Hermosa llegada al pueblo de Atapuerca.

Atapuerca está a sólo 15 Km. de Burgos, pero el salto en el tiempo es enorme, de casi un millón de años. Se puede llegar por la N-I o por la N-120 que va a Logroño, y las visitas guiadas, la única manera de visitar los yacimientos y el parque arqueológico, parten de los pueblos de Atapuerca o Ibeas de Juarros.

Por Atapuerca pasa también una variante del camino de Santiago, y la mañana de sábado que visité los yacimientos me encontré con varios peregrinos; a pesar de ser casi octubre, el flujo de peregrinos en este año santo 2004 sigue siendo incesante.


El centro de visitantes del pueblo de Atapuerca

El centro de visitantes de Atapuerca es bastante desangelado y frío; la chica que vendía los tickets tenía un gripazo enorme, y eso que todavía no había llegado el invierno.

En la sala unos cuantos posters y folletos no hacían justicia a lo que íbamos a ver, el yacimiento arqueológico con los restos de homínidos más antiguos de Europa, que han dado lugar a la denominación de una nueva especie, el Homo antecesor.


Cartel yacimiento Galería

El autobús iba medio lleno, y las cuevas están a unos 15 minutos del pueblo. Se visitan 3 lugares de los más de 40 que se están excavando en la zona, y están ubicados en lo que fue la trinchera que se abrió para el ferrocarril que unió la Sierra de la Demanda en la Rioja con Burgos para el transporte de hierro y carbón, a finales del S. XIX.

La trinchera cortó varias cuevas por la mitad, pero en aquella época los huesos eran eso, sólo huesos, y no se les dio ninguna importancia.

Toda la zona es caliza, y por lo tanto hueca en gran parte por los ríos subterráneos que fueron creando las oquedades.

La erosión del terreno que provocó hundimientos que protegieron los restos nos ha permitido encontrarnos en buen estado con la gran biblioteca de la evolución humana que es Atapuerca.


El yacimiento Galería

Sólo se trabaja in situ 2 meses al año, pero son tantos los restos recogidos que el resto del año se pasan clasificando, datando, estudiando, analizando, etc.

Son más de 150 excavadores los que forman la familia de Atapuerca, algunos son estudiantes como los que hacen la visita guiada. El nuestro, Hugo, no sé si por la influencia del entorno, hasta tenía rasgos antropomórficos de Homo antecesor.


Hugo, nuestro «Homo Antecesor» guía

Normalmente se recorre la trinchera y las 3 cuevas que hay en ella, la Sima del Elefante, la Galería y la Gran Dolina, pero unos desprendimientos no permitían visitar la Sima del Elefante, así que tuvimos que descender a la trinchera por un andamio metálico, y enfundarnos unos cascos “por si acaso”.

Hugo nos explicó la historia del lugar y la metodología de excavación que utilizan, que tiene la paciencia y constancia como base, ya que a cada investigador se le asigna una cuadrícula de 1 metro, y en ella se trabaja con herramientas de precisión como las de los dentistas, nada de pico y pala.


La sima del elefante

Toda la tierra que se extrae es además llevada para lavar y filtrar para recoger los restos más pequeños. Han salido ya a la luz miles de restos humanos y de todo tipo de animales, muchos de ellos extintos en España, como el rinoceronte, el león y el elefante que le da el nombre a la sima.

Lo más increíble es que todavía queda mucho por excavar y descubrir, y se han descubierto indicios que pueden llevar la historia del hombre en Europa a 1,5 millones de años.

En la Sima de los Huesos, un auténtico almacén de restos, se han encontrado más de 33 seres humanos y cientos de animales como osos.

Los restos de polen fosilizado ayudan a saber cómo era el clima hace 800.000 años en la zona, mucho más húmedo y cálido, con árboles mediterráneos como el olivo.


Con el casco y la cofia higiénica

De los yacimientos el autobús nos llevó al parque arqueológico de Atapuerca, donde se ha realizado una idealización muy básica pero educativa de cómo era la vida del Homo antecesor.

En una pradera han creado unos escenarios donde se muestra cómo pintaban, las herramientas que usaban, las armas que elaboraban, la comida que tomaban, y cómo realizaban el fuego, algo que nos enseñó en vivo y en directo el guía, de manera tan sencilla como frotar 2 palos, eso sí, con mucha maestría.


El rinoceronte existió en España

Unas figuras a tamaño natural de un rinoceronte y un tipo de alce gigante, y bustos de los 5 Homo Antecesor econtrados en mejor estado de conservación te trasladan a épocas pretéritas, y una cabaña de paja nos permitió protegernos del frío en forma de viento helado que recorría la sierra.

En invierno seguro que hace mucho frío y el fuego que hace el guía sirve para algo más que una demostración.


«Miguelón»

Uno de los bustos de Homo Antecesor se llama Miguelón porque sus restos fueron encontrados el día que Miquel Indurain ganó su segundo Tour de Francia; era un hombre con gran parte del rostro aplastado por un piedra u otro objeto contundente.

Realmente impresiona verlo aunque sepamos que no es de verdad, que es sólamente una representación idealizada de como podían ser nuestros antecesores.


La tienda de recuerdos de Atapuerca

Finalmente termina la visita en la tienda del parque arqueológico donde te puedes comprar reproducciones de objetos del Homo antecesor, o simplemente una camiseta de Atapuerca.

Todavía no venden camisetas del estilo “Yo estuve en Atapuerca visitando a mi tataratataratatarabuelo”, pero todo llegará, de entrada en la web de la Fundación Atapuerca ya hay tienda virtual para comprar por Internet.

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¡¡ Hasta Pronto !!

Desde Atapuerca, 25 de setiembre de 2004