De Puerto Galera a Cebú, con Parada en Boracay
Viajar por Filipinas en transporte público es toda una experiencia, casi siempre positiva aunque incómoda. La gran mayoría de los 100 millones de habitantes de Filipinas no tienen vehículo propio, por lo que la frecuencia de transporte público es muy alta, eso sí, casi siempre sin horarios fijos y viajando a veces en medios de locomoción que como el propio nombre indica, combinan la locura y la emoción.
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Terminada mi experiencia de buceo en Puerto Galera, me sumergí en las profundidades de un viaje hasta Cebú, 3 islas más allá, lo que obligaba a cruzar todo Mindoro por carretera, cruzar a Panay en ferry hasta Caticlan, hacer una parada de relax, o no, en la isla de Boracay, cruzar todo Panay hasta Iloilo para cruzar a la isla de Negros, y de nuevo cruzar desde Bacolod todo Negros para tomar un pequeño ferry hasta Dumanjug, ya en Cebú.
Suena complicado teniendo en cuenta la secuencia de transportes que tomé, a saber: Triciclo + Jeepney + Van + Ro-Ro (ferry para vehículos y personas) + Bangka + Triciclo + Bangka + Bus + Triciclo + Catamarán + Bus + Bus + Ro Ro + Bus + Triciclo, pero en realidad no lo es, ya que la máxima espera que tuve fue de 3 horas en Roxas, Mindoro, porque me habían dicho que el Ro-Ro era a las 12, llegué a las 11, y luego era a las 14h.
Mi viaje comenzó tempranito, a las 5:30 am, con un jeepney entre Puerto Galera y Calapan, que se fue llenando primero de adultos, y cuando parecía que ya no quedaba sitio para nadie más, subían niños y más niños, impecables con sus uniformes colegiales, corbatita para ellos y falda plisada para ellas, silenciosos y medio dormidos porque aún no había amanecido.
Unas dos horas después llegamos a Calapan, y a los extranjeros directamente nos descargaron del jeepney y nos cargaron en un minivan de esos de unas 15 plazas que se pueden estirar fácilmente hasta 20-25. 3 horas más tarde llegábamos a Roxas, y después de recuperar la movilidad de las extremidades atrofiadas, sólo quedaba esperar el Ro-Ro, que como ya comenté arriba salió 3 horas más tarde de lo esperado.
Eso me obligó a tomar la decisión de hacer una parada técnica en Boracay, ya que viajar de noche sí que no es muy recomendable en Filipinas, las carreteras son muy estrechas, muchas veces de montaña sin arcenes ni quitamiedos y cuando atracamos en Caticlan, tomé una bangka a Boracay.
Llegué ya de noche cerrada pero lo que vi me preocupó un poco, ya que mientas buscaba alojamiento sólo veía resorts y restaurantes de alto standing y salones de masaje por todas partes.
Como la playa es muy larga, unos cuatro kilómetros, no sé si de manera consciente la han dividido en tres zonas, Station 1, 2 y 3, de más a menos caras, y finalmente después de mucho indagar, consegui una habitaciónro con ventilador por 10€ en una casa familiar a unos 200 metros de la playa.
Era fin de semana, y como Boracay es un destino de vacaciones muy popular para filipinos y coreanos, al día siguiente cuando me levanté y bajé a la playa, la actividad que había era frenética, con bangkas entrando y saliendo continuamente llevando buceadores y snorkels, gente en la banana tirada por una lancha rápida y parasailing.
Me dieron ganas de salir corriendo, pero la playa es bastante bonita, y en realidad en mi pensión tenía buen wifi y la familia era muy agradable, así que me limité a recorrerme la playa, y al llegar al extremo de más nivel, vi que también otra actividad favorita de los turistas es casarse en la playa en Boracay, ya que había hasta tres bodas simultáneamente.
