El diario que escribí este año sobre el río Mekong se llamó El Río de la Vida, y fue uno de los momentos cumbre de mi primer viaje por Asia como vagamundos, así que he decidido poner el nombre de El Viaje de la Vida al diario resumen del 2005.

Para la mayoría de la gente el viaje se asocia a las vacaciones, ese momento que supone un paréntesis en su vida rutinaria para desconectar y recuperarse del stress acumulado en 11 meses de trabajo.

Mi caso es el contrario, cuando estoy de vacaciones no suelo viajar, y el Viaje y la Vida están tan entremezclados en mi cotidianedad que debería crear una nueva palabra para definirlos, algo así como «vidaje».

En un lugar tan extraño como una estación de tren en un pequeño pueblo de Malasia, rodeado de una vegetación exuberante, mientras esperaba el llamado Tren de la Jungla, un cartel publcitario de Ferrocarriles de Malasia tenía una frase que me hizo reflexionar un buen rato.

Decía: En el viaje de la vida, te llevará largo tiempo llegar a ser la persona que quieres ser. A veces tendrás que seguir caminando aunque pienses que no puedes. Nunca desesperes, la tenacidad te llevará al final. Hago mía esta frase.

Se ha terminado el quinto viaje de vagamundos, un lustro de periplos con lustre y polvo del camino combinados, y como el refranero español es muy sabio y dice que «no hay quinto malo», este viaje ha sido un descubrimiento en muchos sentidos.

Aunque conozco Asia desde hace muchos años, era mi primer viaje como vagamundos, después de (in)completar Latinoámerica, que me tenía enganchado a su cordón umbilical como si fuera una madre que se negara a dejar marchar a su hijo pródigo.

Ha sido un viaje muy diferente, porque la barrera del idioma hacía difícil la comunicación con los locales, y porque Asia es el destino mochilero por excelencia del mundo, y además no es fácil salir de las rutas trilladas.

Cuando lo haces, encuentras gentes sencillas, pueblos que no idolatran al turista ni al dios dólar, un clima que oscila entre húmedo y tórrido o tórrido y húmedo, una espiritualidad muy profunda y una gastronomía absolutamente deliciosa.

Esta etapa del Viaje de la Vida me ha llevado en 169 días de viaje por 7 países y 2 ex-colonias (Hong Kong y Macao), durmiendo en 85 camas diferentes; comenzó a principios de enero en Shanghai, China, donde las gélidas temperaturas me animaron a escapar rápidamente al Sur; continuó por Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia, Malasia y Singapur, para volver a China en junio y cerrar el círculo en el norte del país y su capital, Beijing.

En total fueron 52.000 km. recorridos, de los que 28.000 fueron en avión, 7.000 en tren, 12.000 en autobús, 2.000 en barco por el río Mekong, 3.000 andando, y algunos (pocos) remando y en bici. Con este viaje son ya 305.000 km. los acumulados desde el 2001.

He publicado 40 diarios de viaje con este y más de 3.500 fotos digitales hechas con la Olympus E300, más 35 fotos panorámicas y 200 fotos submarinas, hechas con la Olympus mju400, de las islas Phi Phi (Tailandia), Perhentian y Tioman (Malasia).

El II Concurso de fotografía de viajes Olympus ha sido un éxito, con 925 fotos de los 6 continentes enviadas por más de 300 viajeros de todo el mundo, con más de 9.000 visitas al albúm y miles de votos populares que decidieron los finalistas.

Las fotos ganadoras, como no podía ser menos, reflejan la multiculturalidad de los lectores de vagamundos, viajeros empedernidos que han ido hasta Argelia, Irán y Nepal para captar momentos únicos y enseñárnoslos. Gracias por vuestra aportación y la de todos los participantes en vagamundos. Nos vemos en el próximo concurso.

Las visitas a vagamundos.net también han crecido exponencialmente, y entre enero y junio han superado las 250.000, pero más que la cantidad, me alegra sobremanera la fidelidad que muchos lectores demuestran, algunos de ellos llevan viajando virtualmente conmigo estos 5 años.

Me ha resultado imposible gastar el presupuesto mensual de 600€; la fortaleza del euro frente al dólar incrementó un 30% mi pecunio, así que el viaje lo he cerrado con una media de 500€. Países como China, Laos e incluso Tailandia, son una ganga si viajas como mochilero y escapas de las trampas para turistas.

A los que les guste el alcohol no les recomiendo visitar Malasia, salvo que deseen una temporada de abstinencia, ya que el alcohol es carìsimo y en muchos lugares inexistente.

A los amantes de otras sustancias tóxicas les recuerdo que el Triángulo de Oro es sobre todo un reclamo turístico, y en países como Tailandia, Malasia y Singapur la posesión de droga, aún en cantidades pequeñas, acarrea una condena a muerte.

Hay que mencionar la tendencia mundial a la proliferación de lineas aéreas de bajo coste, ya sea por Internet o como respuesta de las líneas aéreas de bandera frente a la dura competencia. En Asia ya hay bastantes y de buena calidad, como Air Asia.

Me he podido permitir lujos como bucear en Tailandia y Malasia, dormir en hoteles con A/C en Vietnam, ya que era temporada baja y los precios que te pedían de 20 dólares bajaban rápidamente hasta 10 e incluso 5 cuando regateabas.

He comido y cenado siempre en mercados, chiringuitos o restaurantes locales, excepto el lujo asiático de mis mariscadas buffet en el hotel Westin de Shanghai con champagne Veuve Clicquot, por un precio inferior al que cuesta sólo el champagne en España.

