Adiós ríos, adiós fontes, adiós regatos pequenos, adiós vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos.

Así comienza un poema de los Cantares Gallegos de Rosalía de Castro, la poetisa que mejor supo plasmar en sus obras el carácter y la personalidad de los gallegos, la «morriña» y «saudade», que siendo palabras gallegas todo el mundo entiende.

Ahora que faltan sólo 6 días para comenzar en Puerto Rico mi viaje «vagamundo», este poema me ha parecido la mejor manera de despedirme de la tierra que me vío nacer y que ha forjado mi personalidad viajera. A diferencia de Rosalía, que expresaba su pesar por irse, yo me voy sin morriña, con los pies ligeros y el corazón henchido de alegría, porque como suelo decir, «lo mejor de los viajes es el regreso», ya que te permiten apreciar y valorar en su justa medida lo que tienes en casa.

Pasando las fiestas navideñas en familia, disfrutando al máximo del calor de los tuyos, hay gente que me pregunta cómo puede uno prescindir de todo eso durante meses de viaje, y yo les respondo que no es una cuestión de distancia física la que te acerca o separa de los tuyos, sino que es como la reserva de los coches, unos la tienen para pocos km. y otros para muchos, y mi corazón lleva una reserva grande de cariño, que me durará muchas leguas de viaje.

Al comenzar el viaje por América Latina, también me aseguro de que disfrutaré de la calidez y hospitalidad con la cual me han acogido en viajes anteriores por esta región, y esto me llenará de nuevo la reserva de cariño para cuando visite zonas en las que ya sea por el idioma o por la idiosincrasia de sus habitantes, la comunicación sea más difícil.

Y cuando las energías flaqueen, mi mirada se haya llenado de luz, mi mente de memoranzas, mi corazón de calor humano, y el polvo acumulado en mis botas sea ya muy pesado, será el momento de recitar otro hermoso poema de Rosalía, que en su versión castellana dice:

Airiños, airiños aires, aires que sois de mi tierra, airiños, airiños aires, airiños, llevadme a ella.

¡Hasta Pronto!

vagamundos

Desde La Coruña, 23/12/2000