El Madrid de los Austrias, lo más «chulo» de Madrid.
Una de las zonas que más me gustan de Madrid es la llamada El Madrid de los Austrias, lo más «chulo» de madrid, por su belleza y por la chulería de los auténticos castizos del Madrid del «eggque». Comprende la zona en torno al Palacio Real, construido por la dinastía de los Austrias, que precedieron a los actuales Borbones como reyes de Espana.
Es la zona más morisca de Madrid, ya que cada vez que nuestro alcalde «barrenador» abre un agujero se encuentra con restos arqueológicos árabes, como cuando se hizo la reforma de la Plaza de Oriente. Muy cerca se encuentra la Muralla árabe, uno de los sitios más agradables de Madrid, donde pasé interminables noches de conciertos al aire libre en mi primer verano en Madrid en el 90, donde ligué con mi primera madrileña.
Es una zona amplia, y los lugares más representativos son la Plaza de la Villa, con el ayuntamiento; la Plaza Mayor con sus hermosas arcadas, La Plaza de Oriente con el Palacio Real y la Ópera; la calle Arenal, que parte de la Puerta de Sol, y las calles llamadas «Cavas», Cava de San Miguel, Cava Alta y Cava Baja, lugares donde refrescarse después de una buena caminata por el barrio, con unas cañas y unas tapas, ya que es zona de tabernas, mesones y alguno de los restaurantes más representativos de Madrid, como Casa Lucio, donde sus famosos huevos estrellados te cuestan un huevo y la yema del otro. Los de la Taberna el Almendro, en la calle Almendro 13, están igual de buenos, y son baratos.
Algunos nombre de plazas indican la función a la que estuvieron dedicadas históricamente, como la Plaza de la Cebada, y la Plaza de la Paja, y también hay calles con nombre de oficios, como Latoneros y Tintoreros. Uno de los atardeceres más bonitos de Madrid se ve en primavera desde las terrazas de la escalinata del Nuncio, ya que las largas tardes invitan a leer un libro en la zona alta, más alejada del tráfico, y a ver la fauna humana que se tira a las calles y terrazas de Madrid en cuanto sale el sol.
Muy cerca se encuentra el tristemente conocido Viaducto de Segovia, y digo tristemente porque ha sido el lugar preferido durante muchos por los madrileños para suicidarse, no sabemos si hartos por las permanentes obras que horadan Madrid y que convierten al Camel Trophy y el «marathon de sables» en juego de niños frente al arriesgado deporte de pasear por Madrid.
Para evitar los suicidios, nuestro alcalde se planteó, como no, una nueva obra, que ha consistido en poner unas altas mamparas transparentes que han eliminado esa sensación de vértigo que sentías al asomarte, pero han cumplido su función, y los suicidas madrileños se han quedado sin lugar emblemático.
El Madrid de los Austrias, dejado durante muchos años, ha sufrido una profunda rehabilitación que no ha aprovechado la oportunidad de convertir una amplia zona en peatonal, ya que sus estrechas calles no ayudan para nada al tráfico; en vez de esto, se han plantado miles de bolardos para evitar que los coches invadan los espacios de peatones, pero que a su vez son una trampa mortal para caminantes despistados o niños revoltosos, que se llevan un buen chichón como recuerdo de su impacto con el bolardo, diseñado para resistir las colisiones de los coches.
Una visita al Madrid de los Austrias no puede terminar sin visitar la capilla de San Isidro, el patrón de Madrid, y La Latina, donde los domingos se desplaza una ingente marea humana por el rastro, el lugar donde puedes encontrar desde un mueble antiguo, un cachivache inservible, hasta ropa de todas las décadas y estilos posibles, pasando por el autoradio que te han robado la noche anterior.
¡¡ Hasta pronto !!
Desde Madrid, España.
Deja tu comentario