He volado varias veces en China a precios módicos por ser temporada baja (unos 50€ para vuelos de 2/3 horas), de Chiang Mai a Phuket en Tailandia con Air Asia, y de Singapur a Macao con Tiger Airways.

El vuelo de ida a Shanghai y de vuelta desde Beijing a España fue con Finnair via Helsinki, que tiene la ventaja de volar por el gran Norte, lo que acorta los vuelos, menos de 8 horas entre Helsinki y Beijing.

El viaje más largo fueron las 22 horas de tren desde Guangzhou a Beijing, que se pasaron en un suspiro por la buena lectura y compañía que llevaba.

El más agradable los 10 tipos de barcos diferentes que tomé en el río Mekong en Vietnam, Camboya y Laos, y el más duro las 10 horas de carretera polvorienta en un bus destartalado entre Luam Nam Tha y Huay Xai, frontera con Tailandia, que nos convirtió en auténticos «pieles rojas».

El más divertido las camionetas en Laos, donde las barreras físicas desaparecen, y acabas compartiendo tu comida, con un niño durmiendo en tu regazo o partiendote de risa porque quieres meter en la foto las 50 personas que van apretujadas, para demostrar que el Guinnes de los records de 18 en un Seat 600 no es nada.

He estado a +48° y -2°, a casi 3.000 metros de altitud en el trekking del salto del tigre en Yunnan, China y a 35 metros de profundidad en Tioman, Malasia; he navegado intensivamente por uno de los grandes ríos del mundo, el Mekong, por la maravillosa Halong Bay en Vietnam y he viajado en tren en China, Vietnam y Malasia, en el ya mencionado tren de la Jungla, y pateado 2 de los lugares más impresionantes del mundo, los templos de Angkor en Camboya y la Gran Muralla China.

He visitado 12 lugares Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, lo que eleva mi total a 160 lugares en 50 países, otros lugares candidatos a Patrimonio de la Humanidad como Macao, Hangzhou, y sitios que me han dejado recuerdos imborrables y buenas amistades, como Shanghai, Dali, Hong Kong, Lijiang, Beijing y Qiatou en China, Hanoi, Halong Bay y Saigón en Vietnam, Siam Rep en Camboya, Luang Prabang en Laos, Chiang Mai e islas Phi Phi en Tailandia, y Perhentian y Tioman en Malasia.

He celebrado 3 años nuevos; el 31 de diciembre en La Coruña tomando las clásicas uvas y rompiendo los menos clásicos platos, el año nuevo chino (el 4702) el 8 de febrero en Lijiang, China, tomando dumplings salados y dulces, y el año nuevo budista (el 2548) en Luang Prabang, Laos, el 15 de abril, empapándome de agua purificadora de mis pecados, que son muchos.

La lista de nuevos amigos es larga, e incluye a varios españoles que encontré (¡por fin!) en lugares no habituales para mochileros hispanos, como China y Laos.

Con especial emoción regresé a mi destino preferido para bucear, las islas Phi Phi en Tailandia, arrasadas por el tsunami de diciembre de 2004, y comprobé lo que ya sabía, que ninguna ola asesina les podría arrebatar la sonrisa en los labios, a pesar de haberse llevado al 30% de la población y destruido la mitad de la isla.

La felicidad es un estado interior, y por tanto no depende de lo que tienes, sino de lo que eres, en frase de Van Dyke, y esto se puede aplicar perfectamente a los habitantes de Phi Phi, que han perdido todos sus bienes materiales, pero su riqueza espiritual ha crecido en proporción.

Esta es una de las cosas que he aprendido, más bien confirmado, en este viaje. Un día escribí: «Si el dinero da la felicidad, ¿por qué las consultas de psiquiatras están llenas de ricos?», y viendo a mi regreso los rostros taciturnos, frentes crispadas y ojos vácuos de la gente por la calle, no puedo dejar de compararlos con las miradas limpias y francas, la sonrisa a flor de labios y la cordialidad que me acompañaron por casi toda Asia.

Julio está aquí y la pluma viajera del vagamundos descansará un tiempo, pero como ya sabeis que «ningún sueño es demasiado grande si las alas del corazón son libres», voy a poner en marcha un nuevo proyecto en Internet, esta vez de «altos vuelos», y del que pronto tendreis noticias. Espero que os convirtais también en lectores y me acompañeis en mi nuevo periplo.

Mi libro de citas, tanto propias como «apropiadas» ha crecido enormemente, y pronto actualizaré la base de datos de vagamundos. Para ir abriendo boca, unas cuantas:

Me quedo con el cielo por el clima, pero con el infierno por la la compañía.

Yo me atrevo a todo y consigo lo que puedo. Herman Melville

La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto. George Bernard Shaw.

No puedes hacer el Camino hasta que tú mismo seas Camino. Buddha.

La vida es un puente; crúzalo pero no construyas una casa en él. Proverbio indio.

Lo más importante de la libertad es saber que hacer con ella

Sólo dándole la vuelta, podrás ver la espalda del Mundo.

El único Paraíso que existe es el interior.

En el viaje de la Vida yo prefiero ir en clase económica, se aprende más.

El hombre es nómada por instinto y sedentario por costumbre.

Si quieres ver todas las fotos del viaje de Vagamundos 2005 de 6 meses por China, Vietnam, Camboya, Tailandia, Laos, Malasia, y Singapur, haz clic aquí.

¡¡ Hasta Pronto y Felices Vacaciones!!

Carlos, desde Coruña, ESpaña, 18 de julio de 2005