Una de mis frases preferidas es «para viajar feliz hay que viajar ligero», del maestro Antoine de Saint-Exupéry y esto es doblemente importante en un reto como el de caminar 1200 km en 2 meses, por lo que mi objetivo es que la mochila no pese más de 5 Km, equipo fotográfico y de vídeo aparte. Por supuesto que esto no se aprende de un día para otro, sólo la experiencia te hace prescindir de lo realmente superfluo, como una toalla (luego os explico).
Los que hayais visto Bagdad Café, recordareis la escena surrealista en que la teutona se queda en el medio del desierto de Nevada arrastrando una enorme maleta, que para más Inri llevaba la ropa del marido que la acababa de abandonar. Algo parecido debieron de pensar los que me vieron hace unos años en Jamaica, subiendo las Blue Mountains con una maleta de ruedas que evidentemente no circulaba bien por los accidentados senderos de aquellas montañas. Era un viaje no planificado, y mi equipaje el menos adecuado, así que ese día aprendí para siempre a viajar ligero.
Muchas veces veo la cara de sorpresa en gente que me viene a buscar a una parada de autobús o a un aeropuerto, se piensan que la mochila que llevo es el equipaje de mano. Pues no, mi mochila ha ido reduciéndose de tamaño con el tiempo, y ahora pesa un máximo de 12 Kg. con un volumen de 50 litros. Además, llevo una pequeña mochila de día, y una bolsa acolchada con el equipo fotográfico, que desgraciadamente eleva el peso total a 16 kg.
Cuando se va a viajar por tiempo largo y diferentes climatologías, recomiendo vestirse como las cebollas, por capas. Los gruesos chaquetones y jerseys de lana, no son necesarios, excepto para la Antártida o el Himalaya. La ropa técnica de montaña es la más adecuada, ya que combina ligereza y protección térmica, seca muy rápido, y es transpirable e impermeable. Por supuesto, no es la más adecuada para ir de fiesta. El calzado es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, nos puede arruinar completamente un viaje; debe ser probado a fondo antes del viaje, cómodo y adaptado al terreno donde nos vamos a mover:
A los que viajan con la muda de 4 semanas, les voy a contar un secreto: existen unos establecimientos mágicos llamados lavanderías donde llegas con tu ropa sucia y maloliente, y en una hora la tienes limpia, seca, y oliendo bien, todo ello por unas monedas. Mi afán por la ligereza no me lleva al extremo de Nicolas Crane, un (excéntrico) inglés que caminó desde Santiago de Compostela hasta Estambul, y sólo llevaba 3 calcetines, que iba rotando convenientemente, todos los días lavaba 1, con lo cual el máximo tiempo que usaba un calcetín era 2 días, bastante higiénico para lo que se ve por ahí.
Mi equipaje para el camino de santiago constará de:
1 botas de montaña
1 sandalias de cuero aptas para caminar (con cierres)
1 zapatos naúticos o zapatillas
1 pantalón corto
1 pantalón largo
1 pantalón transformable corto/largo
2 pares de calcetines de montaña, uno grueso, otro fino
2 camisetas térmicas, 1 de de manga larga y otra corta
1 camisa de manga larga transformable (remangándote)
1 forro polar
1 chaleco polar
1 chaquetón gore-tex
1 capa impermeable grande para ir sobre la mochila
1 gorra o sombrero
1 guantes gore-tex
pinzas, cuerda, tijera, pegamento, aguja, hilo, tapones para los oídos
botiquín básico
neceser aseo
toalla de nadador (tipo Vileda), que seca, se escurre, y no huele
1 par de gafas de sol
Cantimplora de aluminio
1 libro, a regalar o intercambiar cuando se termina,
1 cartera impermeable para conservar seco el dinero, y los documentos
1 bolsa portamapas impermeable y el mapa correspondiente
1 saco de dormir ligero (1kg)
1 sábana de seda modelo saco
1 bastón telescópico de senderista (varios usos posibles)
Mi equipo tecnológico consta de:
Cámara Sony MiniDV TR-80
Cámara Digital Olympus u400 de 4M de píxeles resistente al agua
Prismáticos Olympus
Grabadora digital Olympus MP3
Trípode aluminio Velbon
Todo ello en una bolsa LowePro acolchada y resistente al agua