Bailando con Lobos

Lonja de Punta del Este

Lonja de Punta del Este

En este caso no son los lobos de Kevin Costner, sino los 200.000 ejemplares de lobos marinos que se encuentran en la isla Lobos, cerca de Punta del Este.

En condiciones normales, Punta del Este no es un destino mochilero, y yo suelo escapar de los lugares donde la concentración de turistas frente a locales es de 20 a 1, pero para mi sorpresa Punta del Este es un lugar muy agradable fuera de temporada.

Lobo marino esperando su ración.

Lobo marino esperando su ración.

Los precios bajan mucho, y te puedes alojar en hotelitos pequeños y con encanto por $20 la doble, y la sensación que produce caminar casi a solas por un paseo maritimo y unas playas habitualmente ocupadas por miles de personas, es casi como la de «El día después», la pelicula sobre un desastre nuclear.

Así que mi visita, hecha principalmente para ver lobos marinos, fue más interesante de lo esperado, e incluso conocí a la primera dama del país.

Faro de Isla de Lobos

Faro de Isla de Lobos

En la isla conviven dos tipos de lobos, el lobo fino y el lobo marino, con 180.000 ejemplares del primero, que tiene dos capas de pelo; los machos pesan hasta 140 Kg y miden 180 cmts.

De lobo marino hay una población de 15.000 ejemplares, y los puedes ver también en el puerto de Punta del Este, nadando alrededor de los barcos de pesca y cerca de la lonja, esperando que arrojen los despojos del pescado. Los machos miden hasta 230 cmts. y pesan 340 kgs, y tienen una enorme cabeza con unos mostachos impresionantes.

Comité de recepción Isla de Lobos

Comité de recepción Isla de Lobos

La Isla es reserva marina y por lo tanto no me dejaron tirarme a nadar con los lobos, lo que me apenó, recordando cómo disfruté en las Galápagos y en Australia nadando con ellos, y cuando me dio la risa mientras buceaba y un lobo, mirándome fijamente con sus enormes ojos, rotó 360°, seguramente para tener una mejor perspectiva de ese animal extraño con gafas y aletas de plástico que se movía con dificultad en el agua.

El faro de Punta del Este

El faro de Punta del Este

La diferencia entre las 2 especies es tan grande que yo pienso en ballet cuando veo a los lobos finos nadando gracilmente, y en sumo cuando observo a los lobos marinos.

La isla Lobos está a 7 millas de la costa, con una superficie de 41 hectáreas, y fue descubierta por Juan Díaz de Solís en 1516.

Cuenta la historia que desembarcaron para abastecerse de agua dulce y cazar 66 lobos marinos, como alimento para el regreso; las pieles fueron vendidas en el mercado de Sevilla.

La isla cuenta con un potente faro, con un alcance de 22.9 millas náuticas. Fue construido en 1906 a 66 mts, sobre el nivel del mar y es todavía el más potente de Sudamérica. Es otro de los muchos y hermosos faros que tiene el país.

Contraluz al atardecer

Contraluz al atardecer

Un recorrido más turístico es la puesta de sol desde el Calypso, que no es el de Cousteau, sino un yate en el que te sirven champagne cuando se hunde el sol en el mar, y la gente aplaude la puesta de sol, algo habitual en Uruguay.

El barco iba casi vacío, 10 personas, y después de un rato charlando con una uruguaya muy simpática, el capitán me dijo que era la «First Lady» del país, o sea la esposa del presidente.

Me sorprendió su naturalidad, y me contó sus orígenes gallegos y su visita en el 2003 a Galicia, hablamos del Camino de Santiago, se interesó por mi iniciativa de caminoasantiago.com y me felicitó por el año Hercúleo (sic).

Decía que envidiaba mi estilo de vida, sometida como estaba ella a una apretada agenda de compromisos políticos, culturales, sociales y de toda índole. Estaba en Punta del Este escapando del ajetreo.

Los dedos del gigante

Los dedos del gigante

Otro paseo popular en Punta del Este son las esculturas de la playa Brava, de la que destacan los dedos que emergen de la arena como si fuera un gigante que está intentando salir de su encierro.

En Madrid hay una parecida en el parque Juan Carlos I, pero la de Punta del Este es anterior, y por ello les cabe el honor de la originalidad. En la avenida costanera hay otras estatuas modernas con el común denominador de que no sabes lo que son hasta que lees el cartel.

