La ciudad de Elche esta situada en la comarca del Bajo Vinalopó, al sur de la Comunidad Valenciana. Junto a ella se encuentra un extraordinario tesoro vegetal: el palmeral más extenso de Europa, 1.617.000 m2 de huertos productivos de palmeras datileras que han permanecido a través del tiempo y las vicisitudes.

Aunque el hallazgo de huesos dátiles en la zona parece indicar que la palmera tiene presencia en Elche desde épocas prehistóricas, su origen se remonta al siglo X, la época de la Medina Islámica, cuando los habitantes musulmanes de la ciudad ingeniaron un sistema de riego agrícola especial para tierras áridas, un sistema de irrigación que se ha mantenido inalterable hasta nuestros días.

Los terrenos contiguos a la muralla de la ciudad medieval se dividieron en parcelas de superficie regular, cuadrangular y plantas ortogonales dedicados al cultivo. Estas tierras eran bañadas por la Acequia Mayor y por los canales secundarios que de ella se derivan. Este perfil geométrico fue utilizado para la plantación regular de palmeras a lo largo de cada parcela. Así podían sacar el máximo provecho de la dotación de agua disponible, que era salobre y de mala calidad. Como la palmera acepta un alto grado de salinidad era la planta más apropiada para el terreno.

El palmeral tenía doble función: disminuir la incidencia del sol y el viento y mantener la humedad aportada por el riego, lo que además facilitaba el cultivo de plantaciones hortofrutícolas como el grano o la alfalfa. Gracias a los huertos de palmeras se desarrolló también el cultivo simultáneo a tres niveles: las palmeras en el plano superior, los árboles frutales en el intermedio y hortalizas en el inferior.

Durante el periodo preindustrial se obtuvo el máximo provecho del palmeral. Los dátiles se utilizaban como
alimento para animales o eran consumidos por el hombre si eran de buena calidad y los troncos, hojas y desechos servían para la construcción o como combustible. Dada la longevidad de la palmera y su amplio aprovechamiento el palmeral siguió siendo un oasis perfectamente saludable hasta finales del siglo XIX.

En 1884 se abrió la vía férrea que no solo partió el palmeral en dos ya que la estación central quedó en el centro sino que además adelantó el proceso de industrialización, la proliferación de fábricas y el desarrollo de barrios a costa de la fragmentación del palmeral. En 1920 Pedro Ibarra y Ruiz, archivero municipal, inició una campaña para preservar el palmeral que llevó a la firma de un documento en pro de su conservación y luego, paulatinamente se fueron promulgando normativas para preservar el palmeral que incluso fue declarado Jardín Artístico.

Hoy en día el palmeral convive en perfecta armonía con la ciudad y esta comunión entre palmeras y casco urbano crea un marco exclusivo, mezcla de naturaleza y urbanismo. En añadidura el palmeral todavía ayuda a crecer a las demás plantaciones de regadío cumpliendo así su ancestral función agronómica.

Además de las palmeras se obtienen suculentos dátiles y la palma blanca, de gran importancia para la ciudad. La palma blanca es la principal protagonista de las dos fiestas más destacadas de Elche: el Domingo de Ramos, declarada de Interés Turístico Internacional y la tradicional representación del Misteri d`Elx, la cual también ha sido declarada de Interés Turístico Internacional y además ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. La fiesta es una representación de orígenes medievales que se escenifica cada 14 y 15 de agosto, en ella se recrea la Muerte, Asunción y Coronación de la Virgen María, la Madre de Jesús.

El Palmeral de Elche constituye pues, un sorprendente paisaje cultural único, de sobresaliente valor y significado universal en el que se resume una profunda y rica historia de tradiciones y transmisión de prácticas culturales. Es el único bosque de palmeras que puede recibir tal acepción en el continente europeo, no es una casualidad que sus paralelos se encuentren alineados en la banda desértica que une Irán con el Magreb.

En el año 2000 la UNESCO decide declarar este inigualable paisaje cultural Bien Patrimonio de la Humanidad basando su resolución en el Criterio Cultural II, por representar El Palmeral un notable ejemplo de transferencia de características paisajísticas de un continente y cultura a otro, específicamente del Norte de África a Europa; y en el Criterio Cultural V, por el excepcional uso de la tierra y su particular sistema de irrigación, aún en funcionamiento y porque el huerto de palmeras, siendo característico del Norte de África, fue traído a Europa durante la ocupación islámica y aún sobrevive en la actualidad. Muchos de los huertos de palmeras han sido transformados en parques destinados al disfrute público y cualquier época del año es favorable para visitar este maravilloso paisaje cultural.

Palmeral de Elche
Año de Inscripción: 2000
Inscripción: 930
Provincia: Alicante
Comunidad Autónoma: Valencia
Coordenadas: 38° 16′ N, 0° 43′ W
Criterios: C-II y V