El Imperio Inca
Cerca del año 1.200 AD los Incas bajaron de las montañas de los Andes y conquistaron rápidamente grandes áreas que alcanzaban el sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y partes de Chile y Argentina.
¿Cómo fue posible tan grande y rápida expansión?. Una combinación de inteligencia, organización, ingenio y dotes guerreras hizo posible el imperio más grande que se dio en Sudamérica.
El gobierno estaba muy organizado y era muy eficiente, con un poder político y religioso muy bien estructurado que sometía completamente a los indígenas.
Aunque los Incas no tenían sistema de escritura, tenían un complejo método de cuentas y archivo llamado «quipu.»
El quipu era un sistema para grabar datos usando cordones con nudos. Los nudos indicaban las unidades de diez, cien, miles y diez de miles.
Los cordones sueltos se sujetaban para que colgaran de un cordón más grueso (como una franja) para grabar datos como la cosecha y la capacidad de almacenamiento.
Los quipus eran muy complicados y los manejaban los quipucamayocs o un contador. Para ver la diferencia entre los nudos y su significado, quipucamayocs usaban diferentes medidas y colores. Por ejemplo, un cordón amarillo significaba oro, uno blanco: plata y uno rojo: soldados.
El imperio romano se expandió enormemente gracias a las calzadas que construyeron en todos sus dominios, que les permitía desplegar rápidamente sus tropas allá donde fuera necesario.
Los incas también desarrollaron un extraordinario sistema de carreteras y caminos, que hoy se siguen utilizando en gran parte. A través de estas carreteras circulaban los «quipus» portados por los «chaquis» a gran velocidad.
Este sistema era el más rápido hasta la invención del telégrafo. Podía llevar un mensaje de Quito a Cuzco, una distancia de casi 2.000 km. en 5 días. Los chaquis hacían un promedio de 400 km. cada día, todo ello a veces en alta montaña. Corrían a 5 minutos/km, 2.5 veces más rápido que el sistema de los romanos; utilizaban la coca para aliviar los efectos de la altura.
Se dice que los mariscos frescos le llegaban cada día al rey Inca desde la costa, a una distancia de 250 km. En las carreteras habían estaciones de los chasquis cada 3 km, con una plataforma para ver a los chasquis que llegaban. También había casas en las que podían quedarse para descansar entre turnos, que se llamaban o’kla.
El chasqui portaba un uniforme que consistía en una capa con plumas para que la próxima estación pudiera verlo, y una trompeta también para advertir que llegaba. Llevaba una porra y una honda para protegerse; también portaba un emblema para identificarle.
La organización bélica de los incas fue un factor clave en sus conquistas. Todos los hombres físicamente aptos entre 25 y 50 años de edad debían prestar servicio militar. La jefatura del ejército estaba a cargo de generales nobles que obedecían en última instancia al Sapa Inca.
La disciplina militar era muy rígida, aunque una vez en combate las tropas se dispersaban en una lucha cuerpo a cuerpo. Los incas implementaron variadas tácticas de guerra, como los movimientos envolventes o las falsas retiradas que les permitieron derrotar a poderosos enemigos. Las principales armas eran la estólica o lanzadardos, los arcos y flechas, la macana y, especialmente, la honda.
El enfrentamiento en el campo de batalla sólo era el último recurso empleado por los generales incas. Antes de llegarse a un desenlace armado, los incas montaban un aparato diplomático cuyo objeto era convencer a los jefes enemigos de su sumisión pacífica al imperio, a cambio de lo cual se les garantizaban sus privilegios.
Los jefes militares incas entregaban regalos y hacían demostraciones de su poderío, ante lo cual muchos potenciales enemigos fueron convertidos en aliados. El de los incas era un poder hegemónico.
La historia sagrada de los Incas se basaba en la Creación. El dios de la creación, Tici Viracocha, salió del río Titicaca. La gente de los alrededores había ofendido al gran Dios, así que él destruyó a los habitantes y los convirtió en piedra. Después de esto, Viracocha creó el sol, la luna y nuevas formas de vida humana que distribuyó por América del Sur.
Algunas de estas nuevas formas de vida se dirigieron a Cuzco, más tarde conocida como la ciudad grandiosa de los Inca. Desde el río Titicaca, Manco Capac se dirigió hacia Cuzco por caminos subterréneos.
Finalmente, llegó con sus hermanos y todas sus esposas/hermanas a la cueva Pacariqtamba en el Valle de Cuzco.
Derrotó a sus tres hermanos, que se convirtieron en piedra al morir, Manco Capac se convirtió en el primer gobernador de los Inca. De él descendieron todos los gobernadores de los Inca.
La piedra era el material más importante para construir las estructuras de los Inca, pero también tenía otro gran significado, ya que dentro de la piedra vivía el espíritu o poder que tenía la capacidad de convertirse en hombre o viceversa.
Este respeto por la piedra y sus poderes dio lugar a su dominio y pericia con la albañilería. Usaban piedras de tamaños inusuales y las ajustaban con precisión milimétrica, tanto que una hoja de papel no entra. La superficie era tallada lisa y sin ángulos rectos para que parecieran que estaban vivas.
Machu Picchu, «La ciudad perdida de los Inca», es el mejor ejemplo de arquitectura inca, ya que nunca fue encontrada por los españoles y se abandonó en perfecto estado por razones ignotas.
Su pericia con la piedra la aplicaron también a sistemas de riego adecuados a la difícil orografía de los Andes. los inca «recortaban» las montañas creando terrazas. Cambiaron el curso de ríos para alimentar canales que regaban las terrazas. Por ello el desarrollo de la agricultura fue extraordinario.
Tampoco se quedaron atrás en el desarrollo de la tecnología textil y cerámica, que hoy sigue utilizándose en todos los Andes. El Inca y la nobleza vestían prendas de vestir finamente confeccionadas con aplicaciones de plumas, chaquiras y láminas de metales preciosos; el material de mayor prestigio era la lana de vicuña.
La vestimenta de los hombres consistía en unas camisas largas hasta las rodillas llamada uncu; las mujeres usaban una túnica más larga llamada anaku con una manta sujeta al cuello.
La cerámica del Perú fue la más hermosa de toda América del Sur. Los mochicas desarrollaron una rica iconografía representando dioses, señores sacerdotes y guerreros lujosamente ataviados.
En la sierra, la cerámica Wari exhibe grandes tinajas ceremoniales con representaciones de plantas alimenticias. El estilo Wari costeño presenta personajes sobre todo femeninos o pumas.
Por último, la cerámica inca diferente a todos los estilos anteriores insiste en dibujos geométricos con un marcado gusto por los tonos y gamas de marrón y sepia.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde La Paz, 29 de enero de 2004
Excelente artículo, felicitaciones.