Macau, ¿Quem Fala Portugués Aqui?
Dicen que todo es del color del cristal con que se mira, y debe ser que el cristal de Macao estaba muy sucio, porque no me ha gustado nada.
Tampoco ha ayudado el clima, ya que un llovizna persistente (chirimiri, calabobos, o más poéticamente como decimos en Galicia, chovia miudiño) no dejaba apreciar los encantos de la ciudad, que sin duda los tiene.
Mi primera decepción fue que pensaba encontrarme una ciudad portuaria del estilo de Lisboa, pero sólo se parece a La Ciudad Blanca en que tiene varias colinas donde se conservan fortalezas de la época colonial portuguesa.
La segunda fue que creía que podría comunicarme en portugués, porque hasta hace sólo 5 años Macao era oficialmente colonia portuguesa, pero o los lusos se han ido de la ciudad, o tuve la mala suerte de no encontrarme con ninguno, porque el único idioma que oí en la ciudad fue el cantonés.
Lo curioso es que los rótulos de las calles son bilingües, y los carteles de los negocios también, pero en el hostal donde me alojaba, que era puticlub en el primero y pensión «decente» en el segundo, nadie hablaba otra cosa que no fuera chino.
Cada vez que entraba o salía recibía ofertas, en chino, para incrementar las relaciones de buena hermandad hispano-chinas, pero como incluían un simple intercambio económico, decliné la oferta. Por cierto, el hostal está en la Rua da Felicidade, un nombre apropiado para el tipo de actividades que se realizan.
Muchas calles tienen nombres tan largos como ellas mismas, del estilo «Almirante Eduardo Ferreira Cabral da Silva», pero parece que con la devolución de Macao a China en el 2000 han borrado de un plumazo los 450 años de historia colonial con Portugal.
Un símbolo de la desaparición del legado colonial podría ser las ruinas de la iglesia de San Pablo, fundada en 1602 por los jesuitas, y de la que sólo queda la impresionante fachada.
Cuando los jesuitas fueron expulsados de China en el S. XVIII fue abandonada, luego convertida en acuartelamiento de tropas, y finalmente un incendio acabó con ella, excepto la fachada.
En ella podemor ver las estatuas de San Ignacio, el fundador de la orden, San Francisco Javier, llamado el apóstol de Oriente, y los beatos Francisco de Borja y Luis Gonzaga.
Otra parte de la fachada representa la Santísima Trinidad y figuras alegóricas como la del Apocalipsis y la hidra de 7 cabezas.
Muy cerca se encuentra el fuerte de Nuestra Señora de la Montaña.
En la ciudad se conservan varias iglesias en funcionamiento, ya que el porcentaje de católicos es muy superior aquí al resto de China (lo comprobé en el cementerio de San Lázaro, que visité, con miles de tumbas de personas con nombre chino y portugués).
Destacan las de los Dominicos, San Lorenzo, Agustinos, San José, y, cómo no, Santiago, omnipresente en Portugal y España.
La divisa de Macao es la pataca, y si significa lo mismo en portugués que en gallego, su traducción es patata, aunque en Macao aceptan sin problema alguno los dólares de Hong Kong.
En la parte más elevada de la ciudad hay un parque, que contiene otra fortaleza, la de Nossa Senhora da Guia, que a su vez tiene en su recinto fortificado, un faro, y una capilla del mismo nombre.
Lo usan los macaenses (yo pensaba que eran macanudos, pero Yahoo! me sacó de dudas) para hacer deporte, ya que tiene un circuito de 3 kilómetros. Comprobé que todo el mundo corre en el sentido de las agujas del reloj, algo que deber ser herencia de la Revolución Cultural.
A Macao se la conoce como el «Montecarlo de Oriente», pero creo que quién se lo puso o estaba beodo o acaba de ganar una fortuna en alguno de los casinos, porque es en eso en lo único en que se parecen, en que son ciudades de juego, donde se dilapidan fortunas en las mesas de azar.
La ciudad está llena de inmensos edificios estilos Las Vegas, iluminados de día con gran espectacularidad, que atraen a miriadas de jugadores de todo el mundo (yo puedo presumir de que he viajado a Las Vegas por trabajo varias veces y nunca metí una moneda en una maquinita).
En el lado positivo hay que decir que probablemente aquí nació la cocina de «fusión», siglos antes de que se pusiera de moda el término y te cobren un riñón en los restaurantes de moda.
El plato nacional portugués, el bacalao, es preparado aquí de 1.000 maneras distintas (eso dicen, yo sólo probé 2), y la tradición de postres portugueses se saborea en los «pastéis de nata» y el «arroz con leite».
Macau es una península, conectada por 2 puentes con las islas de Taipa y Coloanes, y su aeropuerto se construyó en terrenos ganados al mar.
Es bastante grande porque, como no hay vuelos directos de China a Taiwan por los problemas políticos, la gente tiene que volar via Hong Kong o Macao, lo que convierte un vuelo teórico de 40 minutos desde Shanghai en 3 horas.
Desde Hong Kong lo más fácil y cómodo es un ferry rápido, que en una hora te deja en el muelle de Macao.
De Macao regreso a China continental, siempre al sur, en busca de la primavera.
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Si quieres saber más sobre Macao, visita la Guía turística de Macao en portugués o las webs en inglés de Guía de turismo de Macao, Trip advisor, y la Travel China Guide.
Si no te gusta el avión o prefieres otra manera de llegar y/o salir de Hong Kong y tu economía te lo permite, puedes elegir un crucero, o llegar en tren desde Beijing o Shanghai, y, por qué no, conectar con el Transiberianoa Moscú, son «sólo» 15.000 kilómetros.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Kunming, 3 de febrero de 2005
P.S: en Julio de 2005 Macao fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humaniad de la UNESCO.
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