La Iglesia de los Jesuitas.

Aunque he visitado varias veces Toledo, siempre hay una sorpresa agradable cada vez que regreso.

Esta vez fue la apertura al público de los campanarios de la iglesia de los Jesuitas, que está situada en una zona alta, y por ello las vistas sobre el casco histórico son extraordinarias, con el imponente Alcázar y la Catedral.

Además, al contrario de lo que es habitual en Toledo, es decir, exprimir al máximo al turista, el precio es de sólo 1.5€, y con él te dan un precioso catálogo bilingüe donde explican la historia de la iglesia desde su concepción en 1569 hasta su remate en 1765, casi 200 años después y tras un proceso plagado de vicisitudes.


El río desde la ciudad

La iglesia se ubica donde supuestamente nació San Ildefonso y en la fachada, encima de la puerta principal hay una representación de él recibiendo la casulla de la Virgen.

En esta fachada hay estatuas de San Francisco Javier, San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y otros santos.

El interior es muy hermoso, con una alta cúpula que llena de luz el templo, y en las capillas laterales, capilla mayor, retablos y tabernáculos hay obras de gran valor, como la que representa a la Virgen descendiendo para entregar la casulla a San Ildefonso por haber defendido su virginidad negada por los heresiarcas.


El Cristo de la Vega

Aunque mi conocimiento de la iconografía católica no es muy amplio, alcanza para saber que hubo 12 apóstoles, así que mi confusión fue grande cuando en la iglesia conté 14.

Pensé que al igual que en los partidos de fútbol hay suplentes, igual había apóstoles en esa misma situación, y que sí se expulsaba a alguien, como en el caso de Judas, otro tomaba su lugar.


Murallas de la ciudad

Mi símil futbolístico no era muy acertado, ya que cuando investigué a fondo, descubrí que los 2 extras al pie de la nave eran San Matías y San Bernabé, que no son Apóstoles canónicos, pero santos al fin y al cabo.

La Iglesia de los Jesuitas la encontré de casualidad, y no por la información de la oficina de Turismo, ya que la señora que estaba en la oficina de la Puerta de Bisagra era de las que considera a los visitantes un incordio y su trabajo se limita a extender sin mirarte un mapa paupérrimo. Hay otra oficina, más bien un contenedor, en la plaza de la Catedral


La Catedral y el Alcázar

A esta persona habría que recordarle que su sueldo lo pagamos con nuestros impuestos, y que ella es la primera imagen de la ciudad que reciben muchos visitantes, pero parece que eso le tenga sin cuidado.

Si alguna crítica se le puede hacer a Toledo, es precisamente esta, que abusan del visitante, su principal fuente de ingresos, que mantiene una floreciente industria de artesanía de la metalurgia con las populares espadas toledanas, tan famosas que son las que prácticamente se utilizan en todas las películas con espadas «de las de antes».


El puente de Alcántara

Conan, el Rey Arturo y sobre todo El Señor de los Anillos son ejemplos de la fama mundial que han adquirido las espadas. Se pueden llevar con armadura y todo para aquellos que quieran darle un toque medieval a su salón.

Otras industrias de gran auge son la alfarería, cerámica, el damasquinado o incrustación de hilos de oro en metales, y el bordado, que han hecho famoso el pueblo de Lagartera, de ahí la frase «vestida de lagarterana».

La hostelería es también un gran negocio en Toledo, como lo demuestra la profusión de hoteles y restaurantes donde degustar las especialidades locales:

sopa castellana, pisto manchego, codorniz, venado o jabalí a la toledana, y de postre el delicioso queso manchego y/o mazapán.

Toledo sufrió un declive imparable cuando en 1561 Felipe II trasladó la corte a Madrid, y ahora vive de su pasado como Ciudad de las 3 Culturas.