Hasta un Starbucks tienen en la playa, el resto son restaurantes de pescado y marisco principalmente, y como la competencia apreta bastante, algunos ofrecen buffet libre para la cena, con bebida incluida por unos 5€, y la calidad es correcta.
Las bebidas alcohólicas sí que son bastante más caras, como buen destino turístico de fiesta, pero ese problema también lo puedes solucionar porque algunos lugares tienen Happy Hour u Hora Feliz hasta las 8 pm.
Aunque suene raro, de todos los sitios donde comí en Boracay, el mejor de todos fue un pequeño chiringuito de 2 metros cuadrados que hacía unos shawarma de muerte por sólo 1 euro, me fijé que casí todo el día había cola, y cuando lo probé, yo también me sumé a la cola todos los días.
El lunes por la mañana, como buen día laborable que era, me levanté temprano, tomé una bangka hasta Caticlan, y de allí un autobús directo, o casi, de unas seis horas hasta Iliolo, al sur de la isla, de donde salen los catamaranes rápidos hasta Bacolod, la capital de Negros Occidental, en poco más de una hora de viaje.
Pensaba seguir viaje pero la noche acechaba y ya no me daba tiempo a llegar a Cebú, así que pasé noche en esta insipida ciudad, que al menos esa noche, 13 de febrero, estaba animada con cartelitos de corazones y cupidos con arcos y flechas para celebrar la noche de San Valentín.
Hasta los bancos (los financieros, no los de madera) estaban decorados con cupidos y corazones, lo juro, no sé si esos días dan créditos especiales para construir «niditos de amor».
Las chicas de recepción del hotel me preguntaron apenadas si estaba sólo, y cuando les dije que iba a celebrar la noche de San Valentin conectado con Madrid vía videoconferencia con Skype no sé si se lo creyeron y me tomaron por loco o por enamorado, que viene a ser más o menos lo mismo ¿no?.
La última parte del viaje debería haber sido la más sencilla, pero me la complicaron en el hotel y en el terminal de autobuses, ya que me decían que para ir a Moalboal, al sur de Cebú, era mejor que pasara por Cebú City, la capital, que el viaje era más largo en distancia pero menor en tiempo.
Como a mi lo que me sobra es tiempo, decidí no hacerles caso, y en vez de ir via Toledo (desde que salí de Manila he pasado por sitios como Santa Cruz, Pontevedra, Alcoy, Jetafe con jota, Valladolid, Santander y Asturias), tomé un bus a San Carlos, donde conecté con otro hacia el sur por la costa, y después de una encuesta entre el pasaje del bus sobre el lugar de donde salían los ferrys para el sur de Cebú, con opiniones varias, me dejaron en Guihulngan (¡este nombre sí que no es español!).
Media hora después estaba en un pequeño Ro-Ro compartiendo espacio con vehículos, cabras, vacas y cerdos, aunque los humanos ibamos un poco más cómodos, en pequeños bancos de madera, desde donde podía ver el poco caso que el capitán le hacía al timón.
Ya en Moalboal, destino mochilero desde los 90, aunque ahora le están ganando la partida los resorts de buceo ya que en la zona hay lugares famosos como Isla Pescador, me alojé en la playa Panagsama en el Backpackers lodge, un lugar agradable y barato, aunque la tal playa de Panagsama casi ha desaparecido completamente por la erosión.
Moalboal es una pequeña península, con Panagsama en el sur y más al norte se encuentra White Beach, que es una playa preciosa, pero el alojamiento allí es más caro que en Panagsama.
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Para más información sobre Boracay, consulta las páginas web de:
Boracay Board, Boracay Foundation/a>, My Boracay guide, Visit my Philippines, Wikipedia Filipinas,Wikipedia Boracay, Wiki Travel Boracay, y en inglés web oficial de Turismo de Filipinas, The Philippines y Experience Philippines.
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Fotos de Boracay.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Cebu, Filipinas, 26 de febrero de 2012
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