Cabaña en La Paloma

Cabaña en La Paloma

De Punta del Este me fui a la Paloma, un balneario muy popular por sus pinares y playas, y tuve la suerte de alojarme en el Hotel Yerutí, donde Jorge y Ana te reciben acogedoramente. El hotel estaba cerrado por fin de temporada, pero las cabañas están abiertas todo el año.

Magallanes, en su búsqueda del estrecho que le permitiera pasar del Atlántico al Pacífico, recaló en La Paloma el 9 de enero de 1520, debido a un fuerte temporal, junto al Cabo Santa María.

Faro de Santa María en La Paloma

Faro de Santa María en La Paloma

La historia de su faro es trágica por partida doble. En 1868 naufraga el «Lise Amelie», un paquebote francés con cientos de inmigrantes que iba al Río de la Plata, falleciendo todos los tripulantes y pasajeros.

Se decide construir un faro en el Cabo Santa María en 1869, y el 31 de mayo de 1872, próximo a su inauguración, se derrumbó matando a 17 operarios.

La razón más plausible es que usaron agua salada en su construcción, aunque también se habla de un rayo o un temporal.

Se recomienzan las obras, y se inaugura el nuevo faro el 1° de setiembre de 1874, fecha oficial de la creación de La Paloma.

Es uno de los faros más bonitos que he visitado, con unas vistas espectaculares del cabo; también se pueden apreciar los restos de una ballena varada.

Interior faro de La Paloma

Interior faro de La Paloma

Estaban pintándolo cuando fui. En la planta baja tienen una maqueta del faro y fotos de los otros faros del país, además de una pequeña tienda con recuerdos del faro.

La escalera de caracol es una preciosidad, dibujando una figura en espiral que es puro arte.

Todos los faros del país están gestionados por la Marina.

Transporte al Paraíso de Cabo Polonio

Transporte al Paraíso de Cabo Polonio

Cabo Polonio es uno de esos lugares que uno duda si hablar de ellos, para evitar que se masifiquen, pero como el propietario es el Estado, que no ha construido carretera ni puesto electricidad, eso limita las posibilidades turísticas de la zona, así que no creo que se convierta en otro Punta del Este.

El nombre se atribuye al capitán Joseph Polloni, que encalló su barco en el verano de 1753 en las rocas, falleciendo.

Atardecer en Cabo Polonio

Atardecer en Cabo Polonio

Se llega en carretas a tracción animal o en camiones todo terreno a través de las dunas, que se toman en el cruce de la ruta 10 con el camino a la playa, unos 7 km que te preparan para lo que vas a ver, un promontorio con casitas nacidas anárquicamente como si fueran hongos, un faro, cómo no, y unas playas interminables de arena nívea casi vacías.

El ambiente es muy bohemio y hippie, y la población se debate entre el desarrollo turístico o dejarlo como está; tienen además la espada de Damocles del estado que amenaza continuamente con demoler las construcciones ilegales y recuperar la zona como reserva ecológica.

La "carretera" a Cabo Polonio

La «carretera» a Cabo Polonio

Puedes leer un bello artículo, Escrito en el Viento, sobre el tema.

Sólo hay 2 hostales en la isla, y uno de ellos, la Perla, está construido directamente sobre las rocas de la playa.

Tiene generador, por lo que la luz se prolonga más allá de la puesta de sol, y agua caliente, lo que es un lujo casi innecesario, sobre todo porque el grifo me pegó un calambrazo que casi me deja frito en el lugar, hubiera preferido el agua fría.

El restaurante es muy bueno, y la especialidad son los buñuelos de algas.

Relax en Cabo Polonio

Relax en Cabo Polonio

El elemento que más me gustó del hostal fue la hamaca colgada entre las vigas frente a la habitación, con la playa y el mar como pantalla, y la música de las olas como la mejor banda sonora posible.

El recibimiento en La Perla fue como si hubiera llegado alguien de la familia, todo el mundo te decía su nombre y te preguntaba por el tuyo y, excepto los cocineros, todas eran mujeres alegres (que no es lo mismo que mujeres de vida alegre) y sonrientes de edades variadas.

Interminables playas en Cabo Polonio

Interminables playas en Cabo Polonio

Me recordó, como contrapunto, a un libro de Marcela Serrano, la escritora chilena, que se llama El albergue de las mujeres tristes, ambientado en Chiloé; yo le he puesto al hostal La Perla el sobrenombre de El albergue de las mujeres alegres.

