Rafting por el río Chicamocha en Santander, Colombia
La aventura por el Chicamocha, que había comenzado el día anterior con una caminata, más bien un descenso vertiginoso entre Villanueva y Jordán, nos llevaría en los dos días siguientes por el curso del río Chicamocha, que en marzo llevaba poca agua, turbia y de color tierra porque había llovido los días anteriores.
Me levanté al amanecer, y antes de desayunar bajé al río para ver de cerca parte del recorrido que haríamos en las balsas, concretamente el chiflón o túnel de roca donde el río se estrecha y por lo tanto el caudal se acelera para poder absorber el gran volumen de agua que porta.
El desayuno en Shangrilá fue delicioso y muy completo, con arepas, zumo natural y un buen café colombiano, como era necesario para el largo día que se nos presentaba por delante, donde quemaríamos unas cuantas calorías a ritmo de palada de remo.
De Shangrilá nos fuimos caminando a Jordán, un pueblo que da la sensación de haber sufrido una hecatombe, ya que gran parte de sus casas están en ruinas, y sólo viven unas 50 personas, que carecen de la mayor parte de servicios, ya que no hay agua corriente, alcantarillado, y sólo existe un teléfono público.
Hay edificios coloniales, una iglesia pequeña recién restaurada, y proyectos para convertir Jordán en un destino de ecoturismo; hasta que eso llegue, parece que la única actividad económica del pueblo es el procesado de las hojas de tabaco y la agricultura, y la única atracción son los aventureros que vienen de vez en cuando a lanzar las balsas al río.
La iglesia de San José, ubicada en la plaza principal, data de 1855, tiene gran valor arquitectónico y alberga una bonita colección de figuras religiosas.
En la misma plaza, al lado de la llamada Fuente de los Deseos y bajo la sombra de un gran árbol que nos protegía del intenso sol que quemaba ya a tempranas horas de la mañana, nos pusimos a preparar todo el material de rafting y a hinchar las balsas.
Cuando estuvieron listas, Christian nos dio las instrucciones de seguridad para el rafting y lanzamos las balsas al río, al lado del puente de Lenguerke.
El puente sobre el río Chicamocha, por el que ya no hay que pagar para cruzarlo, se mantiene más o menos en buen estado, y a sus pies hay una estación hidrológica que mide las subidas y crecientes del río.
Para tranquilizar a los remeros, una mezcla de cincuentones y sus hijos veinteañeros, la seguridad estaba garantizada por un kayak de emergencia que, en caso de vuelco o de caída por la borda de alguien, podría rescatarte rápidamente.
Al poco de salir pasamos sin problemas por el chiflón en Shangrila y pudimos apreciar el gran trabajo que han hecho creando muros de contención para evitar que las subidas del río inunden el campamento.
Impresionaba surcar el río entre altísimas paredes que se alzaban hasta casi dos kilómetros por encima de nuestras cabezas, y al mediodía hicimos una parada para comer en una sombreada playa rocosa de un recodo del río.
El rafting vespertino transcurrió entre cañones cada vez más altos y áridos, y la parada para el campamento la hicimos en el punto en el que confluyen los ríos Suárez y Chicamocha para crear el Sogamoso. Es una zona llamada «Las Juntas» o «Raspaculo», y allí también tendríamos la oportunidad de visitar una inmensa mina de yeso, ahora cerrada por problemas económicos.
El río Suárez nace en la laguna de Fúquene, entre Boyacá y Cundinamarca, y al entrar en Santander se convierte en un río muy torrentoso debido a las pendientes acentuadas. Tiene una longitud total de 172 km y una cuenca hidrográfica de 98.000 km², de los que 34.000 corresponden a territorio de Santander, y antes de desembocar en el río Sogamoso se junta con el río Fonce después de que este ha pasado por San Gil. Nace a 3.700 msnm y está a 700 m en la confluencia con el Chicamocha.
Tuvimos que caminar un buen rato por el borde del río Suárez hasta llegar a nuestro campamento, que se encontraba justo donde tienen un sistema instalado para cruzar personas en una barquilla metálica sobre el río, y un pontón móvil para que pudieran cruzar los camiones cargados de yeso, que se encontraba parado hasta que la mina volviera a funcionar.
Dejamos la visita a las minas de yeso para la mañana siguiente y disfrutamos de una tarde relajada en nuestro campamento, que a pesar de ser temporal tenía todas las comodidades, desde ducha hasta W.C.
Por la mañana, después de desayunar, cruzamos el río por turnos, unos en la barquilla metálica y otros en kayak, y subimos a la mina de yeso, que impresionaba por el tamaño de las aperturas rectangulares en la montaña y la estructura en cuadrículas de sus galerías.
Después de desmontado el campamento, regresamos caminando a la confluencia del Chicamocha y el Suárez, donde se habían quedado nuestras balsas, y nos lanzamos al río para acometer la segunda jornada de rafting, todavía más espectacular que la primera.
En esta sección, de gran aislamiento geográfico y en la que no vimos a ningún ser humano en varias horas de navegación, se avanza por una zona del río de gran caudal, con alargadas olas y playas de arena donde hicimos paradas para refrescarnos y tomar un refrigerio.
El rafting terminó a medio día en el puente de Zapatoca, donde una empresa española, ISAGEN, está construyendo un nuevo megapuente de 510 metros de largo sobre dos gigantescos estribos, colocados a una profundidad de 35 metros por debajo del nivel de las aguas, que soportaran la estructura de doble calzada de la carretera, una de las obras más importantes de la ingeniería española en Colombia.
El majestuoso puente se construye en las cercanías de la futura represa de Hidrosogamoso, donde estará ubicada una nueva central hidroeléctrica que producirá el 10% de la energía que consume Colombia, sin duda un gran progreso para el país, pero probablemente el rafting que hice dejará de existir como tal.
Desde el puente de Zapatoca nos fuimos en furgoneta a Bucaramanga, donde parte del grupo de quedó para partir hacía Medellín, y el resto regresamos a San Gil con la gran satisfacción de haber podido recorrer, tanto a pie como en balsa de rafting, una de las zonas más espectaculares y vírgenes de Colombia, aunque no sé por cuanto tiempo.
«Dale al play» en la presentación de abajo para ver las fotos del rafting por el río Chicamocha.
Mira la web de la Río Expediciones.
Para más información sobre el Chicamocha, consulta las páginas web de:
San Gil, Wikipedia Cañón del Chicamocha, Wikipedia río Chicamocha, Panachi. Parque temático del Chicamocha, Colombia Travel. Portal Oficial de Turismo y Blog Mis viajes por ahí. San Gil, Colombia.
Haz clic para ver:
Colección de fotos de Primer día de rafting rio Chicamocha, Segundo día de rafting rio Chicamocha y colección de videos de laExpedición Chicamocha.
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¡¡ Hasta Pronto !!
Carlos, desde Madrid, España, 14 de Agosto de 2013
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