El Alcázar

Gracias a su cercanía a Madrid, a 70 km. por autovía, las hordas de visitantes son contínuas y masivas, pero eso no justifica que, como me he molestado en contar, alguien que desee visitar los museos, iglesias, conventos y demás lugares de pago se tenga que dejar la friolera de 33€.

Si a ello le sumamos alguna de las visitas turísticas guiadas por la ciudad, cuyo precio oscila entre 12 y 20€, nos encontramos con que pasar un día en Toledo se nos va a 100€ sin cometer ningún exceso.


La ciudad al atardecer desde el Parador

Si nos alojamos en el estupendo Parador que domina la ciudad y con unas vistas extraordinarias al atardecer, el gasto se dispara.

En todo caso recomiendo visitar el Parador y tomarse algo en la terraza sobre el Tajo.

Lo que es gratis y uno de los grandes placeres de Toledo es perderse por sus innumerables callejuelas por las que difícilmente pasan los coches, y sumergirnos en la historia de esta ciudad en la que convivieron judíos, moros y cristianos desarrollando el comercio, la cultura y las artes, en una convivencia que hoy se nos torna utópica.

Placa conmemorativa nombramiento Patrimonio Humanidad

Sinagogas de estilo mudéjar, mezquitas, iglesias, conventos y ermitas mudéjares como la del Cristo de la Vega, a veces puerta con puerta, son un ejemplo de que si fue posible un día lo puede volver a ser, y de que vamos en la dirección equivocada hoy en día, metidos en una espiral de violencia y confrontación de la que difícilmente podremos salir.

Esta vez no me tuve que plantear si visitar el Alcázar o no, como me sucedió en Segovia, ya que lleva bastante tiempo cerrado por reformas.

Es sede del museo militar, y su reforma ha generado varias polémicas por cuanto hay mucha gente que lo asocia demasiado con el golpe de estado de 1936, la posterior guerra civil, el falangismo y el franquismo con toda su parafernalia militar.


La Torre de la Catedral

Los paseos por el Tajo también son muy recomendables, sobre todo el que llega hasta el puente de Alcántara, de origen romano pero muy reformado por árabes y cristianos, con una torre mudéjar, y, frente al puente, la puerta de Alcántara, del s. X.

Para orientarnos entre la multidud de cosas que nos ofrece Toledo, es recomendable visitar antes el CIT, el Centro de Interpretación de Toledo, que en 800 m2 de áreas de exposición multimedia, con audivisuales, escenografías, maquetas, luz y sonido nos lleva con tecnología del s. XXI directamente por los más de 2.000 años de historia.

Los amantes de la pintura tienen una visita obligada es a la casa museo de El Greco, el pintor cretense que eligió Toledo para desarrollar su obra, y la iglesia de Santo Tomé, donde se encuentra una de sus obras más populares, el entierro del Señor de Orgaz. En todo caso es en el Museo del Prado en Madrid donde está la colección más completa de El Greco.


Catedral en escorzo

La catedral, una de las más monumentales de España de estilo gótico, tiene influencia mudéjar en la decoración y en las bóvedas de la girola, y aunque es difícil apreciarla exteriormente porque el cuello se nos disloca al elevarlo intentando captar completa su esbelta torre, es en su interior donde la nave principal, las 4 naves laterales y las 22 capillas, además de las dependencias anexas como las salas capitulares y la sala del Tesoro, nos dan una medida exacta de su importancia artística y eclecticismo, ya que durante los casi 3 siglos que tardó en ser concluida y las muchas reformas posteriores, añadió elementos mozárabes, mudéjares, góticos, tardogóticos, barrocos y renacentistas.

Otra de las novedades que aprecié en esta visita a Toledo fueron las escaleras mecánicas que nos llevan desde el exterior de las murallas de la ciudad, en la puerta de Alfonso VI, hasta el casco histórico, ahorrándonos así una ardua subida. Es de destacar que son gratis, algo inaudito en Toledo.

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¡¡ Hasta Pronto !!

Desde Toledo, 15 de Octubre de 2004

 


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