El mes de junio es el momento perfecto para escribir este reportaje, ya que durante este mes, específicamente el día del solsticio de verano (en el hemisferio norte), en buena parte de Noruega no se pone el sol, algo que le gusta a mucha gente porque los días son largos y las temperaturas agradables, y le disgusta a otros, porque sin unas buenas cortinas no hay quien pegue ojo.
La duración del midnight sun o sol de medianoche varía también mucho del norte al sur, ya que,por ejemplo, la ciudad más al norte de Noruega, Hammerfest, no ve ponerse el sol entre 15 de mayo y 31 de julio, mientras que en Oslo, la capital del país, el día más largo es el 23 de junio con 19 horas de sol, ya que se pone casi a las 11 pm y las 4 am asoma por el horizonte.
Con esta información en mente, me alegré un montón cuando gané en un sorteo de Visit Norway dos vuelos para dos personas a disfrutar en verano, y allí me fui en vuelo directo desde Barcelona a Bergen, y regreso desde Oslo también en vuelo directo a Barcelona (también hay vuelos directos desde Madrid pero las frecuencias son menores) con Norwegian.
Llegué a Bergen a medianoche, pero por suerte los autobuses a la ciudad funcionan casi 24 horas y en poco rato me encontraba en pleno centro, eso si, sin nadie a quien preguntar como llegar a mi hotel, que sabía cercano, pero google maps en roaming es casi más caro que los precios en Noruega, así que como la noche era agradable me puse a pasear.
Después de un rato de caminata por las empedradas calles de Bergen vi a dos chicos fumando fuera de un bar, y cuando les pregunté me quedó claro por su inglés que eran españoles así que las indicaciones de como llegar al Hotel Scandic Bergen City ya me las dieron en español y llegué en un pispás.
En la semana que pasé en Noruega encontré bastantes españoles, por un lado porque era agosto, y por otro porque es uno de los destinos favoritos de aquellos que escapan de las atiborradas costas españolas y buscan temperaturas más suaves y agradables, además de sentir continuamente el famoso síndrome de Stendhal aplicado a la naturaleza.
Bergen, ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, Balestrand, los fiordos Sognefjord y Fjærland, el glaciar Bøyabreen, el Tren de Flåm, el fiordo Hardanger, Ulvik, la cascada Vøringsfossen, el Tren de Bergen a Oslo, y Oslo, la emblemática capital del país, forman un cuadro de imágenes en mi cabeza que me provocan un grito como el del famoso cuadro de Edvard Munch, pero no de angustia existencial si no de alegría incontenida.
Los motivos de este grito os lo contaré en los próximos diarios, aunque por las fotos que os voy avanzando, estoy seguro de que compartís mi opinión.
¡Hasta Pronto!
Carlos, desde Madrid, 8 de junio de 2015
Deja tu comentario