Fin de año na cidade maravilhosa
3 días en Rio de Janeiro me producen la sensación de que se necesitarían varias vidas para entender el espíritu de esta ciudad. A pesar de que no es capital de Brasil desde 1960, honor que perdió frente a la artificial Brasilia, no ha perdido un ápice de su pujanza, aunque Sao Paulo la supera de largo en población y poder económico. Rio de Janeiro posee algo único, y es su carácter mítico, de ciudad icónica instantáneamente reconocida en el mundo entero, y no por un icono único, como le puede pasar a San Francisco con el Golden Gate. Rio es conocida y reconocida por el Cristo Redentor de Corcovado, por el Pao de Azucar, por las famosas playas de Copacabana e Ipanema, incluyendo su famosa garota, y por supuesto la catedral del fútbol, Maracaná, y su evento más famoso, el Carnaval. Yo añadiría la música brasileña, que considero la mejor del mundo, y de la que tengo una buena colección de CDs que espero ampliar en este viaje. Una buena muestra de esta música la escuché en la noche de fin de año, en las decenas de altavoces que ser repartían por la playa de Copacabana.
Después de haber sobrevivido al fin de año en Copacabana, a pesar de los repetidos intentos de las garotas para lo contrario, no me puedo imaginar lo loco que deber ser el Carnaval. La imagen de cientos de miles de personas vestidas de blanco abarrotando la arena de la playa y todas las calles adyacentes, los miles de chiringuitos donde se vendían todo tipo de comidas, bebidas, cachivaches, etcétera. y el despliegue espectacular de la policía militar, con miles de efectivos desplegados para tener la fiesta en paz.
Tuve la suerte de ser invitado por unos amigos españoles que trabajan en Nokia a 2 fiestas «internacionales», una de ellas en la misma playa de Copacabana en el piso 10, donde celebramos en toda la regla el fin de año español a las 9 p.m de Brasil, conectando con la TVE Internacional, y Ramón García con su capa española acompañado por Paloma Lago, y por supuesto nos tomamos la uvas; a la medianoche en punto comenzó el show de fuegos de artificio en Copacabana, donde 1 millón de personas gritaban, jaleaban, silbaban, aplaudían y celebraban los espectaculares fuegos que iluminaban toda la bahía y las decenas de barcos, algunos trasatlánticos, que poblaban el agua; casi media hora de fuegos terminaron en una nube de humo que prácticamente nublaron la vista. Un espectáculo maravilloso.
La otra fiesta era en un ático cercano a Ipanema, donde pude practicar mis desengrasados idiomas, como el francés, italiano, y adaptar mi portugúes de Portugal al portugués carioca, que es bien diferente. El lugar era hermoso, con una vista aérea en torno que llegaba a las favelas que se extienden por los morros de Río, y pensé que por un lado los ricos viven cada vez más alto en Río, pero los más pobres son los que más alto viven, y aunque sus viviendas en las favelas son míseras, disfrutan de una vista espectactular. A las 4 a.m. dejamos la fiesta, me quedé sólo y pude disfrutar a partir de ese momento de la auténtica fiesta carioca, ya que aún quedaban en la playa miles de personas que bailaban, gozaban, reían, saltaban, bebían, descansaban en la arena, o sencillamente «dormían la mona», y recorriendo las aceras me percaté de que este pueblo será siempre feliz a pesar de las dificultades, porque con 25 grados de temperatura a las 5 a.m., una fruta tropical deliciosa siempre a mano, y la samba y el futebol, es mucho más de lo que tienen otros pueblos pobres por el mundo.
Tuve que rechazar varias ofertas de amor y sexo de garotas, que supongo eran a cambio de dinero, porque con los hermosos y morenos cuerpos semidesnudos que por allí pululaban, no veía otra razón para que me eligieran a mí.
Ver el amanecer en la playa, con el Pao de azucar iluminándose desde su punta hacia abajo, mientras el cielo pasa del negro oscuro al rosa y al azul, fue el perfecto broche para un fin de año que cerró el año 2002 y que da la salida a mi viaje por Brasil, Argentina, Antártida, Patagonia, Bolivia, Uruguay y Paraguay en mi retorno a Latinoamérica, una casa, un hogar, que cada vez me resulta más difícil de dejar.
Desgraciadamente he tenido problemas con la cámara digital y perdido todas las fotos del fin de año y el Corcovado, por lo que las fotos de este diario son tomadas de Internet. Haz click para ver las fotos, fotos con sonido, y videos de Rio de Janeiro
Hoy Brasil comienza un proyecto ilusionante, ya que Lula ha asumido la presidencia del país, después de 25 años de lucha sindical y política en la cual fue derrotado 3 veces. Ha prometido acabar con el hambre en Brasil, y todo el mundo está expectante para conocer su política en uno de los países con más riqueza, pero peor distribuida, de América Latina. Le deseo a él y a todos los brasileiros lo mejor en esta nueva etapa, Brasil es un gran país y se merece una vida mejor.
Haz clic aquí para ver todas las fotos del viaje Vagamundos 2003 por Brasil, Argentina, Chile y Antártida
¡¡ Feliz año 2003 !!
¡¡ Hasta Pronto !!
Desde Río de Janeiro, Brasil, 2 de enero de 2003
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