Tan relajado en Cabo Polonio que me olvidé la bolsa con la cámara en la silla después de cenar, y, lo que es más increíble, no me di cuenta hasta la hora del desayuno. Pregunté si la habían recogido, y por supuesto estaba allí, la camarera me dijo literalmente: «suponía que alguién vendría a buscar algo de tanto valor»; habían mirado lo que había dentro y a nadie se le ocurrió «distraerla». Es maravilloso e increíble que siga habiendo lugares así.

Pasear por las playas de Cabo Polonio es como cuando Chalton Heston iba por las playas salvajes de El planeta de los simios, pero aquí no te vas a encontrar los restos de la Estatua de la Libertad como le pasó a él, si acaso los de alguna construcción ilegal demolida.

Pescadores en Punta del Diablo

Pescadores en Punta del Diablo

Mi última parada en Uruguay fue Punta del Diablo, y no fui porque me haya hecho satánico, sino porque es un sitio al que sólo le falta un faro para ser perfecto, ya que tiene una raquítica baliza en el muelle que no le hace honor.

Las calles de arena, restaurantes y bares sobre la playa, pescadores recogiendo sus aparejos, y la playa con las dunas son mi concepto de relax, y una vez más la suerte me acompañó con el alojamiento, ya que una pareja de mallorquina, Laura, y un uruguayo, Fernando, han construido un lugar muy especial, la Posada, que es su hogar después de muchos años de vagamundeo y hogar también de viajeros buscando paz.

Fortaleza de Santa Teresa

Fortaleza de Santa Teresa

Muy cerca de Punta del Diablo está la fortaleza de Santa Teresa, comenzada a construir por los portugueses en 1762, pero terminada por los españoles, que la conquistaron antes de su finalización.

El Virrey Pedro de Ceballos decidió construir una gran fortaleza de forma pentagonal, aunque irregular, orientada estratégicamente para la vigilancia de estas costas.

Cañones variados en Santa Teresa

Cañones variados en Santa Teresa

La fortaleza fue protagonista de batallas entre españoles y portugueses, españoles e ingleses, españoles y criollos, orientales y portugueses, y durante las guerras civiles después de la Independencia, se refugiaron las tropas de Oribe en la Guerra Grande.

Abandonada, las dunas de arena casi llegaron a cubrirla, hasta que en 1928 el arqueólogo Horacio Arredondo comenzó su recuperación. Se reforestó la zona, y hoy casi no puede verse el mar desde sus almenas.

El camposanto de Santa Teresa

El camposanto de Santa Teresa

Los muros son de doble pared de piedra de sillería, y se puede visitar el polvorín, la capilla, el museo con maquetas de fortalezas del Uruguay, la colección de armas, la cocina, y el camposanto, todo ello muy bien restaurado o reconstruido.

Para ver las fotos de Uruguay, click aquí.

Haz click sobre el nombre si quieres más información de Punta del Este, La Paloma, Cabo Polonio, o Punta del Diablo.

Como resumen de mi estancia en Uruguay, hay una maravillosa canción de Jorge Drexler, un uruguayo que vive en España que lo dice todo:

Un país con el nombre de un río

(Letra y música: Jorge Drexler)

Vengo de un prado vacío
un país con el nombre de un río
un edén olvidado
un campo al costado del mar
Pocos caminos abiertos
todos los ojos en el aeropuerto
Unos años dorados
Un pueblo habituado a añorar
Como me cuesta quererte
Me cuesta perderte
Me cuesta olvidar
El olor de la tierra mojada
La brisa del mar,
brisa del mar, llévame hasta mi casa
Un sueño y un pasaporte
como las aves buscamos el norte
cuando el invierno se acerca y el frío comienza a apretar
Y este es un invierno largo
van varios lustros de tragos amargos
y nos hicimos mayores esperando las flores
del Jacaranda.
Como me cuesta marcharme
Me cuesta quedarme
Me cuesta olvidar
El olor de la tierra mojada
La brisa del mar
brisa del mar, llévame hasta mi casa
Brisa del mar

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¡¡ Hasta Pronto !!

Carlos, desde Canela, Basil, 11 de Abril de 2004

Vagamundos 2004. Uruguay. Montevideo