ni la de Naciones Unidas, quiso asumir el riesgo.
Nada más cruzar la frontera entre Gambia y Sierra Leona nos encontramos con la agradable sorpresa de que acababan de abrir un African Village, un conjunto de bungalows sencillos pero muy agradables al borde de la carretera.
El director se alegró mucho de tener clientes extranjeros, ya que no es muy habitual pasar en vehículo entre los dos países.
Nos contó que el dueño era su hermano, que trabajaba en Freetown para el gobierno, y que tenían planes de construir otro hotel en el río cercano a Kambia.
Nos invitó a visitar el terreno, y allí fuimos en moto-taxi a recorrer los pocos kilómetros que separan Kambia de Kambia II.
La zona del río era absolutamente idílica, un lugar de frondosa vegetación donde el río se ancheaba y daba una curva que había creado una pequeña playa fluvial.
Habían construído una pequeña cabaña y unos bancos y el lugar invitaba al baño.
Oíamos bastante bullicio cerca y allí nos fuimos. Había gente trabajando extrayendo arena para la construcción, pero los causantes del jaleo eran un tropel de niños que se estaban bañando.
Nos acercamos y quedó claro enseguida que no estaban acostumbrados a ver hombres blancos.
Nos tocaban, unos se reían, otros miraban avergonzados, pero el show fue total cuando sacamos las cámaras; entonces comenzó una dura competencia en la que valía todo, empujones, codazos, zancadillas, para salir en la foto.
Matthew y yo intentábamos calmarlos pero la algarabía era total, se lanzaban literalmente sobre la cámara y si no fuera por mi gran angular no creo que hubiera podido hacer ni una foto.
Cuando se las enseñábamos el escándalo era total, y después de que todos fueran retratados, empezó la competencia por hacer cosas para ser fotografíados de nuevo.
Unos se pusieron a remar en una canoa, otros a lavar ropa golpeándola con un palo, una niña trajo un cubo y se lo puso en la cabeza, un balón de fútbol apareció de algún lado, etcétera.
No creo que muchas veces un fotógrafo haya contado con modelos tan colaboradores y entusiastas.
Nos pasamos un buen rato con ellos y finalmente regresamos a Kambia caminando, pero el sendero era todo de subida sin sombra y con un calor demoledor, así que a mitad de camino paramos un tractor que llevaba un remolque de arena.
La idea no fue nada buena, porque íbamos sentados sobre el borde de metal, que quemaba, y los botes por los baches eran muy dolorosos en salva sea la parte, aparte de correr el riesgo de caernos, así que en cuanto pudimos nos bajamos.
Muy cerca de Kambia se encuentra Madina, el lugar donde el misionero español Chema Caballero lleva muchos años haciendo una extraordinaria labor, que incluye la rehabilitación de miles de niños soldado.
Chema, al contrario que muchos otros, no abandonó el país durante la guerra y por su misión pasaron varias veces las fuerzas rebeldes.
Pasamos 2 días en Kambia antes de hacer el último tramo hasta Freetown, y llegamos a la península haciendo un rodeo para ahorrarnos el cruce en ferry, que suele ser una pesadilla, así que llegamos por Waterloo.
Freetown todavía conserva gran parte de los sierra leoneses que se refugiaron allí escapando de la guerra, y tiene un exceso de población enorme, lo que se evidencia en un caos de tráfico permanente.
Nos llevó más de una hora hacer 5 kilómetros por el centro de la ciudad, antes de dirigirnos a Aberdeen, la zona residencial más tranquila donde hay varios hoteles y hostales.
Hay varios barrios míseros de chabolas en los que a pesar de todo la gente vivía en aparente alegría, comprando y vendiendo las cuatro cosas que tenían.
Pero las cosas avanzan; el nuevo presidente prometió luz eléctrica a todos los sierraleoneses, y está cumpliendo su promesa; de noche Freetown ya no es la ciudad fantasma que solía ser y los cortes de luz son esporádicos.
El progreso ha traido cosas también malas, ya que están construyendo por todas partes y las colinas en torno a Freetown, antes jungla, han sido arrasadas para dejar paso a bloques de viviendas.
Una amiga de Madrid me puso en contacto con varias personas que trabajaban en Sierra Leona para Médicos del Mundo.
Estuvimos varios días con ellos haciendo la vida social de los expatriados, que suele incluir una cerveza al atardecer en los chiringuitos de la playa Lumley con gente de la ONU y otras organizaciones internacionales, y una cena a base de pescado en alguno de los restaurantes de la zona, casi siempre propiedad de libaneses.
Un día nos contaron que acababan de abrir un restaurante local cerca de la playa, y allí nos fuimos.
El menú era un simple hoja pero con una buena variedad de platos. Eramos 5 personas.
Pedimos, y al cabo de un buen rato nos vinieron a decir que de las 5 cosas que habíamos pedido no había 4, volvimos a pedir y al cabo de un rato volvió a pasar lo mismo.
Finalmente le dijimos que mejor nos contara lo que tenía y acabábamos antes.
Le pareció buena idea, nos dijo las 3 cosas que tenía y cenamos fenomenal.
Espero que con los siguientes clientes aplique este sistema.
Tantos extranjeros hay en Sierra Leona que el 14 de Marzo se celebra el día de San Patricio como si fuera una fiesta local, y había varias fiestas donde era obligatorio llevar alguna prenda verde.
Como en toda buena fiesta irlandesa el alcohol debió correr a raudales por el estado calamitoso en que encontramos al día siguiente a nuestros amigos españoles.
En Freetown no tienes que ir de compras, las compras vienen a tí.
Mientras estás en la playa, una retahíla de vendedores ambulantes vienen a ofrecerte de todo: cacahuetes, toallas, pareos, colchas de cama, bisutería, camisetas, y tallas de madera que incluían máscaras de león, hipopótamos y jirafas en miniatura, pero de más de un metro de altura.
El transporte público es, como en toda África, una flota de furgonetas, taxis y minibuses bastante destartalados, todos ellos con frases de tipo religioso, que competían en originalidad y mensaje, además de competir en decibelios con la música..
Una decía «Dios es el jefe», otra «Que Alá sea contigo», y una tercera daba un ejemplo de sincretismo religioso, ya que ponía «Dios bendiga a Alá».
El centro neurálgico de la ciudad es el Cotton Tree, un enorme árbol que sobrevivió a la guerra a pesar de que lo usaron para prácticas de tiro.
Allí quedamos con Oscar, un barcelonés que es profesor de la universidad de Freetown, para llevarnos hasta el santuario de chimpancés de Tacugama, pero esa es otra historia que será contada otro día.
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Haz clic para visitar las webs de la ONG Dyes de Chema Caballero y de Médicos del Mundo.
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!! Hasta Pronto !!
Carlos, desde Ponta do Sol, Santo Antao, Cabo Verde, 21 de Abril de 2008
Muy interesante , y muy informativo . Lindas fotos . Gracias por compartir.