Isla Culebra. El Paraíso dentro del Paraíso
La pequeña isla de Culebra (11x 6 km) está situada en el Este de Puerto Rico, a sólo 20 minutos en avión desde San Juan, o 90 minutos en barco (preferible) desde Fajardo. Los fines de semana es un destino bastante popular entre los boricuas, porque es un «Paraíso dentro del Paraíso», que además nunca se masifica, porque sólo hay 3 barcos al día, y cuando se acaban las plazas, se acabaron, no hay barcos extra ni más grandes. Una de las razones es que Isla Culebra y 23 islotes cercanos pertenecen al «Refugio Natural de Vida Silvestre de Culebra», que restringe el número de visitantes.
El nombre original era Pasajes, y el actual fue dado por los españoles en 1880 cuando decidieron habitarla, y le dieron el pomposo nombre de San Ildefonso de Culebra, por su forma serpenteante, que alberga varias bahías y hermosas playas de arena blanca y fina que nunca se calienta a pesar de la temperatura exterior, y que en el Siglo XVIII servían de refugio para los piratas ingleses que acechaban a los galeones españoles que iban con sus tesoros del Nuevo Mundo hacia España.
Los siguientes invasores fueron los norteamericanos, que después de ganar la guerra contra España ocuparon la isla como base naval hasta 1975, renombraron el pequeño pueblo donde llega el transbordador en honor de un general de la Navy, y dejaron como estúpidos monumentos al imperialismo varios carros de combate de la segunda guerra mundial varados en sus playas, y que te dejan alucinado cuando después de un largo paseo por la playa disfrutando de una naturaleza virginal y una tranquilidad total te los topas de repente. Es una buena manera de fomentar el nacionalismo en Puerto Rico, ¡¡Gringos Go Home!!.
La actividad preferida en la isla es el «dolce far niente», dejar pasar las horas tumbado en una hamaca viendo los colores turquesa del mar cambiando a medida que avanza el día, y teniendo como única melodía de fondo su sonido. Si te empeñas en realizar alguna actividad deportiva, lo más aconsejable es el buceo, ya sea de superficie o de botella, ya que al ser zona protegida no se puede pescar y se pueden ver bastantes peces y corales, o alquilar una bici para recorrer la isla, un ejercicio no demasiado agotador por su pequeño tamaño.
De noche, la actividad más recomendable es tumbarse en la playa en medio de la oscuridad total para contar estrellas fugaces, o intentar ver en el cielo la Estación Espacial Europea. Un baño nocturno al estilo Adán y Eva en un agua a una temperatura siempre agradable es también muy recomendable.
La isla y sus 23 islotes tienen 4 ecosistemas diferentes que albergan una importante colonia de pájaros exóticos. como la gaviota boba de Culebra, y uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza, el desove de cientos de tortugas que año tras año regresan a la misma playa en primavera para perpetuar la especie.
Esta maravilla natural ha quedado tan prendida en mi corazón que ya mi piel se ha hecho resistente a esa otra especie tropical que se llama «el mosquito asesino», y que sigue teniendo en mí a una de sus principales fuentes de alimentación.
En el próximo diario os hablaré de la música puertorriqueña en detalle y de las fiestas de San Sebastián (no la de España).
¡¡¡ Hasta Pronto !!!
Desde Isla Culebra, 16/01/2001
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