La Iglesia de San Francisco en Ferrol.

Si mi primer día por el Camino inglés fue de inclemente lluvia, los siguientes, cada día más que el anterior, han sido como si Pedro Botero abriera las puertas del infierno para airearlo, y desgraciadamente debe estar cerca la entrada porque no encuentro otra razón para haber padecido 40° en pleno mes de setiembre en Galicia. Si sobrevivo a este camino, creo que quedaré inmunizado para los demás, haga el tiempo que haga y pase lo que pase.


Algunos tramos del Camino están muy descuidados

Después de haber hecho el tramo Coruña-Bruma, me voy a Ferrol para empezar los 120 km. hasta Santiago; la salida «oficial» es en los muelles de Curuxeiras, donde quedo con un fotógrafo de la Voz de Galicia para un reportaje que van a hacer sobre el Camino Inglés; me demoro porque he estado en la Oficina de turismo la Xunta para recoger información sobre el Camino, que desde luego me va a ser muy valiosa porque la señalización está bastante descuidada y es fácil perderse.

Ferrol es una ciudad monumental con edificios muy bonitos como la Iglesia de San Francisco, la concatedral de San Julián, e incluso el Arsenal Militar.


El monasterio de San Martiño de Xubia

El tramo entre Ferrol y Neda, 12 km. tendría poco interés, ya que recorre varias zonas industriales, si no fuera por el monasterio de San Martiño de Xubia, del S.VIII, y el molino de marea de Lembeie, y finalmente cruzamos el río Xubia para llegar al albergue de Neda, que es un ejemplo de como deberían ser todos los albergues, acondicionado para minusválidos, con lavandería y cocinas, un amplio jardín, y situado al borde de la ría. Sómos sólo 4 peregrinos para 22 plazas, 2 chicos de Madrid que se llaman Carlos también, y un señor mayor que lleva peregrinando 4 meses por Galicia con muletas, dice que lo hace para pedirle al Apóstol que ayuda para operarse.

Desde Neda hay una larga etapa hasta Miño, 23 km. teóricos, que son más, unos 25, ya que los cortes que la autopista La Coruña-Ferrol ha hecho en el Camino te hacen dar unas vueltas considerables. Me parece vergonzoso lo poco que cuidamos nuestro patrimonio histórico, se trazan carreteras y autopistas sin importar que se lleven por delante un camino de 1000 años.

En todo caso hay tramos muy bonitos, que llevan por el antiguo camino real, y todo se olvida cuando, después de una bajada vertiginosa que te pone los gemelos como si fueran cuatrillizos, llegas a la playa de Cabañas, de arena blanca y a un tiro de piedra de Pontedeume, hemos hecho ya 13 km desde Neda. La playa está llena de bañistas como si fuera un día de Agosto. Como son las 2 de la tarde y el sol aprieta fuerte, decido comer en un chiringüito de la playa, y remoloneo hasta las 4 pm.


Panorámica de Pontedeume

 

Lento como el caracol, atravieso las enrevesadas calles de Pontedeume, villa histórica que conozco bien, ascendiendo hasta el mirador que domina toda la ría. Aunque no queda en el Camino Inglés, recomiendo a los que decidan pasar noche en Pontedeume que vayan hasta el monasterio de Caaveiro, a 13 km, situado en la fraga del Eume y uno de los lugares más mágicos que conozco. El calor aprieta de lo lindo y quizá por ello no me cruzo con nadie, las personas en su sano juicio están durmiendo la siesta, y hasta los perros, que llevan ladrándome varios días por mi aspecto de bandolero o pirata con un pañuelo en la cabeza, me ignoran completamente mientras dormitan al sol.


Algunos carteles del Camino están que ni pintados

Sigo camino, y el calor se aplaca algo al pasar por pistas forestales y caminos de tierra entre altos eucaliptus que dan sombra, cuando veo que un paisano que esta debajo de un árbol me mira curioso y me pregunta: «¿Eres tí o do periódico?»; le respondo que puede ser (respuesta gallega al 100%), y me dice que llevaba todo el día echándole un ojo a los peregrinos que pasaban (en realidad los 3 que estaban conmigo en el albergue de Neda), pero que no le había parecido que era ninguno de ellos; las fotos que me habían hecho el día anterior salían en La Voz de Galicia.


Ojalá tuviera esta sombra todo el Camino

Cuando estoy llegando a Miño, después de un descanso en el P.K. 80.513 (así de precisos son los mojones que indican el Camino), feliz porque sólo me falta un kilómetro, descubro que el Camino ha «desaparecido» por unas obras en la carretera; pregunto a los obreros y me confirman que efectivamente el Camino «pasaba» por allí, pero que no tienen idea de por donde va ahora; me indican un bar, y el dueño me dice que cree que la única manera de llegar es por la carretera general, que además en este tramo se une a la autopista, y en el medio queda un estrecho carril para entrar a Miño, tan estrecho que pasa un coche o una persona, pero no los 2 al mismo tiempo, así que recuerdo mis tiempos de maratoniano, y sorteo los coches a velocidad de vértigo.

Entro en Miño resoplando como un caballo, al menos el albergue está en un lugar precioso, cerca de las Marismas y la playa de Miño, aunque también muy cerca de la autopista por desgracia..


El albergue de Miño

El albergue es un edificio moderno, en este caso no adaptado para minusválidos, porque los dormitorios están en el primer piso, y una vez más somos 4 los peregrinos, los mismos de Neda. Me doy una ducha rápida y voy a ver el atardecer en la playa de Miño, a unos 500 metros del albergue.

Después de caminar 25 km. con un calor terrible, meter los pies descalzos en arena fresca es como el anuncio de Fernando Alonso y los masajes en los pies que le hace Dios; La puesta de sol es muy bonita, y cuando es noche casi cerrada, noto que me he quedado frío y que la deshidratación empieza a pasar factura, así que me voy a un restaurante de la playa y me tomo un buen caldo gallego, mejor dicho 2, porque dejan la sopera (en este caso caldera), y nada reconforta mejor que un buen caldito.

Feliz, regreso al albergue, y mis compañeros están discutiendo de política, así que arrastro mis pies escaleras arriba y me voy directo a la cama, no sin ver antes una luna llena espectacular que asoma por el este, el mismo sitio por donde sale un sol radiante a las 8 am, que me despierta y anuncia que va a pegar duro de nuevo, así que me pongo en Camino enseguida.

¡¡Ultreia a todos!!

Carlos
Desde Miño
11/09/2003


El molino de marea de As Aceas de Lembeie

 


El atardecer en la playa de Miño