Después del viaje en tren cruzando los Alpes del Sur entre Christchurch y Greymouth, vuelvo a la carretera para recorrer la costa noreste de la isla sur, hasta Kaikoura, uno de los mejores lugares para avistamiento de ballenas, pero el inminente invierno vuelve a hacer su aparición, y cancelan todas las salidas de barcos por el mal estado de la mar.

Cruzo los dedos porque al día siguiente tengo que cruzar en ferry el estrecho que separa las 2 islas, entre Picton y Wellington, y ya pasé la experiencia de quedarme colgado y tener que ir en avión cuando iba hacia el sur.

Aunque la decepción por no poder ir a ver las ballenas es grande, Kaikoura es un lugar muy agradable, con una gran colonia de focas, y me levanto al amanecer para visitarla, el sol empieza a despuntar en el horizonte muy temprano, pero lo que prometía ser un hermoso día, en cuestión de minutos torna completamente y comienza a soplar el viento y a llover de abajo arriba, así que decido dar media vuelta.

Un pequeño astillero en Kaikoura

Un pequeño astillero en Kaikoura

Con la incertidumbre sobre si saldrá o no el ferry, recorro el último tramo de costa entre Kaikoura y Picton; la carretera se va cruzando continuamente con la vía del tren para disputarse quien va más cerca del agua, en un recorrido espectacular.

Finalmente llego a Picton, y mi alivio es grande cuando embarcamos en el enorme ferry, y empezamos a navegar haciendo amplias curvas entre las riberas del fiordo que sirve de bahía natural; una vez salimos a mar abierto, la tranquilidad de las aguas en el fiordo se convierte en espuma blanca y batir de olas sobre el grueso casco del barco, y veo que los rostros de la gente empiezan a ponerse blancos o amarillos según los casos, y casi todo el mundo se va al interior.

Es entonces cuando más disfruto de esta naturaleza salvaje asomado a la barandilla del barco, con las gaviotas colgando a pocos metros de tí intentando mantener la estabilidad a pesar del fuerte viento, y las montañas de espuma de mar subiendo como fina lluvia por la proa.

La arquitectura Art Decó de Napier

La arquitectura Art Decó de Napier

Llegamos a Wellington, dónde solo paro el tiempo suficiente para cambiar de transporte, y dirigirme de nuevo por la costa hasta Napier, la ciudad Art Decó de Nueva Zelanda. Napier fue prácticamente destruida en 1931 por un terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter, y para la reconstrucción, los vecinos votaron que se hicieran en estilo Art Decó, que era el que estaba de moda en la época.

Si hubiera sido el estilo griego el de moda, seguramente Napier tendría una acrópolis y teatros griegos por doquier. Con la ayuda de arquitectos de Chicago, particularmente Louis Hay, discípulo Frank Lloyd Wright, la ciudad fue rápidamente levantada de sus ruinas, ya que el estilo Art Deco es fácil, barato y sencillo de construir.

A pesar de esta artificialidad, Napier es una ciudad muy agradable, y muchos de sus edificios, tanto en sus colores pasteles como en su arquitectura, un ejemplo perfecto de armonía entre diseño y habitabilidad.

Un hermoso contraluz en Coromandel

Un hermoso contraluz en Coromandel

Sigo mi camino hacia el norte, hacia la península Coromandel, uno de los lugares preferidos por la gente de Auckland para veranear, por su cercanía y porque es un lugar perfecto para navegar sus aguas, protegidas por la isla Great Barrier, y con múltiples bahía, playas y calas donde anclar sus barcos, pero una persistente lluvia empaña (nunca mejor dicho) la visión de la hermosa carretera entre Thames y Whitianga.

Al llegar lo único que podemos hacer es refugiarnos en el hostal, porque el diluvio es total; de noche nos quedamos incluso sin luz ni teléfono, lo que me deja sin poder hablar con mis colegas del programa Carretera y Manta de ComRàdio, para actualizar sin andanzas por Nueva Zelanda.

Las playas de Coromandel

Las playas de Coromandel

El día amanece nublado y muy oscuro, pero al menos no llueve, y me voy a visitar Cathedral Cove y otras zonas costeras, pero me quedo sin poder bañarme en Hotwater Beach, una playa en la que haces una agujero en la arena, y con la marea alta se convierte en un baño caliente por la actividad volcánica, pero el día no invitaba a quitarse el chubasquero, y mucho menos a ponerse el bañador.

Con la pena de no haber podido disfrutar plenamente de esta hermosa península, regreso a Auckland, donde haré una breve parada para dirigirme a la punta norte de Nueva Zelanda, la región que vio las primeras invasiones de los europeos, y el nacimiento de una nación tras la firma del tratado entre los maorís y los ingleses.

Si quieres más información sobre Coromandel (inglés), haz click aquí

En este enlace podéis ver todas las fotos del viaje de 6 meses en 2002 por Australia y Nueva Zelanda.

¡¡ Hasta Pronto !!

Desde Auckland, Nueva Zelanda, mayo 2002

 

Australia&Nueva Zelanda